Capitulo 35

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Los gemelos Weasley estaban en el cielo en la casa de Slytherin, la verdad es que desde de la "pelea" inicial de "en donde dormirían" ya no volvieron a llamar tanto la atención sobre ellos después de todo dentro de la casa habían comodidades, y aparte no era como en Gryffindor que todos esperaban a que hicieran algo nuevo o una nueva travesura, ninguna de las serpientes parecía ni ligeramente interesado en su vida lo cual era genial para ellos, el hecho de que las habitaciones fueran menos pobladas también les dio más privacidad y tiempo para compartir en privado, lo cual era simplemente genial, lo único malo fue que su "cuidador" tenía un horario muy parecía al suyo así que era rara la ocasión que estaban genuinamente solos para compartir y con las diferencias de las clases optativas en las cuales les costó ponerse al día no habían tenido mucho tiempo para ellos.

Pero ese día tenían la habitación para ellos solos y Fred no quería desperdiciar la ocasión, aunque ya habían tenido un contacto cercano y poco fraternal hasta ahora, pero no habían podido llegar hasta el final por diferentes motivos, entre ellos las continuas interrupciones de parte de terceros y las clases, pero ahora que su cuidador estaría fuera por dos horas más o menos con algo de suerte, no es que quisiera forzar una situación con su otra mitad ni nada, pero sin duda seria lindo poder unirse.

La verdad es que deseaba llegar al final y aunque George no dijera nada del asunto, sabía a ciencia cierta cuales eran sus intenciones, ya había preparado algunas cosas escondiéndolas en la habitación, nada muy complicado unos cuantos bocadillos cortesía de los elfos domésticos y algo de cerveza de mantequilla, estaba nervioso, casi nunca se separan así que le costó que alguien lo mantuviera entretenido mientras él reunía todo y pronto George se daría cuenta de que se le había perdido otra vez y comenzaría a buscarlo, por lo mismo espero sentado en su cama, en la única habitación con tres camas en toda la casa de Slytherin, con las dos botellas de cerveza de mantequilla una en cada mano.

Y como si de una predicción se tratara la puerta se abrió repentinamente mostrando a su gemelo, parado el marco de la puerta mirándolo con los ojos muy abiertos y una sonrisa de felicidad pintada en los labios.

- ¿Me acompañas a beber alago? – pregunto son con una sonrisa mientras se levantaba de la cama.

- Tonto – respondió el otro

La respuesta fue una sonrisa gemela a la suya, en el punto medio de la sinceridad y la picardía de una travesura, cerrando la puerta al entrar se acercó rápidamente tomando la botella dándole un largo trago, mientras sentía un brazo ajeno aferrarse firmemente en su cintura cosa que le arranco una sonrisita y unas gotas de cerveza de mantequilla, lo siguiente que sintió fue una cálida lengua recorrer su cuello hasta la comisura de sus labios, el sobresalto casi hace que tire su jarra.

- Vamos a jugar George – le susurro a su oído Fred.

Lo siguiente que supo fue que su boca fue invadida por un demandante beso, lo correspondió con la misma intensidad hasta que la jarra callo de su mano sobresaltándolos a los dos y causándoles un ataque de risa, lo siguiente que supo George es que se encontraba atrapado entre la cama y el cuerpo de su hermano mayor entre besos y caricias no se dio cuenta cuando la parte de arriba de su uniforme fue retirada por completo.

Lo que no contaban es que la puerta se abriera de golpe, mostrando la ceja alzada del padrino de Fred no parecía ni sorprendido, ni interesado, solo mirando la para nada normal escena, cerró la puerta detrás de él aun con los gemelos congelados en su lugar.

- Les aconsejo que usen protección – comento como si del clima hablara – un hijo con un lazo de sangre tan cercano comúnmente tiene muchas complicaciones de salud, tendrían que buscar un tercer donante, para evitar eso. Pero bueno después las doy la charla con más calma.

Harry Estefan Riddle PrinceWhere stories live. Discover now