NARRADOR ONMISCIENTE
Si las cosas cambian de un día para el otro.
¿Cuántas cosas pueden pasar en dos meses?
Bueno… Para ahorrarnos tiempo haremos un resumen de todo lo que ha estado pasando.
Empecemos con la que probablemente muchos estén odiando, aunque bueno, admitamos que no es su culpa, así que mejor…
Quememos a Jeon Seung.
Ya enserio, hablando de Jeon Soyeon.
Después de tener que interpretar el papel más difícil de toda su vida, luchando contra sus propios sentimientos y el enorme sufrimiento que le causo ver a Yuqi llorando de nuevo por su culpa pensó que por los menos las cosas se calmarían después de dejar de verla.
Pero claro que no iba a pasar esto, el remordimiento era un sentimiento que constantemente la estaba acechando, y para rematar, su cerebro se encargaba de recordarle cada maldito segundo la estupidez que había hecho por culpa del miedo.
Se repetía como un disco rayado en su cabeza el momento en que soltó aquellas palabras hirientes.
Un mes de vacaciones y todo seguía igual, Soyeon andaba vagando por su casa sin ganas de nada, solo salía de su habitación para comer y luego volvía a encerrarse.
Suga era el único que tenía permiso para entrar a su habitación, y aunque sus padres muchas veces intentaron sacarla, ella se negó completamente a la idea de salir y encontrarse accidentalmente a Yuqi por las calles.
La necesitaba, pero al mismo tiempo no quería verla, y es que sentía demasiada vergüenza de sí misma por sus acciones como para enfrentarla.
Pensó ingenuamente que los siguientes días seguirían siendo así, sin sentido alguno y simplemente transcurriendo, a la espera de que las vacaciones se alargaran tanto como fuera posible.
Soyeon solo quería que su vida volviera a la normalidad, pensando que no necesitaba de sentimientos innecesarios como el amor.
Pero Suga no pensaba igual que ella, a lo mejor es porque su amor por Soyeon era bastante grande para dejarla caer más en ese hoyo negro en el que se estaba sumergiendo ella solita, así que, ignorando todo problema en que pudiera llegar a meterse, y tomando esa valentía que tanto tiempo había estado ocultando.
Se decidió a hablar, de todo y con todos.
Empezó por hablar con Min, la madre de Soyeon, sabía que necesitaría a alguien que lo ayudará, y la señora era perfecta para el trabajo pues siempre lo había tratado como a un hijo. Así que le contó absolutamente todo lo que había hecho Seung, incluso le contó sobre el hecho de que había estado dispuesto a dejar que le hicieran daño a Soyeon para poder “corregirla” de su lesbianismo.
La conversación fue muy difícil para la mujer, quién había terminado llorando a mares cuando Suga terminó por contarle todo lo que había pasado a sus espaldas, todo por estar más pendiente del trabajo y no cuidar de su hija.
Fue difícil para Suga ver como la mujer intentó por varios días hablar con Soyeon y decirle que lo lamentaba por todo, lamentaba su falta de atención, su descuido, y su poco cuidado con su propia hija.
Soyeon por otro lado, se hizo la dura los primeros días, pero la insistencia y perseverancia de su madre lograron doblegar su corazón, haciéndola salir finalmente de aquel oscuro hoyo en el que se había metido.
Una charla larga, muy larga a decir verdad tuvo que pasar entre las dos mujeres, necesitaban contarse todo aquello que se habían estado guardando, todo lo que habían soportado.
