MI ISLA

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El amor, madre, a la patria, no es el amor ridículo a la tierra, ni a la yerba que pisan nuestras plantas. Es el odio insaciable a quien la oprime, es el rencor eterno a quien la ataca.

José Martí

Lo que segundos antes era locura y arrebató desenfrenado, en ese momento se había convertido en ternura y dulzura, con toques suaves y besos delicados, ambas se estaban dando cuenta de eso. Valentina ayudó a Juliana a encaramarse encima de ella, Juliana lo hizo rodeando con sus piernas la cintura de la turista, entonces Valentina pudo subirse a la cama sin soltar a su mulata. La despojó del muy sexy babydor que llevaba puesto, pero antes de hacerlo se le quedó mirando por un buen rato, rato que Juliana aprovechó para también deshacerse de toda la ropa que le quedaba a la turista.

Tocaban cada parte de su cuerpo como si tuvieran miedo de que alguna parte de este se fuese a romper, se estaban disfrutando sin prisa, ya sin desespero, ya sin miedos, las Juliantinas se estaban dejando llevar, esta sería la primera vez que harían el amor después de confesarse que se amaban, confesiones un tanto turbias y desesperadas pero confesiones al fin y al cabo, confesiones que supuestamente ahora tendrían todo el tiempo de demostrarse.

Valentina llevó a Juliana al orgasmo luego de darle el máximo placer con su lengua, el sexo de Juliana era su manjar preferido así que nunca perdía la oportunidad de probarlo. Subió para quedar frente a ella y luego de hablarse con la mirada le dijo algo
Valentina-no puedo seguir actuando como si no te amara Juliana... no puedo, no puedo porque amo cada parte de ti—dijo casi al borde de las lágrimas sin contar que las de Juliana ya estaban afuera no solo por volver a repetirle esas palabras, si no por confirmar que no lo había soñado—te amo mucho mulata, con toda mi alma, no me falles nunca más por favor, no lo soportaría—eso lo dijo ya con lágrimas en los ojos y Juliana se lanzó a sus labios incitándola a que se moviera sobre ella. Cuando se separaron para tomar aire Juliana tomó la palabra
Juliana-perdóname mi amor te lo suplico, no te imaginas cuanto te amo Val, perdonam...— interrumpida por el dedo del medio de la turista entrando en ella haciéndole maravillas—!Ahhh!
!Ahhh!
Valentina-no tengo nada que perdonarte Juls, te amo y amar es nunca tener que pedir perdón—agregó otro dedo ahora si comenzándose a mover encima de ella mirándola con ternura y con fuego a la vez—lo vez?, lo entiendes ahora mi mulatica linda?—Juliana asintió mientras seguía llorando y gimiendo a la misma vez, ese es el contraste perfecto cuando la pasión y el sentimiento hacia el ser amado nos desbordan—no... no llores mi vida—decía mientras inútilmente le intentaba secar las lágrimas despreocupándose de las de ella sin dejar de embestirla y disfrutarla—te creo mi amor—Juliana la agarró de la nuca sin dejar de moverse.

Juliana-repite eso Val... ahhh! !Asi! repítelo por favor—Valentina la elevó separando la espalda de Juliana del nuevo colchón, haciendo que las piernas de la mulata se aferraran a su cintura mientras ella permanecía sentada en la cama sin dejar de penetrarla en ese momento con tres dedos pues agregó uno más. Los senos de ambas se rozaban placenteramente debido a los movimientos que estaban haciendo, rebotaban de arriba a abajo y de un lado al otro, el roce de sus efectos pezones eran como toques de electricidad que quemaba cada vez que estos se encontraban
Valentina-que quieres que repita mi amor?, que te amo?, que eres mi vida? que?—Juliana se mordió los labios echando su vista hacia arriba y sonriendo para luego conectarse con sus azules predilectos y hablar
Juliana-!Ahhh!... eso... !Ahhh... que amas Val, que soy tu amor... humm!—Valentina sin dejar de embestirla habló y gimió mirándola a los ojos
Valentina-te amo Juliana, !Ahhh !Ahhh!... no solo te amo, eres el amor de vida, de esta y de todas las que vengan—Juliana enloqueció. Se comenzó a menear desenfrenadamente como casi siempre, rodeó con sus brazos el cuello de Valentina y se aferró a él para hacer más intensos y fuertes sus movimientos. Cuando advirtió que la turista estaba a punto la la empujó quedando ella encima para seguir moviéndose de la manera más sensual que sabía, de la manera que más a la turista le gustaba. Con sus dedos acomodó los pliegues de la turista para que encajaran perfecto con los de ella y entonces seguirse moviendo tan jodida y perfectamente bien como solo ella sabía.

HABANA (Juliantina)Where stories live. Discover now