Los deseos de las estrellas | one shots edser y hanker

tatuajes; edser

holu!!! os dejo un mini fic de cómo me encantaría que eda y serkan se tatuaran 😚
los tatuajes me encantan y desde que existe esta posibilidad he estado pensando cómo escribirlo porque me hacía mucha ilusión jsjsjs
espero que os guste bbys 👻

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Eda siempre había pensado que los tatuajes eran un arte. Una forma de impregnar a través de tinta conceptos de arte en la piel. Una forma de hacer inmortales momentos, personas. Una forma de anclarse a uno mismo en aquello que da paz, felicidad, esperanza.

Esa era la razón por la que decidió tatuarse la estrella en la mano tantos años atrás. Y la razón por la que no había vuelto a tatuarse nada más. Pues, a pesar de que haber pensado algún diseño con las chicas o haber dibujados algunas de sus flores favoritas, nunca había regresado a un estudio y no había llegado a plantearse del todo el volver hacerlo.

Sin embargo, ahora tenía a Serkan Bolat delante. Al hombre de su vida. Y Serkan la estaba mirando con toda la verdad en los iris y todo en ella estaba temblando de amor.

–Después del desmayo en el aeropuerto, he empezado a entender que morir es empezar a vivir en otro mundo cuando este deja de tener sentido. Y me he dado cuenta, una vez más, que me quedan mil cosas por hacer contigo. Que no me puedo permitir desperdiciar ni un segundo de mis días sin ti. Que no quiero hacerlo. No quiero estar sin ti, Eda. Ya no sé cómo ver esta tierra sin ti a mi lado, sin tus dedos entrelazados con los míos. Ya no sé cómo ver la belleza si no te veo a ti a los ojos en cada despertar.

Así que, he entendido que no puedo morir; que no lo haré siempre que me mires y me sonrías. Que eres mi oxígeno, mi fuente de vida, el elixir de mi eternidad.

He vuelto a mirarte y a verme reflejado en tu alma. He vuelto a mirarte y a respirar aire puro. He vuelto a mirarte y enamorarme. Como a cada instante. Porque no dejo de enamorarme un poco más y un poco más y un poco más con cada risa que consigo sacarte, con cada caricia, con cada roce. Y la vida es esto. Estos pequeños detalles. Y la vida son deseos. Y mi único deseo eres tú.

Voy a volver a pedírtelo, y lo haré cada día hasta que me digas que sí, y lo haré cada día, aunque me digas que sí.

Eda Yıldız, ¿harías el honor de casarte conmigo? ¿harías el honor de ser mi estrella fugaz inmortal? ¿harías el honor de ser mi talismán? ¿harías el honor de ser simplemente tú, pero conmigo?

Y Eda lloró y le dijo que sí, por supuesto que sí, siempre que sí.

–Tengo el colgante con la flor en casa. Lo tengo guardado porque es tu esencia y un poco del principio de nuestra historia. Había pensado en traerlo y entregártelo de nuevo. Pero siento que necesitamos algo más. Algo todavía más físico. Algo, quizá, intangible. Algo que no se caiga ni se pierda. Algo que se quede con nosotros para siempre. Y he pensado que podríamos tatuarnos.

Serkan era un hombre bastante racional, pero desde que Eda estaba a su lado, había intentando romper todas sus barreras y dejarse volar, dejarse ser libre. Y, en ese momento, la libertad era la oportunidad de impregnarse en la piel el recuerdo de su amor, su alianza, su compromiso.

–Sé que para tatuarse hay que pensarlo mucho, tenerlo muy claro. Pero yo lo haría ahora mismo, Eda. Iría ahora mismo y lo haría porque quiero tenerte en mí de todas las formas posibles. Ya estás en mi alma, en mi corazón y en mi cabeza. Y, si me lo permites, empezarás a estar en mi piel también.

Eda abrió la boca y supo que no había otra respuesta correcta que no fuera un haré cualquier cosa contigo. Porque sí, los tatuajes eran arte, ¿pero acaso no lo era su amor también?