•FINAL•

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NARRADOR ONMISCIENTE

"Un último intentó"

Estar en ese lugar podía resultar siendo mucho más aterrador que lo que había hecho en el instituto. Nuevamente sentía su cuerpo temblar, tenía bastante miedo y muy en el fondo sabía que no era buena idea estar allí, pero no podía evitarlo. Seguía siendo su padre después de todo, debía por lo menos ir a ver si todavía vivía.

Sinceramente no se esperaba nada bueno de esa visita. Aunque si debía admitir que lo que menos se esperaba era que su padre le abriera la puerta y con una sonrisa amistosa la invitará a pasar. Irónicamente esto solo la hizo asustarse más, no podía decir con seguridad que era una buena noticia que su padre estuviera tan tranquilo con su visita.

-¿Cómo va todo?- Soyeon un poco intranquila por la situación se movió incómoda en su lugar mientras miraba la taza de café que su padre acababa de traerle.

-Bien- Respondió simplemente, evitando a toda costa tener que mirar al hombre a los ojos.

-¿A tú madre y a ti les está yendo bien?- Las preguntas suaves y tranquilas estaban empezando a asustarla cada vez más, no creía que eso fuera una buena señal.

-Sí- Después de tomar una pequeña respiración tratando de calmar el temblor de sus manos, levantó suavemente la cabeza -¿No me preguntarás que hago aquí?

-No es necesario- Respondió con tranquilidad para después darle un trago a su taza de café -Eres la mediadora para que tú madre consiga mi perdón, ¿No?

-¿Qué?- Soyeon frunció suavemente el ceño ante la respuesta -No- Negó absolutamente ante la idea de que esa fuera la razón de su visita, pues la idea de ir a esa casa había sido de ella. Su madre incluso quiso detenerla, pero su terquedad pudo más y ahora ahí estaba.

-¿Eh?- La seguridad con la que el hombre había respondido se esfumó rápidamente al escuchar la negativa de su hija.

-Ella está muy bien lejos de ti, no vine de parte de ella, solo quería ver si estabas bien- Aseguró mientras su rostro tomaba una expresión de molestia ante la falsa y muy rara idea de su padre.

-Vamos Soyeon, no es necesario que sigas actuando- Soltó una pequeña risa mientras volvía a darle un trago a su café.

-No lo estoy haciendo, es la verdad.

-Entonces… ¿No vienes a conseguir mi perdón?

Soyeon soltó un pequeño suspiro ante la pregunta mientras arrugaba ligeramente la nariz. No se esperaba que su padre fuera a salir con una idiotez como esa.

-No. No estoy aquí por eso, ya te dije que solo vine a verte.

-¿Entonces tampoco estas aquí para decirme que las chicas ya no te gustan?- Y esa fue la pregunta que colmó la poca paciencia que Soyeon tenía con su progenitor.

-Por Dios. No- Sería completamente estúpido que estuviera allí por esa razón.

Y con esa respuesta el lugar se quedó en un incómodo silencio mientras Soyeon volvía a bajar la cabeza.

-¿Entonces qué haces aquí?- Y Soyeon no se esperó que su cuerpo fuera levantado como un costal de papas. La taza que tenía en manos cayó al suelo, rompiéndose y manchando todo el lugar, pero eso no les importó a ninguno de los dos, pues el hombre cargó a Soyeon hasta la salida, en donde la tiró fuera de su casa.

-¿Qué te pasa?- Soyeon se levantó mientras hacía un mueca por el dolor.

-No te quiero aquí a menos que vengas a disculparte por todo lo que están haciendo- Soltó con un tono que por fin dejaba a flote su verdadero ser. Estaba muy molesto, casi tanto como el día que la obligó a hacer algo que no quería.

WHAT I CAN'T SAY •SOQI•Where stories live. Discover now