HABANA (Juliantina)

NO ES PUTA, ES BAILARINA

  Nuevamente Valentina tuvo que usar su apellido para poder sacar a sus amigos de la cárcel, claro, ni ellos ni la mulata se esteraron de eso, él que si se enteró fue leon Carvajal, lo primero que le dijeron en cuanto puso un pie en la isla era que su sobrina había tenido que ver una vez más con una pelea entre rebeldes y policías.

Si, toda la familia Carvajal se encontraba en La Habana Cuba, en cuanto le hicieron saber la noticia de que Valentina estaba usando su apellido para ayudar a algunos rebeldes la llamó al número que una vez ella lo llamó a él, o sea, al de casa de Olguita. Por obvias razones no se pudo comunicar con ella en ese momento, pero dejó un mensaje claro, "Dígale a Valentina que su tío la llamó, que me devuelva la llamada o que vaya directamente a nuestra residencia". Así era, los Carvajal gracias a Valentina poseían no solo una propiedad en la Habana, si no varias al rededor de todo el país.

Olguita se sorprendió, no es que creyera que la turista era una muerta de hambre, pero tampoco que su familia poseía una residencia, en Cuba eso solo lo podían hacer los poderosos. En ese momento no le haría con el cuento ni a Greta, ni a la mulata ni a nadie más, todos seguían consternados por la recién noticia de que Sira irremediablemente perdería la vida en unos meses así que no lo creía oportuno, pero en cuanto pasaran unos días se lo diría al menos a la gorda.

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Valentina recibió el mensaje y maldijo a su tío por llamarla a esa casa, sabía que Doña Olga era un poco lengua suelta y no quería que Juliana se enterara por otra persona quien era su familia materna. Ella optó por no devolver la llamada, en cuanto su mulata se sintiera bien iría a visitar a su familia. La idea era presentar formalmente a Juliana como su novia, que se conocieran, contarle a Juliana de ella y cerrar ese ciclo para comenzar a indagar sobre su verdad, para ella presentar a Juliana a su familia no era tan importante, pero sabía que de una forma u otra debía hacerlo, eran su única familia después de todo, los quería mucho aunque no lo demostrara, pero sin duda no los quería más que a la mulata.

Tres días habían pasado desde la noticia de que Sira moriría y de que los Carvajal estaban en la ciudad. Juliana y los chicos no se sentían bien del todo pero le darían a Sira los mejores últimos días de su vida, ya le habían dado él acta y habían planificado llevarla al mar, era una de sus últimas voluntades y, antes que dejara de caminar pues la llevarían.

Valentina no iría, le informó a la mulata que su familia había llegado y que aprovecharía para ir a verlos. Juliana no tuvo problemas con eso, era su familia, se estaban dando su espacio, ahora vivían juntas, tenían tiempo suficiente para compartir.

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En la residencia Carvajal se encontraban Leon y Gonzalo debatiendo sus planes de cómo pasárselo bien en la Habana mientras estaban ahí
Gonzalo-entonces papi, llamamos a Juampa?, el tiene a las mejores putas—decía muy emocionado, pero Leon estaba sumido en sus pensamientos, por un lado tenía lo de su sobrina y por otro el encontrar a la mujer que quería tener para él desde hacía un buen tiempo—eh, !eh Papá!—chasqueó los dedos—donde andas?
Leon-eh... si si, llama al juampi ese o como quiera que se llame, dile que venga, tengo unas preguntas que hacerle—Gonzalo sonrió maliciosamente
Gonzalo-acaso quieres a alguna en especial?, eso si es nuevo viejo, no me digas que estás enamorado de una puta?—río fuerte y su padre le pegó en la cabeza
Leon-!No digas estupideces Gonzalo!—mintió, si que lo estaba, solo que no sabía si era puta o no—pero si, si estoy interesado en una maldita mujer que ni siquiera a dejado que la toque—pegó un fuerte manotazo en la mesa de su despacho
Gonzalo-bueno papá tranquilo, dime cómo es, quizá Juampa la conozca y te la traiga así sea a la fuerza—Leon negó con la cabeza. Iba a describirle a la chica pero en ese momento Valentina entró y los interrumpió.