¿Me aceptarías si yo... tuviera una hija? - Kookgi

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— ¿De qué estás hablando? — preguntó Namjoon, extrañado.

— Cuando tenga más tiempo se los cuento, por ahora tengo que aclarar un par de asuntos, lo siento — hizo un pequeño puchero por la tristeza.

— Está bien, cuando estés más calmado puedes contarnos, cuidaremos a tu hija todo lo que sea necesario — dijo Jin firme, para después darle un cálido abrazo a su Jungkookie.

— Muchas gracias a ambos — después de Jin fue a abrazar a Nam.

Yoongi veía todo enternecido, le alegraba saber el que Jungkook tenía personas tan especiales en su vida, viéndolos desde lejos podría pensar que Jungkook era su hijo por la forma tan linda en que se trataban.

— Bien, nos vamos, vendré a buscar a Nay en un par de horas más, cuidenla mucho.

— Y lo haremos, ve a descansar un poco — le dijo Namjoon, dándole una pequeña palmadita en el hombro.

— Nos vemos luego — y con eso se dio la vuelta.

— Fue un gusto conocerlos — dijo Yoongi, quien habló por primera vez después del saludo he hizo una reverencia.

— El gusto fue nuestro, nos vemos — se despidió Jin.

Y con eso se adentraron al auto, Jungkook lo puso en marcha y empezó a conducir hasta su casa.

Al llegar dejó el auto estacionado afuera y entró a casa junto con Yoongi, quien estaba cabizbajo.

Jungkook fue a sentarse al sillón y Yoongi se sentó a su lado, enseguida sintió la mano de Jungkook entre las suyas, haciendo que lo mirase.

— Cuéntame que es lo que sucedió — le dio una mirada comprensiva, estaba acostumbrado a hacerlo cuando su hija hacía alguna travesura.

— Ese día cuando volvimos con Nayeon y te quedaste dormido tu celular no paraba de sonar, primero no quise ver para no invadir tu privacidad, pero cuando dejó de sonar me dio curiosidad y lo tomé, revisé el último mensaje que aparecía en la pantalla de bloqueo, era Jieun diciéndote sobre el juicio, ¡quería decírtelo pero no sabía cómo! — sus ojos se cristalizaron — Se que Nayeon es muy importante para ti, no sabía cómo, pero quería hacerlo, quería decirte, no sabes cuanto quería, pero se que eso no vale cuan- no pudo seguir su lamento, pues Jungkook lo tomó de las mejillas y plantó un beso en sus labios.

— Tuviste la intención de decírmelo, con eso me basta — le dijo Jungkook cuando se separó de sus labios, sonriendole suavemente, acariciando levemente su mejilla.

— Pero no pude, Nayeon está en juego y yo no supe que hacer — aún tenía lágrimas en sus ojos, las cuales fueron limpiadas suavemente por Jungkook.

— Me alegra que quieras involucrarte en mi  vida al 100 por ciento, pero no te culpes por esto, era algo que tarde o temprano tenía que pasar y no quiero involucrarte más de lo necesario, quiero que este sea un duelo para mi, no quiero arrastrarte a problemas de adultos, a final de cuentas sigues siendo joven y estás preocupandote por cosas de las cuales no deberías — le miró con tristeza.

— Pero quiero estar contigo, al 100, no importa si piensas que no debería preocuparme por estas cosas, te quiero y quiero estar contigo en las buenas y en las malas — dijo firme de sus palabras, mirándolo con seguridad.

Jungkook sonrió con tranquilidad para atraer a Yoongi a sus brazos y apresarlo fuertemente.

— Gracias por querer ayudarme y estar conmigo, por ahora tendré que prepararme para esto del juicio, no se si pueda ganar, pero lo intentaré con todo mi corazón, porque ese pequeño angelito es mi hija sea como sea, no importa lo que un estúpido papel pueda decirme.

— Yo también voy a luchar contigo, hasta el final — dejó un pequeño beso en sus labios.

— Mira la hora, ¿No tienes universidad mañana? — le miró preocupado.

— Si, lo había olvidado, Taehyung y Jimin deben de estar molestos conmigo.

— Te llevaré, vamos.

Y con eso salieron de la casa de Jungkook hasta el auto, donde el más alto emprendió camino al pequeño departamento que Yoongi compartía con sus amigos.

Al llegar se despidieron y Yoongi entró, escuchando rápidamente unos pasos y a continuación unos gritos por parte de sus amigos.