NADIE TIENE QUE HACERLO POR MI

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Si pudiera, haría un mundo bueno para ti; te llevaría siempre en mis brazos para que no te lastimara la vida.

Juan Rulfo

 
La seguridad que Juliana tenía horas antes, desaparecieron en el instante que Leon comenzó a tocar su cuerpo como si ella fuera de su propiedad, como si ella en realidad lo estuviera disfrutando, diciéndole palabras sucias y ofensivas que normalmente con su mujer Valentina no las sentía así, pero salidas de la boca de ese hombre parecían las más cochinas de todas, las más abominables.

  Claro que no estaba disfrutando, claro que sintió deseos de salir corriendo de ese lugar y correr a los brazos de su escritora favorita y que ella borrara de su cuerpo todas las marcas que el asqueroso ese le estaba haciendo, pero no, esa misma mujer que amaba le había asegurado que pasara lo que pasara ella la estaría esperando, que decidiera lo que decidiera ella la seguiría amando y si era por su causa más que juzgarla o sentirse decepcionada, sería todo lo contrario, Valentina le había asegurado que tomara la decisión que tomara ella la enorgullecería porque lo que estaba haciendo no solo era un sacrifico por su padre sino por su causa y su país, por la libertad de más de once millones de cubanos más tres millones más que vivían fuera de la isla.

  Mientras ese hombre intentaba inútilmente quitarle su vestido, ella aguantaba las lágrimas como podía, estaba en shock, hacía mucho tiempo que no tenía sexo con alguien más que no fuese Valentina, no podía moverse, no podía reaccionar. Lágrimas comenzaron a caer, no las pudo aguantar más, Leon ni siquiera tenía la intensión de usar condón, Juliana quiso morirse en el momento que comenzó a acariciar sus senos y tocar con sus asquerosas manos por encima de sus bragas, su para nada húmedo sexo, en ese momento la que deseó estar borracha era ella, lo deseaba para no sentir nada, para no recordar nada al otro día.

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  Lauren, Camila, la turista, Greta y Eloy estaban en el parqueo de aquel edificio esperando noticias. Eloy y la gorda llegaron después obviamente, ellos estaban atendiendo otros asuntos del movimiento.

  Había pasado mucho tiempo, Valentina tenía una botella de whisky en sus manos, se daba un largo buche cada que tenía la oportunidad, estaba desesperada, no tener noticias de la mulata la estaba matando. Comenzó a arrepentirse de lo que le había dicho horas antes., en que mierda estaba pensando cuando le dijo eso., se preguntó., estaba bebida, ya no estaba pensando con claridad, muy en el fondo no le mintió, ella la aceptaría pasara lo que pasara, pero esa incertidumbre era muy peligrosa. Si su tío finalmente lograba acostarse con Juliana, ella en cuanto todo acabara lo mataría con sus propias manos, solo así aceptaría el hecho de que su mujer tuvo que sacrificarse.

  A pesar de que todos esos pensamientos pasaban por su cabeza, ella aún guardaba las esperanzas de que el plan saliera bien, de que las dos mulatas hubieran sido capaz de engañar al idiota de su tío, pero todas esas esperanzas se fueron a la mierda cuando vió aparecer a Fara por uno de esos pasillos con la cara muy triste, lo supo, nada había salido como esperaban y su mujer en ese momento se estaba entregando al hijo de puta de su tío.

  Dejó caer la botella al suelo y ella también, se puso sus manos en la cara y comenzó a llorar desconsoladamente en el suelo. Nadie se atrevió a acercársele, sabían que no solo estaba enojada y triste, sabían que ella estaba experimentado algo parecido a la muerte, pues no existía peor sentimiento que saber que tu mujer, esa que amas, en ese momento se estaba entregando a alguien más y no por voluntad propia sino que aunque no estaba siendo forzada por aquel hombre, sí que estaba siendo forzada por su amor patrio, por su orgullo y dignidad, sí que estaba dando forzada porque sabía que Juliana no quería tener sexo con él. Si señoritas, aunque parezca que Juliana se estaba rebajando ante ese hombre, estaba haciendo todo lo contrario, estaba mostrando no sólo el amor a su patria, estaba demostrando el valor que poseía pues muy pocos eran capaces de sacrificarse de esa manera.

HABANA (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora