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Entraron y yoongi se sorprendió aún más, una casa tan grande solo para 2 personas? Wow.

- ponte cómodo, iré a cambiar de ropa a nayeon y a preparar el almuerzo - le sonrió, para después tomar entre sus brazos a la pequeña niña y subir las escaleras.

Yoongi se sentó un tanto cohibido en uno de los amplios sofás, seguía sorprendido por la inmensa casa.

- papi - le dijo la niña, mientras que jeon retiraba sus zapatos

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- papi - le dijo la niña, mientras que jeon retiraba sus zapatos.

- que sucede? - le prestó atención de inmediato.

- yoongi oppa es muy lindo, te vas a casar con el? - preguntó emocionada.

Jungkook se ahogó con su propia saliva, golpeando su pecho intentando recuperar la respiración.

- d-de dónde sacaste eso conejita? - habló con un tono de voz nervioso.

- es que se sonreían mucho y pensé que se gustaban - hizo un puchero.

- p-pues, te digo la verdad, yoongi me gusta - pensó que esto podría servir como pie para decirle la verdad.

- enserio? - le sonrió - cuando le vas a pedir que sea tu novio?

- cuando sea tiempo, ahora dime, que es lo que te quieres poner?

- mi vestido rosa.

- está bien - le sonrió, procediendo a buscar el vestido y ayudarle a ponérselo - ahora bajemos, que yoongi tiene que estar aburrido.

- si!

Nayeon bajó las escaleras primero, para sentarse a un lado de yoongi, quien le sonrió apenas la vio.

- yo estaré en la cocina, pueden ver televisión si quieren - sonrió para ambos, para después desaparecer por el pasillo.

Nayeon tomó el control de la TV y la encendió, dejándola en un canal infantil.

- yoongi oppa - lo llamó, logrando que él rubio volteara a ella.

- si?

- mi papá es bonito, cierto? - preguntó con una segunda intención.

Yoongi se sonrojó un poco con la pregunta, para después asentir nervioso.

- s-si, la verdad s-si - desvió un poco la mirada, nervioso.

Nayeon sonrió satisfecha, su papito era todo un galán y le encantaba, aunque se terminaba poniendo celosa de las mujeres que le coqueteaban en su trabajo o cuando la venía a recoger de la escuela, siempre se agarraba de su fuerte brazo y discretamente les mostraba la lengua.

A ella no le gustaban las malas palabras porque su papito le había dicho que no se decían, pero en más de una ocasión insultó en su pequeña cabecita a las mujeres que le coqueteaban a su padre.

Perras, es mi papito, decía en su mente, mientras que sacaba la lengua y se aferraba al brazo de jungkook.

Por alguna razón ella no se sentía amenazada por yoongi, era extraño, hasta le había parecido bonito y simpático.

- a comer pequeños ángeles! - llamó jungkook desde la cocina.

-voy! - gritó nayeon, parándose del sofá, para tomar la mano del rubio y guiarlo al comedor.

El almuerzo estuvo muy agradable, aunque no faltaban las miradas discretas de jungkook y yoongi, la niña no las notó, pero entre ellos se entendían.

Al terminar el almuerzo yoongi dijo que tenía que irse, pero nayeon se lo impidió.

- no se vaya, por favor - hizo ojitos de cachorrito abandonado, sabiendo que siempre funcionan.

Yoongi se derritió de la ternura y no pudiendo decir que no, decidió quedarse un tiempo más.

- está bien, me quedaré un par de horas - le sonrió.

Nayeon igualmente sonrió, mostrándole otra vez que era digna hija de su padre.

Jungkook miraba todo con tranquilidad, sintiéndose un poco feliz al saber que su pequeña conejita se llevara bien con su novio.

Oh, que bien se escuchaba esa palabra, novio, se dedicó a suspirar como un tonto enamorado, mirando a yoongi convivir con su hija.

- yoongi oppa, puedo maquillarlo? Mi papito no se deja - hizo un puchero, yoongi nuevamente no pudiendo decir que no, aceptó.

Nayeon subió las escaleras para traer su maquillaje, que eran más que todo algunos labiales de fantasía y pinta caritas que jungkook le había comprado.

Jungkook se negaba rotundamente a que su tesoro usara maquillaje de verdad en su tan precioso rostro, era muy niña todavía para arruinarse la cara.

En eso yoongi aprovechó para dejar un pico en sus labios, sorprendiendole, pero después se lo devolvió.

- tu hija es el ser más puro y lindo - le sonrió sinceramente, sin mostrar los dientes.

- lo sé, es mi hija - dijo lleno de orgullo y superioridad.



































































¿Me aceptarías si yo... tuviera una hija? - KookgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora