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Asustado volvió a tomar el teléfono.

- de que estas hablando lee!? - no podía creerselo, la niña tenía que ser su hija.

- como escuchaste, no comparte tus genes, damela.

- jamás! Es mi tesoro más preciado, no me importa que no sea mi hija, yo la crié! - estaba desesperado.

- eso se lo dirás a un juez.

- estas bromeando, cierto?

- no jeon, quiero mi herencia, pero necesito a la niña para recibirla, así que atento, que puedes perder - y colgó.

Jungkook quedó asustado, estaba paranoico, alguien podía explicárselo? No entendía, la niña era prácticamente una copia suya, estaba devastado.

Intentó poner una buena cara, aunque le era imposible.

Decidió ir a la habitación de nayeon, en algunos casos sería al revés, pero estaba muy asustado.

Abrió la puerta y la vió despierta, llegó a saltar del susto, estaba con el corazón en la mano, que tal si llegó a escuchar su conversación? No estuvo precisamente callado.

- conejita, no pensé que estabas despierta - se acercó a ella, tratando de parecer tranquilo.

- es que te escuché gritar y después escuché un golpe - se ocultó entre las mantas.

- ah, no era nada, cosas de adultos, no escuchaste nada más? - estaba temblando.

- no.

Dio un suspiro de alivio, para después acercarse a ella.

- quieres que duerma contigo?

- si, por favor - hizo un puchero.

Se acercó a la cama y entró en ella, en seguida tenía a la pequeña arriba suyo, abrazándolo con toda la fuerza que sus pequeños brazos le proporcionaban.

Así durmieron hasta el día siguiente, nayeon debía ir a clases, un poco asustado la llevó, volvería a por ella a la hora justa, no quería que lee se pasara de lista.

- nos vemos más tarde conejita, vendré por ti y que no se te olvide, yo siempre vendré por ti - le dijo estando a la entrada de su escuela, arrodillado para estar a su altura.

- si papi, no me voy a mover hasta que tu llegues - dijo segura de tus palabras.

- bien hecho, nos vemos - dio un beso en su frente, para después recibir uno en su mejilla.

Fue viendo como su hija entraba al establecimiento, suspirando, no quería perderla, era su ángel, su tesoro.

Llegó a alumbrar su vida, sin ella no era nada, fue su bendición, desde que la vio abrir los ojos por primera vez quedó enamorado de esa mirada color chocolate.

Cuando la perdió de vista entró a su auto, para después teclear un número en la pantalla del auto, esperó a que contestaran.

- hola?

- yoongi, que gusto oír tu voz - tiró su cabeza en el asiento.

- que sucede? No te escuchas para nada alegre.

- mira, podemos vernos? Por favor, lo necesito - estaba a nada de suplicarle.

- está bien, agradece que no tengo parciales, podrías venir por mi a la universidad?

- Claro, dime cuál es y estaré ahí!

- la universidad Nacional de Seúl.

- bien, a que hora puedo estar ahí?

- jeon, apenas son las 8 de la mañana, a que hora sale tu hija?

- a las 5.

- ven por mi a las 2, no tengo mucho que hacer hoy.

- gracias a los dioses - suspiró - entonces iré para allá a las 2, sin faltas, te quiero.

- yo también te quiero, adiós.

Qué haría hasta que fueran las 2? Un momento, por qué no se le había ocurrido antes?

Puso el auto en marcha directo a casa, no le importó pisar el pedal a fondo, o si chocaba con algo, simplemente intentaba llegar lo más rápido que le fuera posible.

Cuando llegó dejó el auto afuera, para correr adentro.

Tomó unos guantes y una bolsa, para subir a la habitación de su hija y buscar su cepillo para el cabello. Al encontrarlo lo tomó con ambas manos y lo metió a la bolsa, al ya tener eso cerrado se quitó los guantes y dio carrera al auto para salir otra vez.

Puso el auto en marcha y partió a un laboratorio clínico.




















































¿Me aceptarías si yo... tuviera una hija? - KookgiWhere stories live. Discover now