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5."Dos familias nuevas en realidades paralelas"

22 de marzo. 2271
Residencia Morbus.
C. I/S. Nevada, EEUU

Aunque el ambiente no, la residencia Morbus era bastante amplia y cómoda. El patio frontal era bastante grande y cerrado. De no ser por la ausencia de techo sería una habitación más del hogar. Allí estaban juntos un padre y su hija entrenando juntos.

—Muy bien, Idaly. A partir de hoy comenzarás a manejar mejor tus poderes. ¿Sabes cuáles son los poderes base de cualquier solum?

—No, papá—Idaly bajó la mirada y comenzó a rascarse su antebrazo izquierdo con la mano derecha. Amadeo debería tener mucha paciencia con ella.

—Primero que nada, cuando entrenemos, quiero que te dirijas hacia mí como señor o maestro. Nada de papá, papito o algún término cariñoso. Segundo, cada superhumano, de cualquier raza, tiene una lista ordenada de sus poderes de nacimiento, y una lista separada con poderes adaptados de otras razas. Según como se mencione el poder en la oración, será el número de poder base—Se alejó unos pasos de Idaly hacia atrás—. Escucha con mucha atención. Los nuestros son cinco y sólo los repetiré una vez—Extendió su palma derecha. Con la izquierda, fue bajando cada dedo a medida que los nombraba—. Número uno, ilusión. Dos, control mental. Tres, teletransportación. Cuatro, ingenio. Cinco, buena memoria.

—Ilusión, control mental, teletransportación... memoria... ingeniosa—susurró.

—Comencemos con los primeros tres hoy: ilusión, control mental y  teletransportación. Para la ilusión, debes proyectar en tu mente lo que quieras que vea tu enemigo. Recuerda que la principal fuente de nuestro poder es la mente— Extendió sus manos hacia ella—. Por ejemplo, tomarás una imagen simple y se la proyectarás en su ojo. Una vez que lo tengas, deberás pronunciar el número del poder más el nombre. Observa—Cerró los ojos—. Primer poder base solum, ¡Ilusión!—Idaly vio la imagen de un hombre volando en el cielo por la ilusión. Al cabo de un instante, volvió a la realidad— ¿Lo entiendes? Ahora hazlo tú.

La pequeña se puso en la misma posición que su padre. Estiró sus brazos.

—¡Primer poder base Solum! ¡Ilusión!—Como era de esperarse, falló al primer intento. El brillo marrón que emanaba de sus palmas la impulsaron hacia atrás haciendo que golpee su cabeza contra la pared.—Ay...— Idaly sobó su golpe y largó quejidos dolorosos.

Morbus, desde la otra punta del patio, la miró con enojo y desaprobación.

—Escucha una cosa, Idaly—Agravó la voz—. Si te golpeas o golpean en batalla, tus enemigos no esperarán a que termines de curar tus heridas o a que ya no sientas más dolor. Si ven que estás moribunda, te matarán enseguida sin dudar. No les importará tu edad, tu sexo, familia, nación o cuánto poder tengas. Si eres su enemiga, serás siempre su enemiga—Largó un suspiro bajando la cabeza y cerrando los ojos—. Si quieres que te considere de mi familia, tendrás que hacerte valer por ti misma— Recuperó la postura de maestro—. Sigamos. Esta vez intenta no irte hacia atrás.

Idaly lo intentó varias veces. En algunas parecía tener éxito, pero terminaba apagándose antes de llegar al objetivo.

—¡Vamos Idaly! Este es tu décimo intento. Quiero ver resultados—Se quejó Amadeo dando vueltas alrededor de su hija—. Piénsalo de esta manera: digamos que hay alguien que te está molestando por tu cara pecosa, entonces, quieres ridiculizarlo, como una broma. La ilusión funcionará de esa manera. Fíjate en la humillación que le harás a tu enemigo. Algo que nunca pasó, pero que tú sí quieres que pase.

Idaly, cansada, forzó un último intento. Apretó sus dientes, y al mismo tiempo cerró sus ojos concentrando lo que quería que Amadeo viera. Proyectó una cena familiar sin gritos ni peleas. Algo que, sin darse cuenta, les gustaría a ambos.
Amadeo por otro lado, sonrió satisfactoriamente al ver que Idaly al fin lo logró. En pocos segundos, canceló la ilusión. El brillo marrón se dispersó. Mostró la cara sonriente de Idaly. No era una sonrisa de felicidad, sino de satisfacción por haberlo logrado.