🇦🇷F I F T E E N🇺🇸

773 81 10
                                    

No puedo evitar pensarlo, es horrible está sensación.
Él tomo mi cuerpo y lo uso cómo si fuera un juguete, luego me dejó sucio. Se fue sin más.
No puedo creerlo, me cuesta procesarlo y entenderlo.
Deseo tanto que ese hijo de perra se pudra en el infierno.
Tengo una sensación de mugre en todo mi cuerpo, me duele, y también siento culpa.

¿De que? ¿Por qué? ¿Que pasa? ¿Que me sucede? ¡BASTA POR FAVOR!

—¡ARGIE!— Sus brazos me rodearon y me protegieron.

Estoy en su pecho ahora, y estoy... feliz.
Me siento en calma, no quiero dejar de sentir este calor.
No me importa si somos mejores amigos desde hace mucho, él ha estado para mí.
Saco sus lentes de sus ojos, por más negros y llenos de corrupción que estén, veo a una paloma blanca herida y que necesita ayuda.

Mi ayuda.

—Argie... ¿what the...— No termina de preguntarme. Estamos cerca de los labios del otro.

—USA, Yo...— Cierro mis ojos esperando ese tacto. Quiero besarlo. Quiero hacerlo.

—I... Lov...— Y un portazo interrumpe el momento.

No se cuántas veces planean romperme la puerta a patadas, encima que me cuesta un huevo hacerlo. La plata no me llueve y estos pelotudos creen que vivo forrado de billetes de cien.
Sin embargo; volteo a ver a quién me rompió la puerta.

—¿México?— Lo quedé viendo bastante molesto por su forma tan inoportuna de hacer presencia.

—¡Eres una basura! ¡Un hijo de perra mal nacido!— Exclamó a los cuatro vientos acercándose a mí a zancadas.

Sus ojos están eufóricos en su rabia. Oh, que piola, otro problema de mierda. Cómo si no tuviera suficientes.
Me lo quedé viendo seriamente mientras me cruzo de brazos, por otro lado, USA ha de estar molesto también.
Sin darme cuenta ya estaba sintiendo el ardor de mi mejilla derecha por golpe que el de tres colores me había puesto en toda la jeta.
Y eso fue suficiente para mi mejor amigo para reaccionar.

—¡ARGENTINA!— Me hizo a un lado y un fuerte puñetazo se clavo en toda la cara de México de mi parte.

—¡¿QUE CARAJO TE PASA CONMIGO, PELOTUDO?!— Me le fui encima.

Los dos comenzamos a pelear de manera bastante fuerte, hasta podría decirse que recibí mordidas en el hombro.
Puedo sentir la mirada confunda de Estados Unidos, yo y México, peleando cómo nunca antes. Y ahora; estamos bien a las piñas.

—¡PRIMERO ME VES LA CARA DE ESTÚPIDO Y AHORA TE BESAS CON EL MALDITO GORDO!— Exclama él mientras me logra meter un gancho en mi estómago. Y por último una patada en la pierna haciendo que caiga al suelo.

Mi cuerpo, no reacciona, de nuevo me estoy sintiendo raro. Muy raro...
México me mete otro golpe directo al rostro. Y lo último que veo es a mi amigo someterlo contra el suelo.
Otra vez esa cagada, veo negro. Ya ni siquiera se dónde voy.
Mi cuerpo se siente muy pesado y solo quiero dormir un poco, o quizás, mucho.

O nunca despertar.

Su Amor, su dolor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora