Capítulo 21

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No sabía cómo diablos se las arreglaba ese hombre, pero cada vez que miraba en su dirección, SeokJin tenía compañía. Daba igual que fuesen niños, ancianos o como en aquel caso en concreto, dos babosas dependientas, él siempre atraía la atención de las féminas a pesar de su poca disposición social. Las mujeres parecían haber iniciado una especie de competición por ver quién de las dos llamaba antes su atención, poco importaba que él se limitase a ignorarlas a no ser que necesitase de su ayuda para alguna cosa. 

Bajó la mirada a la variedad de prendas íntimas que había estado ojeando en el perchero y se aferró con fuerza al soporte cuando una ola de frío polar le aguijoneó el pecho. Se obligó a apretar los dientes y respirar lentamente, rogando que él no se girara en aquel preciso momento y viese su malestar. De un día para el otro su condición parecía haber empeorado, el mantenerle al margen y fingir que no era más que otro de sus conflictos interiores empezaba a resultar cada vez más difícil. Respiró profundamente y se enderezó lentamente, sus ojos se encontraron un segundo con los suyos, pero fue suficiente para que SeokJin dejase a una de las dependientas con la palabra en la boca. 

—¿Va todo bien, Eol? 

Asintió, no sabía si sería capaz de evitar que le temblase la voz. 

—Sí, amor —arrastró la última palabra provocando un arqueo de cejas en él. Entonces aprovechó el breve momento de confusión y sacó dos conjuntos al azar del perchero—. ¿Qué opinas? ¿Coral o burdeos? ¿Cuál te parece más sensual? 

Los labios masculinos se curvaron ligeramente, él mejor que nadie conocía sus trucos. 

—¿Estás pensando en alguna ocasión en especial, hechicera? —optó por seguirle el juego. Acortó la distancia entre ambos y se apoyó en el perchero sin dejar de mirarla a la cara—. ¿Tenemos algo que celebrar? 

Ella vio a las dos mujeres mirándoles ahora interesadas y se lamió los labios. 

—Si te olvidas de nuestro aniversario, tendría que empezar a preocuparme, ¿no crees? 

Él entrecerró los ojos ante tal respuesta. 

—Juraría que nos desposamos en invierno, Eol —murmuró de modo que solo ella lo escuchase—. Y nuestra luna de miel duró tres jodidos días, tras los cuales fuimos proscritos. 

Apretó los dientes y alzó ambos conjuntos para evitar que siguiera por ese camino. 

—Coral o borgoña, elige. 

La sonrisa que curvó sus labios tenía que haberla hecho sospechar. 

—Um, tengo algo mucho mejor —aseguró sacando de algún lugar un nuevo conjunto. 

EolEum parpadeó varias veces mientras observaba el movimiento de vaivén que ejercía la percha del conjunto de lencería que él sostenía con un dedo. 

—Ni hablar. 

Ni en mil años se pondría algo como eso, suponiendo que llegase a comprender la manera en la que debían ir todos aquellos nudos e hilos que contemplaba. 

—Ni siquiera estoy segura de cómo se supone que cubre eso. 

Su sonrisa se hizo más petulante. 

—Está destinado a enseñar no a cubrir —aseguró bajando la mirada hacia el conjunto—. Es... sexy. 

Parpadeó ante tal absurda respuesta. 

—Solo tú llamarías sexy a... esa cosa —resopló—. Lo estás haciendo a propósito. No podrías, solo por una vez, hacer lo que hacen todas las parejas... 

ℍ𝕖𝕔𝕙𝕚𝕔𝕖𝕣𝕠 𝔻𝕖𝕝 𝔽𝕦𝕖𝕘𝕠 ༆𝕂𝕚𝕞 𝕊𝕖𝕠𝕜𝕁𝕚𝕟༆  Libro 5Where stories live. Discover now