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YUQI

No sabía que estaba pasando, ni mucho menos sabía quién demonios era este chico.

Pero algo muy malo estaba pasando, con solo ver la sangre ya era una prueba más que suficiente para cualquier persona que esté cuerda, y más cuando el cuerpo de Soojin yacía en el suelo casi inconsciente.

-¿Tu también quieres meterte en mi camino? ¿Por qué no dejan a mi princesa en paz?- Miré nuevamente al chico que actuaba erráticamente.

-¿Princesa? ¿Quién?- Si no había entendido nada, ahora sí que estaba peor.

-Vas a tener que desaparecer de mi camino- Y fue en ese momento que noté lo que llevaba en la mano, haciéndome retroceder un paso.

-Ok, esto es malo- Miré a todos lados, buscando algo con que protegerme, pero antes que pudiera reaccionar el chico se me lanzó encima.

Por suerte, tengo buenos reflejos gracias a las clases que me dio mi hermano y logré esquivarlo.

Oh, ¿Olvidé mencionarlo? Mi hermano es muy bueno en karate y todo lo que tenía que ver con peleas, así que… En algunos ratos libres me enseñó lo básico por si algún día tenía que defenderme.  

Y qué bueno que lo había hecho porque ahora mismo, a menos que quisiera salir lastimada, iba a tener que utilizarlas.

-Hey, tranquilo. Arreglemos esto hablando- Intenté negociar con el chico aunque claramente esto era lo último que quería.

-Tú eres la que está en mi camino- Volvió a atacarme, pero lo esquivé una vez más.

-Ok, debo desarmarlo- Aunque no tenía ni idea de cómo hacerlo, y estaba corriendo el riesgo de terminar lastimada si hacía un movimiento en falso.

Y para rematar no tenía tempo. Soojin parecía estar desangrándose allí tirada y yo estaba aquí parada perdiendo el tiempo.

Haz algo por primera vez en tu vida. No tenía tiempo para pensar razonablemente en una idea por lo que puse en marcha el plan que primero se me ocurrió.

Cuando volvió a atacarme. No lo pensé mucho antes de poner mi mano, deteniendo la navaja que intentó incrustar en mi pecho.

Tenía suerte de que este chico parecía estar muy mal mentalmente.

-Te tengo- Sonreí a medias por el dolor de mi mano, veía la sangre cayendo lentamente al suelo, pero nuevamente no tenía tiempo para pensar.

Lo tomé con mi mano libre y lo tiré con fuerza al suelo, haciéndole una llave, mientras yo me encargaba de tomar con fuerza sus brazos para que no se me fuera a escapar.

-Maldita perra.

-Cierra la boca- Le ordené mientras levantaba la cabeza, viendo nuevamente como los ojos de Soojin seguían medianamente abiertos.

Maldicion, seré idiota.

¿Y ahora qué?

No podía moverme, y si lo hacía, este tío se me iba a soltar, y para rematar el cuerpo de Soojin estaba lo suficientemente lejos como para que no pueda alcanzarla, ni a ella, o a su celular para poder llamar a la policía, una ambulancia, o lo que sea.

-Soojin- La llamé, pero ella no reaccionó ante mi llamado, haciendo que me frustrará aún más. Miré el cuerpo que tenía sometido y solté una maldición -Tranquila, mírame- Sabía que me escuchaba porque sus ojos semi abiertos no tardaron en encontrarse con los míos -No te duermas- Le ordené.

Miré a mí alrededor, no se veía nadie cerca, y no sabía qué hacer.

-Maldición- “Sin querer” apreté más el agarre sobre el brazo del chico, haciendo que este soltará un grito de dolor.

WHAT I CAN'T SAY •SOQI•Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang