🇨🇺E I G H T T E E N🇺🇸

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El lugar tan hermoso y de un resplandor verde daba a entender que era un paraíso para quién lo visitará, al ser una isla pequeña pero hermosa me da la sensación de calidez pero su gente no parece agradarle mi presencia, o al menos... así lo siento.
México, por otro lado, disfrutaba de una buena bebida alcohólica. No es a lo que veníamos pero, de mientras, un relajo nos vendría muy bien de todo este asunto.
Yo no quiero descansar, mi espalda está reposada en el cojín del sofá y puedo ver a Cuba con su respectivo uniforme militar.

—Estas pruebas son suficientes para hundirlo... pero no termino de entender, señor Usa.— El de Estrella me miró fijamente a los ojos de una manera fría.

—¿Que es lo que te inquieta?— Baje mis lentes para devolverle la mirada.

—¿Para que me necesitan...?— Respondió Cuba.

Mire a México que ya se encontraba sin la botella, pero seguía totalmente sobrio. Levante la mano para darle a entender que él era quien debía hablar.

—Tenemos entendido que no te llevas bien el ruso. ¿Cierto?— Hablo México con seriedad.

🇨🇺—Podría decirse...

🇲🇽—Bueno, a cambio de lo que quieras, queremos toda la información que tengas acerca de cierto abandono a tus tierras después de la caída de su padre.

🇨🇺—¿Hablas cuando me quitaron los comercios?

🇲🇽—Y los falsos pactos bajo la mesa.

México era bueno con su palabra, había mucha historia con Cuba y URSS, más después de la caída de 1991. Había un enorme secreto detrás de todo su golpe económico y de estado. Quizás algo mucho más allá que aquel de Estrella sabía. Algo que su gente, si se enterará, derrocarian al gobierno sin pensarlo dos veces.
Necesitamos la ayuda de este pequeño gran salvaje. Caso contrario, no sabría cómo ejecutar mis planes para ayudar a Argentina. Su ayuda médica era necesaria pero más todos sus archivos e informes acerca de ese maldito ingrato que por desgracia es otra potencia.
Se armaría guerra después de esto, pero ya nada importa, tengo los recursos para defender a Cuba, México y Argentina.
La dependencia diplomática no me permite abandonar a quienes fueron mis aliados y comerciantes, voy a aprovechar esta voluntad que tengo a cómo me de lugar.

—Denme unos días, y pensaré mi paga.— Sentenció el Cubano, y sin más que decir, México y yo nos retiramos respetuosamente de su oficina.

Bajando las escaleras, recibí una llamada a mi celular privado. Esto me llamo mucho la atención, le dije a México que se adelantará y se suba al avión.
Al contestar la llamada... la sangre se me helo por completo.

—¿Estados Unidos...?— Su voz, la reconozco.

—¡¿Santa Cruz?!—

Baja la voz... nos escuchan.

—Llevas desaparecido más de un mes, ¿cómo es que...?— Fui interrumpido por su llanto y su desesperación.

Lo sé!— Sollozos se alargaban. —Sacame de acá, te lo ruego.

—Whats?...— Quedé confundido —Dime, ¿donde estás? ¡Voy de inmediato!—

De pronto se escucharon gritos de fondo, alguien le acaba de arrebatar el celular a Santa Cruz y su voz suplicante me deliraba a la ira. Hasta que un tono en particular me llamo la atención.

¡Pequeña rata! ¡Me robaste el celular!— Esa voz... ¡ES MOSCÚ!

—¡DETENTE! ¡NO SE TE OCURRA HACERLE DAÑO!— Grite tanto como pude mientras corría con mis guardaespaldas al avión hasta que no recibí ninguna respuesta.
Habían colgado.

—Gordis, ¿que pasa?— Hablo México preocupado.

—¡TENEMOS QUE BUSCAR A SANTA CRUZ! ¡DE INMEDIATO!—

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⏰ Last updated: Sep 02, 2022 ⏰

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