07 | Al menos yo tengo camisetas

1.8K 203 19
                                    

¿Menudo tío más tonto, y maleducado. Yo tampoco esperaba cruzármelo por aquí, siempre que hablo con él me saca de mis casillas, pero podría poner algo más de entusiasmo cada vez que me ve, aunque fuera solo por cortesía. Yo ya no estaba en la librería ayudando a mi madre, no tengo por qué ser amable con él aquí y ahora.

Cierra la nevera con la pierna izquierda, parece que va a hacer tostadas. Debería ir al salón antes de que pueda decir alguna tontería más, pero inconscientemente me detengo un instante a mirarle. Nathan Sparks es un idiota, es grosero, arrogante, aunque tiene cierto talento musical. Pero también era peligrosamente atractivo. Casi demasiado. Excesivo para lo mal que me caía.

Su torso es delgado pero fuerte, sus músculos están definidos lo suficientemente como para querer mirarle más tiempo del que debería. Y eso estaba haciendo yo en ese momento. Abstraída mirando un chico estúpidamente guapo.

Deja dos trozos de pan en la tostadora, y se echa sus rizos hacia atrás para hacerse un moño. Siento una presión en mi vientre, serán los nervios porque no puedo articular ninguna palabra. Parpadeo dos veces para salir del trance y girarme para marcharme. Tengo que salir de aquí antes de que me pregunte algo, necesito a Maddie.

- ¿Vas a quedarte ahí todo el tiempo... mirando? - Dice mientras echa tomate en las tostadas, sin levantar la mirada. Algo que agradezco porque siento calor en mis mejillas. - ¿Necesitas clases culinarias o te gusta más observar otra cosa? - Sonríe, con arrogancia. Mi rostro entero arde. Y sigo sin saber decir nada más, ¿qué me pasa? Tengo que defenderme como siempre hago, pero se me quedan atrapadas las palabras en mi garganta.

No es el primer chico que veo sin camiseta. Aún recuerdo la vez que fui a casa de Rachel antes de tiempo y vi algo que preferiría olvidar... pero bueno, Ezra y Nathan son muy... diferentes, supongo.

Trago saliva y desvío mi mirada al pasillo. Di algo, Lizzy. - La verdad es que sí que me gustan las tostadas, pero no hacen faltas clases para aprender a hacerlas, gracias. - Consigo pronunciar con cierta seguridad en mí misma, que, en realidad, ahora mismo no tengo. - Estaba buscando el salón, Maddie me ha...

- Diría que esto es una cocina. - Me interrumpe, levantando un brik de zumo de naranja. Me está molestando más de lo que debería.

- Ya, sé que esto es una cocina, puedo verlo. - Respondo y me giro para irme antes de cabrearme aún más, no quiero que cuando venga Maddie me vea de mal humor. Pero antes de dar tres pasos seguidos vuelve a hablar.

- ¿Solo tienes camisetas de grupos alternativos, chica peliazul? - Miro mi ropa, llevaba una camiseta de los arctic monkeys, parece que los conoce, pero por alguna razón no me sorprende viniendo de él. Espera, ¿me ha llamado chica peliazul? No sé por qué me ha hecho gracia, pero intento contener mi risa, no quiero que la escuche.

Quizás ahora sí que me estaba mirando a mí, o eso creía antes de girarme para responderle. Sus ojos primavera seguían fijos en cualquier sitio que no fuese yo. Estaba de espaldas buscando algo, sus músculos estaban tensos. No supe qué decir en ese instante.

- ¿Nathan te falta mucho? - Grita una voz desde el piso de arriba. Él ni se molesta en responder, pero gracias a Ashley puedo centrarme de nuevo en la conversación y supe exactamente qué decir antes de salir de allí.

- Al menos yo tengo camisetas. - Le dediqué una sonrisa, aunque sabía que no me estaría mirando. Escuché cómo se reía detrás de mí, y eso fue suficiente para poder relajarme antes de salir a buscar a mi nueva amiga.

Conseguí volver a la entrada de la casa, subí las escaleras y me crucé al fin con Maddie, que me miraba algo extrañada. - Pensaba hacerte un tour luego, no tan pronto. - Se ríe de su propio comentario, pero me daba miedo que pensase que estaba cotilleando.

Hasta la última canción [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora