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Estaba destrozado, salió del salón con la mirada perdida y las lágrimas en sus mejillas para caminar hasta su hija y evitando que viera su estado la abrazó enseguida, colando a Yoongi al abrazo pues aún tenía a Nayeon entre sus brazos.

- que pasó papá? - preguntó ella inocentemente.

- cosas de adultos conejita - estaba evitando mirarla, se sentía avergonzado.

Yoongi sabía que nada estaba bien, lo podía ver en sus ojos y en su forma de hablar, estaba destrozado.

- vamos a casa - trató de mostrarse fuerte ante Nayeon, aunque por dentro estaba roto.

- si - Yoongi la entregó a sus brazos.

Jungkook la tomó y la abrazó lo más fuerte que pudo y Nayeon también hizo lo mismo.

- puedes venir con nosotros? - le preguntó al oído con voz débil.

Yoongi se enterneció por ello.

- está bien, iré - alzó la mano y la ubicó en su cabeza, acariciando un poco el cabello castaño, como si estuviera acariciando un perrito.

Con eso fueron hasta el auto mal estacionado, se subieron y jungkook empezó a manejar con destino a su casa.

El camino fue silencioso, ninguno hablaba, Nayeon sentía que algo estaba mal, pero no dijo nada.

Al llegar a casa Jungkook miró a Nayeon y se dio cuenta de que se había quedado dormida, seguramente por todo el ajetreo de hoy.

- está dormida - dijo mientras que volteaba hacía el asiento de atrás, donde se encontraba Yoongi.

- lo de hoy la dejó agotada, será mejor que la dejes descansar - le aconsejó.

- bien - dio un surpiro y salió del auto junto con Yoongi, para voltear el auto y abrir la puerta del copiloto, tomando nuevamente a Nayeon entre sus brazos.

Ambos entraron en la casa, para después subir las escaleras a la habitación de Nayeon, Yoongi solo estaba siguiendo al castaño, quien estaba demacrado.

Jungkook acostó con cuidado a su preciada hija, si, aunque no fuera su hija biológica lo seguiría siendo en su corazón, la cubrió con las sábanas y dejó un dulce beso en su frente, para después suspirar cansado.

- tienes hambre? Puedo cocinarte algo sencillo, yo no tengo hambre - le dijo Jungkook sin ánimos de nada.

- no, por ahora me preocupas tú - se acercó a él con una mirada preocupada, ubicando sus manos en las mejillas que aún estaban un poco húmedas, acariciando sutilmente.

- vamos a mi habitación - bajó la mirada apenado, para después tomar la mano de Yoongi he iniciar un camino hasta su habitación.

Al llegar y cerrar la puerta no aguantó más, cayó en los brazos de Yoongi, quien tomó su cuerpo entre sus brazos, abrazándolo fuertemente.

No se dijeron palabras, no era necesario, la situación no ameritaba palabras aunque fueran de consuelo.

Jungkook comenzó a caminar hacia la cama, arrastrando consigo a Yoongi, hasta caer en el colchón con Jungkook encima de Yoongi.

El rubio comenzó a acariciar los suaves y castaños cabellos, tratando de consolarlo por medio de acciones ya que no se atrevía a decir palabra.

En eso sintió como la respiración de Jungkook se hacía más ligera y el agarre al rededor de su cuerpo perdía fuerza, se había quedado dormido entre sus brazos otra vez.

Pasaron unos minutos en los que admiró su rostro, se veía cansado y demasiado triste. Comenzó a acariciar el bello rostro de manera delicada y suave, también acariciando las hebras de su cabello revuelto, intentando peinarlo.

Yoongi también se estaba quedando dormido, el rostro pacifico de Jungkook le transmitía sueño, sus párpados pesaban.

Estaba a punto de rendirse ante el sueño cuando el sonido de un celular lo asustó, activando sus sentidos.

No era su celular, pues lo tenía en silencio, así que supuso que era el celular de Jungkook.

En primera instancia lo dejó pasar, pero estaba sonando de manera insistente, al parecer eran mensajes y llamadas intercaladas.

No tenía idea de cómo Jungkook no despertaba, eso quería decir que estaba demasiado cansado.

Estuvo tentando a tomar el teléfono y ver por sí mismo quien era la persona que estaba detrás de tanta insistencia, pero se negó enseguida, eso sería traicionar la confianza de Jungkook.

De un momento a otro el teléfono dejó de sonar y pudo respirar tranquilo, aunque la curiosidad lo carcomía por dentro.

“la curiosidad mató al gato pero la satisfacción lo trajo de vuelta”

Repitió ese famoso dicho que la gente siempre decía de manera incompleta, para tomar el teléfono del bolsillo trasero de Jungkook y se espantó por el ultimo mensaje que encontró.

“te veré en 3 días en el juzgado, Jeon”

Era Jieun.












































































Perdón por la tardanza, pero estoy en medio de un pequeño bloqueo creativo, ya lo estoy solucionando pero esto es lo que les puedo dar por ahora, espero que les haya gustado ♡.







































¿Me aceptarías si yo... tuviera una hija? - KookgiOnde as histórias ganham vida. Descobre agora