20. "Poco tiempo"

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21 de Marzo, 2286
Sello Sekunder,
???

9:50 A.M

¿Quién dijo que habían muerto?

Aquel 21 de marzo de 2065, sin duda fue el peor día para la raza sekunder.

En la mayor guerra de Exanimun, se desató un conflicto entre el jefe de los hitachi y el jefe de los sekunder. En aquel combate se perdieron demasiadas vidas y a su vez, el control de la situación.
Fueron casi cuarenta días de puro dolor y sufrimiento para todo Exanimun.

Se tenía la teoría de que al estar encerrados, los sekunders habían muerto dentro de su sello. O eso era lo que se les quería hacer creer a la sociedad.

No, no habían muerto.

Lo que sí era cierto, era el hecho de que se debilitaban poco a poco ahí adentro, mas no los eliminaban del mapa.

Era una raza tan extraña...

Afuera, todos les tenían miedo. Muy pocos habían podido escaparse de la poderosa magia Profeti, pero los que se escapaban no podían volver, e incluso, los más vulnerables, al poco tiempo morirían allá afuera.
Sin el líder, su poder era en vano.

Folium Sekunder era el mayor miembro de todos. Su poder era igual al del señor Hitachi. Nadie de su raza podía igualarlo o algo similar.
Su apariencia daba bastante miedo. Parecía sacado de un cuento de demonios. Su piel grisácea daba asco de ver. Estaba corpulento, con una ligera barriga y brazos fornidos, lo cual lo hacía parecer una figura de arcilla vieja y dura. Como tal era la biología de los sekunders, unos cuernos largos brotaban desde la punta de su cabeza lampiña.
Todo en él era abominable. Incluso su inofensiva marca de nacionalidad en forma de estrella que se podía visualizar en su huesuda mejilla izquierda.
Él imponía terror y autoridad. Meterse con él era pena de muerte.

Quién lastimara al jefe, lastimaría a todos. Esa era la ley en las razas en Exanimun.

El espacio en el sello era nulo. Todo alrededor estaba en blanco. La mayoría no podía hablar, solo mirarse. Así cada día durante doscientos veinte años.

—Jefe... Ya estoy desapareciendo— Un sekunder cerca de Folium le estaba implorando piedad a su amo.

—No me importa. Necesito tu poder para poder salir de aquí de una vez por todas. Recuerda, siempre tienes que servirme aunque tu vida dependa de ello.

—Pero señor...

Ga Dod.

El sekunder explotó en una bomba de sangre. Automáticamente, su poder fue transferido al mayor.

—Ah... Sí...—Provocó quejidos de satisfacción. Se levantó del suelo— Comienzo a sentirme con vida...

—Señor Sekunder... Somos como nueve mil quinientos aquí... Afuera no hay muchos. Solo necesita un poco más de poder y... Y sus alas... En el momento que sus alas se formen nosotros podremos salir.

—Sí... Terranoska— Folium caminó hacia la mujer. Sus pies grandes y descuidados retumbaban en el vacío—. Ya puedo sentir como en mi espalda cargo el peso de ser el todopoderoso—Extendió sus brazos hacia los costados en forma de superioridad—. Solo necesito un poco más... ¡DOSCIENTOS VEINTIÚN AÑOS DE SUFRIMIENTO! ¡DE QUE NOS QUITARAN LO NUESTRO! ¡ES HORA DE HACER JUSTICIA!

Gritó ante todos para que le prestaran atención.

—Shui me informó que las estúpidas Profeti se salieron con la suya... Crearon una profecía. Todos la conocen.  Tenemos que buscar a esa niña y matarla para no tener obstáculos. ¿Qué tan difícil podría ser?—Rió retorcidamente— Esto es lo que oí—Se sentó con las rodillas flexionadas—: Ella tiene el poder suficiente para poder acabar conmigo, pero depende de un talismán. Matarla será fácil, causar miedo y darle amenazas también. Pero... Pero conseguir ese sello y destruirlo será lo complicado—Pasó la lengua por sus ásperos labios pálidos—. Hay que hacer todo esto en el menor tiempo posible. Maten a todo aquel que se empeñe en impedirlo. Sin piedad—suspiró. Su voz quebradiza y dura se hacía presente aún en el silencio— ¿¡ENTENDIDO!?

—¡SÍ, SEÑOR!— Montones de grupos gritaron a coro. Eso provocó otra grieta en el sello.

—¡Ah!— Arriba, Luna tiró su taza de té al ver cómo la piedra se rompió un poco más. Salió corriendo para buscar a Notte y Stella.

De nuevo abajo, los demás sintieron una subida de poder más grande que su ego.

—¡OH, SÍ!— Folium se retorció en el aire. Comenzó a elevarse un poco.

Unas horribles y esqueléticas alas casi negras brotaron de su espalda. En semejanza eran como las de un enorme murciélago. Dio un torbellino en su lugar y se elevó hasta un poco más arriba. Relativamente, no había espacio. Aún así, las alas de todos comenzaron a brotar una por una.

El ambiente blanco y vacío comenzó a tomar forma y volumen. Unas piedras muy similares a las de las ruinas donde solían habitar en Noruega, adornó por completo el sello. Todo parecía volver a tomar aspecto familiar.
Cada sekunder se volvía más fuerte a medida que pasaban los minutos. La impaciencia se hacía presente.

Fue entonces cuando el reloj marcó las diez y diez del veintiuno de marzo de 2286, cuando el sello sekunder se rompió del completo.
El gran medallón de piedra en la casa Profeti ahora solo era un polvo inerte.

La "pared" blanca que los separaba de la realidad cayó en pedacitos como lluvia. Ya no había vacío puro, sino una enorme, enorme cueva.  Todos juntos salieron volando hacia afuera. ¡Y vaya que eran montones!

Folium aterrizó sobre la roca exterior con el puño sobre la superficie y el cuerpo hincado. Lo único que vestía era un negro pantalón rasgado.

Una sonrisa de malicia se dibujó en su rostro, y una risa maldita sonó de su voz.

Lo que parecía ser un día soleado como en cada equinoccio de primavera, se volvió un día frío y nublado. Lleno de miedo y sensaciones extrañas.
Folium entendía esa sensación mejor que nadie. No de miedo, ni algo extraño. Si no de volverse frío. De apagar el fuego que alguna vez se encendió cuando le prometieron ser el señor de Exanimun. No sentía remordimiento, solo odio y venganza.

Miró la vista del lugar. Estiró su mejilla dejando ver sus dientes grandes y puntiagudos.

—¡HOY SABRÁS QUIÉN SOY! ¡VOY POR TÍ, VANCUOVER AZUL!

Sin más rodeos, salió último hacia Nación Inutilia.

Azul ©| EXANIMUN #1 ✓ [#PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora