Capítulo 29

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Cuando se trataba de liar las cosas, de manejar situaciones imposibles, el Gremio se llevaba la Palma de Oro, prueba de ello era la mujer que permanecía ante ellos en el centro de la sala.         

—Hasta que el demonio en persona viene de visita —murmuró TaeHyung. 

La recién llegada se limitó a permanecer en silencio. Su aspecto no había cambiado demasiado en los últimos años, el pelo negro y liso, los claros ojos avellana, el estilo new age que prefería, Keira seguía siendo la misma mujer que recordaba a excepción de una cosa; estaba proscrita. 

Los suyos se tomaban muy en serio las normas, tanto que cuando ella las quebró enamorándose de su custodio y le arrebató a la hechicera el corazón de aquel destinado a ella, provocando con ello una serie de acontecimientos que nadie pudo prever, fue condenada al ostracismo y expulsada del Gremio. Su regreso, iba contra la ley. 

—No deberías estar aquí —TaeHyung  se adelantó a sus propias palabras—, pero al igual que al Angely presente, el seguir las normas no es algo en lo que destaquen precisamente. 

Los labios femeninos se estiraron levemente. 

—Siempre hay cosas que a un alumno le quedan de su maestro —respondió con voz suave, su mirada cayendo sobre JiMin. 

—¿Qué haces aquí? —preguntó este último. 

No tenía tiempo ni ganas para andarse con rodeos. Intuía a qué podía deberse su respuesta, pero con aquella mujer había aprendido que no siempre lo que uno esperaba era lo que conseguía. 

—Quiero verle. 

Una afirmación llana y rotunda, tenía que admitir que tenía agallas. 

—No llegas en el mejor de los momentos para ello. 

Negó con la cabeza, sus ojos brillaban con decisión. 

—Es el único que tengo, el único que me han permitido —declaró dando un paso adelante—. Por favor, JiMin, permíteme corregir mis errores, se lo debo a ella. A ambos. 

La miró a los ojos. 

—EolEum se está muriendo. 

Ella asintió y había verdadero arrepentimiento en sus ojos. 

—Lo sé. 

Entrecerró los ojos sobre ella. 

—Sé que no tienes motivos para confiar en mí, pero necesito verle —insistió. 

—Esa niña, la mujer a la que tú condenaste, se está muriendo —insistió sin quitarle la mirada de encima—. A menos que tengas la clave para evitarlo, tu presencia no hará ningún bien a ninguno de los dos. 

Ella se lamió los labios. 

—Ese es precisamente el motivo por el que estoy aquí —le informó—. SeokJin tiene que saber la verdad, ahora, no antes ni después, debe saberla ahora para poder elegir. 

—El Vitriale —Las palabras salieron de sus labios antes de poder pensar siquiera en ellas—. Él te envió y no solo ahora. 

Ella no respondió, pero tampoco hacía falta. 

—Espero que estés preparada para enfrentarte al odio más visceral que existe, Keira —le dijo—, porque lo ha estado cultivando cada día... para la mujer equivocada. 
  
                                  🔥
 
La culpa era un cuchillo afilado al que estaba acostumbrado, pero esa clase de dolor que acompañaba a la desesperación y a la impotencia no creía poder dominarlo jamás. Quería odiarla por hacerle pasar por aquello, culparla una vez más pero ya no tenía fuerzas para ello, todo en lo que podía pensar era en que la estaba perdiendo y no había encontrado una maldita cosa que pudiese evitarlo. 

ℍ𝕖𝕔𝕙𝕚𝕔𝕖𝕣𝕠 𝔻𝕖𝕝 𝔽𝕦𝕖𝕘𝕠 ༆𝕂𝕚𝕞 𝕊𝕖𝕠𝕜𝕁𝕚𝕟༆  Libro 5Where stories live. Discover now