•03•

803 116 36
                                    

SOYEON

¿Había algo más molesto que un chico que no te gustaba para nada intentará coquetearte descaradamente todos los días?

Venga ya, que ni siquiera simpatizaba con él ni un poco. Había estado molestándome desde que tengo uso de la razón y al parecer no entendía el significado de la palabra "no"

Ya ni recordaba cuantas veces lo había rechazado en el transcurso de los años.

Por más que quisiera sentir algo por él, no podía hacerlo. Lastimosamente no era mi tipo.

Prefería a los chicos más tranquilos y amigables.

Y Suga era todo lo contrario a mi tipo ideal. Parecía una pavo real cuando llegaba a cualquier lado. Le gustaba que lo mirarán y que lo adularan.

Sí, realmente no le interesaba en lo más mínimo.

-Parece que lo llevan bien.

También odiaba el hecho de que sus padres intentarán por todos los medios el juntarlos, y es que estaba segura que ellos de ya habían hecho algún tipo de amarre para que ella aceptará a Suga. No hacía falta que lo dijeran, sus acciones eran más que suficientes. Siempre buscaban cualquier excusa para dejarlos solos.

Y sabía que si algún día llegaba a darles la noticia de que ellos estaban saliendo armarían una fiesta, invitando a todo el que se les cruzará en el camino.

-Sí, me gusta pasar tiempo con su hija- Ya, pero a mí no me gustaba pasar tiempo contigo. Lo odiaba de hecho, solo estaba haciendo esto porque era importante para la nota, que si no, ya te hubiera mandado a volar lejos de mí casa.

-Me alegra que se lleven bien- Mi madre probablemente estaba cegada por el dinero que tenía la familia de Suga, porque nadie en su sano juicio pensaría que yo quiero compartir el mismo espacio que un idiota como él.

Y claro, ¿Cómo no? Todo giraba entorno al dinero. Esos estúpidos billetes parecían importarles más que la salud mental de su propia hija, porque sinceramente este tipo ya me estaba demacrando. Usando hasta el más mínimo pretexto para tocarme de más. Se había ganado un par de golpes en su entrepierna por andar pasándose de la raya cuando mi respuesta siempre era un rotundo "NO".

¿Y qué decir de cuando estaba borracho? Era la persona más odiosa que había conocido en toda mi existencia. Si estando bueno y sano era posesivo y celoso. Borracho era un completo peligro. Se peleaba hasta con el que se atreviera a respirar su mismo aire. ¡Y no eran nada! El solo imaginárselo como novio le daba escalofríos. Jamás en su vida aceptaría a alguien tan posesivo como pareja, prefería morir sola y rodeada de gatos.

-¿Qué tengo que hacer aquí?- Y ahí estaba de nuevo, aprovechando la oportunidad de que estábamos solos en mi habitación. Se acercó lo suficiente como para que quedará mareada con su exceso de perfume.

-¿Por qué no me lo preguntas sin que te acerques tanto?- Pregunté con molestia mientras lo empujaba para que retrocediera un poco, y me diera mi tan precioso espacio personal -Suga- Le advertí al ver que no me estaba haciendo caso -No estoy de humor y créeme que te daré un golpe- Eso pareció funcionar porque rápidamente se alejó y soltó una pequeña risa nerviosa.

Qué te crea mi madre que estás avergonzado por tus acciones. De seguro internamente estas disfrutando del hecho de haber podido tocarme.

-¿Sabes que me gustan las chicas rudas?

No, y tampoco me interesaba saberlo. Puedes quedarte con tus fetiches raros para ti solito o para tu manada de seguidores, porque lo último que me interesa es conocer de tus gustos.

WHAT I CAN'T SAY •SOQI•Where stories live. Discover now