Azul ©| EXANIMUN #1 ✓ [#PGP2024]

8."Formar una familia"

23 de Marzo, 2272.
C. I/S, Nevada. EE.UU
Residencia Morbus.

Las diferencias entre los humanos y su contraparte súper estaban más que claras. No solamente la magia y las particularidades especiales daban discrepancia al asunto mismo de las especies; sino también el crecimiento físico y mental.
Si un humano viera a un bebé de tres meses hablando como un niño de cuatro, y luciendo como un infante de cinco, seguramente se le saldría un tornillo.

Jeremy era un caso particular. Su apariencia era distinta a la de los demás. Su piel no era de un tono "bonito", parecía que no había sangre que le llegara al rostro. Lo mismo sucedía con su poder. Tranquilamente podría superar a su padre y, a corta edad, ser el nuevo Señor Solum. Pero no era a lo que él aspiraba.

Dejando de lado su apariencia, las voces en su cabeza no lo dejaban dormir tranquilo.

¿ Y esos ojos? ¿Y esa mirada? ¿Y Ese poder...? Ese...¿Nombre?
La incógnita y la ansiedad iban soltadas de la mano. Ninguna de las dos podrían estar juntas dentro de la mente de él. ¡Qué alguien deje dormir a Jeremy!

No era ningún tonto. Él sabía perfectamente su posición ante el tema y claro estaba lo que debía hacer. Silenció las voces y durmió. Sin tranquilidad, pero durmió.
Llegada la mañana, la presión de su ropa comenzó a ahogarlo. No se trataba de una corbata empresarial, de esas que te ahorcan cuando vas mal en el trabajo; tampoco eran los zapatos tacón de una dama forzada. Tocó su pecho y se dio cuenta que algo estaba diferente, más grande, más… ¿velludo? También notó que otra cosa estaba más pequeña, más apretada. ¿Desde cuándo su pijama favorito le iba tan pequeño?
Súbitamente se levantó de la cama, y mirándose al espejo, no se reconoció.

¿Esto será porque debo madurar y decirle a mi padre lo que pienso? He crecido mucho.
Observó sus manos. Las giró mirando sus palmas.

Luke no estaba en la habitación. Decidió hurgar entre las pertenencias del mayor una ropa que le quede bien de talla. Al terminar, bajó.

—Buenos días familia—Su voz serena y calmada cambió a una un poco más gruesa e imponente. Todos quedaron impresionados.

—¡Pero hijo! Mírate. Estás hecho un joven muy apuesto. Algo en ti te hizo crecer—Alba se acercó y lo besó en la frente. Ya estaba a la talla de su madre. Se alejó.

—Gracias, madre— Se agachó para sentarse. Como todas las mañanas, comenzó a oler a Idaly. Era algo molesto para ella, pero ya se había acostumbrado. Tomó su cabello y sintió su aroma. Él hizo un gesto de tranquilidad. La miró—. Nada mal para una joven de siete.

Su padre entró a la cocina. Estaba en el patio trasero quitando hojas secas.

—¡Jeremy! ¡Santa Profeti!— Amadeo se sobresaltó—Has crecido demasiado en solo una noche. Estoy muy orgulloso—Él le tomó una mano y la apretó a modo de orgullo. Para Amadeo, crecer en físico era crecer en poder—. Luego hablaremos de tu cambio de entrenamiento más tarde.

Jeremy miró fijo a su padre.

—Claro. Hablaremos más tarde. Por el momento solo desayunaré e iré a acomodar mi guardarropa—Dedicó una sonrisa sin ganas. No quería hablar mucho.

Aquella serena mañana marchó con normalidad. Cómo bien había dicho, Jer dedicó su tiempo a acomodar su guardarropa. Finalizó algo agotado. Usar poderes base de otras naciones producía efectos negativos en él.

—A veces desearía no tener tanta ropa.

Se acostó en su cama a descansar. Puso un brazo debajo de su cabeza y el otro lo dejó reposando sobre su abdomen.