LA SIRENA PRINCESA Y EL MALVADO TIBURÓN

1.1K 148 61
                                    



  "Para mí -para ti- ya no habrá ayer ni mañana -para nosotros dos sólo hay un solo día, la eternidad del amor y un solo cambio: más amor- amor que se transforma en más amor donde no hay ayer ni mañana, sólo un espacio infinito..."

                                              Nahui Olin

Cuatro años después:

Valentina-¡Ahhh!... Mmm ¡Ahhh! ¡Así mulata!, no pares ¡Ahhh!... no pares ¡Ahhh!... no pares—Juliana carcajeó.

Juliana-así te gusta escritora?—Valentina asintió haciendo que Juliana carcajeara aún más fuerte—¡Ahhh!... de haber sabido que lo disfrutarías tanto, lo hubiera hecho hace tiempo—Valentina se mordió los labios y también sonrió. Juliana encajó con mucha más fuerza el gemelo dentro de Valentina. Llevaban un rato así, Juliana encima de la turista, llevando el ritmo y siendo la dominante ya que era ella la que tenía puesto el arnés con el gemelo más pequeño dentro de ella. Tenía a su mujer con la espalda pegada al espaldar de la cama, lamiendo sus pezones, mordiéndolos de vez en cuando y acariciando con su pulgar el inflamado y rosado clítoris de esta, sosteniendo y presionando su cadera con la mano que tenía libre, haciendo las embestidas mucho más fuertes y placenteras. Valentina a pesar de estar casi vencida y rendida ante el increíble placer que le estaba dando su mujer, no se olvidaba de también complacerla, así que ahí estaba ella, completamente a su merced pero sin dejar de estimularla y acariciarla. Lo hacía con su lengua, lamiendo sus pechos cuando esta se lo permitía, con su dientes cuando uno de sus pezones se acercaba a su boca o a su cuello, nalgueándola esporádicamente y apretando con todas sus fuerzas esas moldeadas nalgas que tanto le gustaba, pegándola más a su cuerpo y meneándose a su manera debajo del cuerpo de su amada, gimiéndole en el oído como tanto a Juliana adoraba, gritándole su nombre, pidiéndole más y dedicándole palabras sucias y de amor, enloqueciendo a la mulata para que esta se descontrolara.

Valentina-te gusta darme duro mulata? ¡Ahhh!... te gusta mandar?, te gusta someterme verdad? ¡Ahhh!... no te basta con mandar en la casa que ahora también quieres mandar en la cama, ¡Ahhh!... ¡Maldita! ¡Ahhh!... te amo—Juliana le agarró el pelo y con fuerza pegó su frente a la de ella
Juliana-siempre he mandado en la cama escritora ¡Ahhh!... ¡Ahhh!... toda tu me pertenece—se despegó de ella y abrió mucho más sus piernas con una rudeza placentera
Valentina-¡Ahhh!... no te pases—Juliana sacó el gemelo totalmente de ella y lo volvió a meter con fuerza haciendo que la turista casi brincara y a la vez se revelara. Ella misma se salió del gemelo y en un movimiento rápido tomó a Juliana de la cintura y la elevó haciendo que esta quedara debajo y ella arriba—hay niveles mulata, y me parece que te los tengo que recordar—Juliana intentó moverse, intentó cambiar de posición, pero Valentina era más fuerte así que se lo impidió, se acomodó bien y se dejó caer con fuerza sobre el gemelo libre haciendo que este se encajara mucho más profundo dentro de Juliana, que no pudo evitar soltar el más largo y alto de los gemidos, uno que la dejó sin aliento y boquiabierta—¡Quien manda ahora Juliana ah?!, quien? ¡Ahhh!—le hablaba mientras le mordía y lamía su barbilla y su cuello. Juliana se aferró a sus caderas para ayudar a que las sentadas fueran más fuertes. Se estaban retando a base de placer. La turista con sus pulgares comenzó a jugar con los pezones de Juliana, comenzó a menearse como nunca antes. Definitivamente esa tarde la mulata estaba descubriendo una faceta de su mujer que no había visto nunca.

Juliana-¡Mierda Val!... quien carajos te enseñó a mover así? ¡Ufff!... ¡Ahhh!... con que desgraciada estás practicando eh?—con sus dos manos nalgueó a la turista y luego se las apretó igual de fuerte para así poder seguir marcando el ritmo de las embestidas. Valentina carcajeó la agarró del cuello con una mano uniendo su frente a la de ella sin dejar de menearse sobre su cuerpo y el gemelo
Valentina-te gusta?—Juliana asintió y se mordió los labios con fuerza sin dejar de mirarla—siete años viendo como lo haces, algo se me tenía que pegar no crees?—ambas sonrieron
Juliana-y que más sabes hacer escritora? ¡Ahhh!... que más?—Valentina la empujó e hizo que la espalda de Juliana chocara contra el colchón
Valentina-sé cogerte como nadie nunca lo hizo ni lo hará, y sé dejarme coger como nadie nunca te había dejado, haces conmigo lo que te da la gana Juliana, ¡Ahhh!... tu ganas mujer... ¡Ahhh!... siempre ganarás—con una de sus manos se comenzó a acariciar sus senos y la otra la llevó hacia su centro. Colocó su mano ahí y con dos dedos se comenzó a tocar el clítoris pues sentía que el orgasmo se acercaba y quería hacerlo más intenso, más brutal.

HABANA (Juliantina)Where stories live. Discover now