Harry Estefan Riddle Prince

Parte 12

No terminaba de entender cómo su perfecto plan se había desviado tanto de lo que era en un principio, después de todos los pasos a seguir eran realmente muy simples hasta que llego esa maldita la carta informándole de lo ocurrido, la matriarca de los Weasley le había parecido muy extrañado que el chico no estuviera ya con ella en la casa desviviéndose por intentar pagarle de alguna forma toda la ayuda prestada.

Lo que encontró en la carta fue una queja de que su plan había sido un completo fracaso y que la pequeña Ginebra estaba dolida de que su futuro esposo no estuviera ya a su lado. En su opinión esa familia era una panda de interesados, aves de rapiña que buscan las migajas él mismo de lo que dejaba atrás, nada que ver con él y su autentico objetivo, el completo control del mundo mágico.

Haría que del mundo mágico fácil de gobernar para él, podía segarlos dándoles innovaciones hechas por muggel, mientras se quedaba con todo lo pertenecientes a los magos oscuros y familias antiguas, después de todo ya había comenzado desde que se volvió director al quitar unas pocas materias de la matricula en Hogwarts y bajar la calidad de educación en las restantes y convenciendo a todos de que era lo mejor para los niños, fue solo el primer paso en su plan.

Claro aun habían profesores que no le obedecían tan ciegamente como él quería, tal como era el caso de Severus Snape a pesar de haber metido la mano para salvado de pasar todo lo que quedaba de su patética vida en Azkaban, el hombre no permitía que se metiera su nariz en ninguno de los asuntos concerniente a la casa de las serpientes, los estudiantes de la casa veían siempre más materias extracurriculares para complementar su educación, casi todas impartidas por el oscuro profesor y en dado caso de que él no pudiera impartirla, lograba conseguir a un colaborador que lo hiciera completamente gratuito, pero él mimos se encargo de ningún otro alumno fuera de esa casa se enterara y poderlos mantener bajo control.

Sin olvidar a la profesora McGnagall quien en su clase seguía con los mismos estándares de excelencia que sus antecesores en la materia, pero le había logrado quitar el control de la casa de Gryffindore los cuales la mayoría de los padres apoyaba al bando de la luz, y por lo mismo hacían ciegamente todo lo que él dijera, después de todo era el mayor ejemplo de mago de la luz y nadie lo contradecía sin contar claro que todo lo que él hacía era para un bien mayor.

Tendría que ir con esos muggle para saber que había pasado con su plan y el porqué no lo habían seguido, después de todo ese horrible gordo se le había dado carta libre para saciar sus deseos con el chico, como es que se había desaparecido sin dejar rastro pues ni siquiera la persona que lo vigilaba se había percatado de nada, lo habían ayudado no había duda de eso pero ¿Quién?, él mismo se había encargado de que él muchacho odiara de alguna u otra forma a aquellos que sí estarían dispuesto a morir mientras él siguiera vivo, por que los de la orden ya le hubiesen avisado.

Después resolvería a revisar ese pequeño detalle, lo importante en ese momento era crear un nuevo plan para que el muchacho volviera a caer en sus redes, solo esperaba que quien fuera que lo hubiese ayudado o en su defecto encontrado lo estuviese tratando como lo que era, una mera herramienta que debía ser utilizada y desechada cuando ya no fuera de utilidad, y que se diera cuenta que nadie le ayudaría nunca y no recibiría el amor que necesitaba de nadie.

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El lord recorría gusto la mansión de Slytherin que era suya por herencia, los cuadros de los antiguos dueños adornaban las paredes todos ellos a favor de sus ideales pero no todos ellos en la forma en que los realizaba, los elfos domésticos habían hecho un gran trabajo esos años para mantenerla en condiciones óptimas, realizo un recorrido general por todo el lugar asegurándose que el salón principal fuera el más vistoso, después de todo hay eran donde se hacían las reuniones con los mortifagos y tenía que lucir sobresaliente.