Los deseos de las estrellas | one shots edser y hanker

no la conozco y ya la amo; edser

Este mini fic está basado en el teaser, es decir, en el posible plot que tendremos en esta segunda temporada. ¿En qué bando estáis, en el que está favor o en el que está en contra de lo que se viene?

Yo estoy bastante emocionada porque volvemos al enemies to lovers, pero sin ser enemies realmente porque se siguen amando y ahora tienen una niña de por medio de la que serkan no sabe nada. Es que si lo hacen bien, puede ser una temporada épica. Aun así, de momento, nos queda confiar y esperar, porque algo de miedo sí que me da que no paremos de sufrir con ellos en ningún momento.

En fin, espero que os guste este oneshot edser 🤍

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Serkan Bolat no era nadie. No era nadie desde hacía cinco años. No era nadie y creía que no iba a volver a serlo nunca. No era nadie porque el hombre que había sido había dicho adiós marchándose junto a ella. Su hada se había llevado su corazón en una mano y la maleta en la otra y Serkan solo había intentando sobrevivir desde entonces.

Pero, de repente, ella había vuelto. Y Serkan había sentido que podría se alguien de nuevo. Verla le había hecho darse cuenta de que no la había superado como tanto se había hecho creer a sí mismo y que su vida seguía girando a su alrededor.

Ver a Eda Yıldız frente a él solo había conseguido que Serkan Bolat se hundiera.

No obstante, el pecho se le cerró ante la imagen de ella con una niña en brazos.

Eda tenía una hija.
Había rehecho su vida.
Era feliz con otra persona.

Y Serkan estaba solo.
Como lo había estado desde siempre y como lo estaría para siempre.

Se odió a sí mismo, incapaz de perdonarse por haberla perdido, y lloró la primera noche de su regreso por todos los días que se había impedido hacerlo.

Una mañana, con el peso del vacío y del dolor de ya no tener, ni siquiera, a su fiel y eterno acompañante Sirius, bajó al parque de siempre, sintiendo la presencia de su perro a su lado, protegiéndole del silencio y de la soledad que querían llevarle a las sombras. Paseó sin rumbo y acabó sentándose en el banco en el que estuvo con Eda la primera noche que pasearon juntos a Sirius. Miró a su lado, viendo el fantasma de sí mismo y el fantasma de la mujer de su vida ante él, mirándose y escondiendo el secreto de que ya se gustaban para aquel entonces.

Serkan sacudió la cabeza, intentando apartar la visión, y observó el cielo, buscando formas en las nubes. Acabó cerrando los ojos, escuchando la voz de Eda como llevaba haciendo intermitentemente durante esos años. Revivió los momentos que compartieron, las risas, los abrazos, los besos. Y las discusiones.
Nunca consiguieron aprender a comunicarse del todo y eso había acabado separándoles para siempre.

Y ahora Eda tenía una hija. Y él no tenía a nadie.

Serkan se preguntó, no por primera vez, si eso era lo que siempre había merecido, y se respondió, no por primera vez, que sí. Que Serkan Bolat nunca había merecido a Eda Yıldız. Que Serkan Bolat, Serkan Robot Bolat, merecía estar solo.

Llegó a pensar en tener hijos con ella, a pesar de que nunca le habían gustado, pero acabó entendiendo que era mejor que eso no hubiera pasado. Y, en el fondo, se alegraba de que ella hubiera tenido una niña con otra persona, pues recordaba como con aquel susto de embarazo, ella había comentado que siempre había querido tener una.

Al fin y al cabo, lo único que siempre había buscado Serkan era la feliz de Eda, aunque esta no estuviera a su lado.

Si viniera a la Tierra 100 veces, 100 veces se enamoraría de ella, pero en ninguna de esas 100 la arrebataría la oportunidad de ser libre lejos de él. Y aunque al verla de nuevo se había dado cuenta de que sí, seguía enamorado, o sí, se había vuelto a enamorar, Serkan no iba a hacer nada. No iba a estropear su vida. No una vez más.