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Hyunjin se despertó y con los ojos un poco hinchados y el cabello alborotado.

Se alistó rápidamente para la escuela y bajo a desayunar junto a sus padres y hermana.

El sábado, luego de verse con Seungmin, regresó a casa. Su padre estaba encerrado en su oficina, Yeji estaba en su habitación devorando libros nuevos y su madre... ella había estado más distante con el de lo usual. Aunque creyó que no era algo personal, había estado ignorando a su esposo desde días atrás y a Yeji ya no la invitaba a hablar con ella mientras regaban las flores del jardín.

Los dos siguientes todo fue exactamente igual. Tal vez su madre estaba considerando divorciarse de su padre, o solo tomarse un tiempo de él debido a sus comportamientos y peleas de estos últimos días.

O tal vez no era ninguna de esas dos cosas.

Hyunjin se sentó bajo la atenta mirada de Seulgi sobre él.

—Hyunjin. — hablo la mujer.

—Mandé. — dijo sin mirarla, su desayuno era delicioso y más importante que cualquier cosa en ese momento. Tenían que subirle el sueldo a la señora Park.

—Cuando llegues de la escuela te espero en el jardín, necesitamos hablar.

Una alerta se encendió en su interior.

Yeji miro sorprendida a su madre mientras que Jaebeom le dio una mirada de confusión.

—Esta bien. — respondió finalmente.

Durante todas las primeras horas de clase la mente de Hyunjin divagaba entre lo que le diría su madre más tarde y sobre su situación actual con Seungmin.

Una mano pasando frente a su rostro le hizo reaccionar y salir de sus pensamientos.

—¿Estas bien? — pregunto Seungmin a su lado.

—Si, solo estoy pensando.

—¿En qué?

—Sigues siendo muy preguntón. — dijo sonriendo a recordar que cuando se conocieron hace unos meses atrás el menor solía hablar y preguntar mucho. —No es nada importante no te preocupes.

—Bien. —asintió no muy seguro.

Unos asientos más al frente estaba Yeji quien observaba atentamente la escena. Todavía le dolía el ver a la persona que quería junto a su hermano, y también le preocupaba este y las consecuencias de su orientación sexual con su familia en el futuro.

Sacudió su cabeza para evitar pensar en ello y volver su atención a la clase. Pero no podía, no cuando algo en su interior le decía que algo malo iba a pasar.

Los hermanos regresaron a casa. Cada uno inmerso en su propio mundo y en sus propias preocupaciones y problemas.

Cuando Hyunjin había cambiado su uniforme se dirigió al jardín como su madre lo había pedido. Yeji lo siguió sin que se diera cuenta.

—Ya estoy aquí, madre. — informó el pelinegro.

La mujer asintió y le dio permiso de acercarse más a ella.

—Hyunjin, ¿te gusta alguien actualmente? — la pregunta había sido repentina. Si bien Seulgi no hablaba con él sobre la empresa y los negocios como su padre tampoco se esperaba que ella quisiera hablar de esos temas. —Lo pregunto porque nunca nos has contado sobre alguna niña que llame tu atención.

—No les he hablado de eso porque siempre están ocupados por el trabajo. — dijo intentando desviar el tema, mas no lo logró.

—Tu hermana si me ha hablado sobre sus intereses; y hablando de ella, ustedes sí tienen una buena relación de hermanos, ¿le has contado a ella sobre alguna chica?

—No. Me ha hablado de un hombre. — respondió en voz baja la menor desde el escondite en donde escuchaba todo.

—No. — respondió Hyunjin con sinceridad.

—¿Cómo está Seungmin? — otra pregunta repentina.

—Bien, creo ¿pero eso que tiene que ver-?

—Son novios ¿no? Apenas iniciaron su relación hace unos días.

La boca de Hyunjin se secó y Yeji tuvo que cubrir un sonido de asombro con su mano.

Lo sabían. Ambos sentían que su madre estuvo extraña durante todo el fin de semana. ¿Ahora qué iba a pasar? ¿Hyunjin sería obligado a alejarse de Seungmin? Era lo más probable.

—¿C-cómo sabes? — tartamudeo.

—Los vi ayer en el parque. Salí a comprar unas cosas luego de que tu salieras también. — explicó. Su rostro no tenía expresión alguna, solo era su marida seria y penetrante sobre su hijo. —Al principio pensé que no eran ustedes, hasta que me acerque más. Realmente me sorprendió. — Seulgi suspiro pesadamente.

—Y-yo, lo siento, por favor no hagas que me aleje de él-

Fue interrumpido por los brazos de ella en forma de un abrazo protector. Un abrazo que nunca había recibido.

—No te disculpes. Esta bien, creo que no te puedo obligar a fijarte en las mujeres si no quieres. — hablo la mujer. —No le diremos a tu padre por el momento, pero tendrá que enterarse más adelante, ¿okey?

Hyunjin asintió y comenzó a sollozar en los brazos de su madre. Creyó que reaccionaría de mala manera pero no fue así. Ella después de mucho tiempo logró entender y apoyar a su hijo como era debido.

—Y tú ya sal de ahí. — ordeno a su hija.

—¿Cómo me viste? — pregunto Yeji saliendo de entre las plantas.

—Son rosas blancas y tu blusa y pantalones son morados. — respondió sonriente. — Ven aquí.

Y así fue como los tres se quedaron abrazados durante unos minutos en medio de toda la flora del lugar.

Seulgi se dio cuenta de cuán ausente estuvo durante la corta vida de sus hijos por culpa de la ambición. Ahora prometía pasar más tiempo con ellos sin importar nada. También buscaría la manera de arreglar y cambiar las cosas en su matrimonio y que su esposo le permitiera verdaderamente involucrarse en los asuntos de la empresa. Y si se podía, ayudarlo a darse cuenta de que Hyunjin merecía elegir que quería hacer de su vida y que la empresa sería perfectamente manejada por Yeji.

Los gemelos por su parte, se sentían tan felices y amados como nunca antes. Querían quedarse así por siempre.

También había una ligera esperanza en el corazón de ambos de que así como su madre había cambiado de parecer, lo hiciera también su padre. Realmente querían ser una verdadera familia feliz y con amor dentro de ella, no solo fingir como lo habían venido haciendo los últimos dieciséis años.

Ataraxia › HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora