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Un nuevo día iniciaba y Hyunjin realmente se sentía bien y feliz. A su hermana ya no le sorprendía ese estado de ánimo tan recurrente en él.

Y es que cómo no estar feliz si ahora el niño más hermoso del universo, Kim Seungmin, era su novio, además de que sus amigos, su hermana y su madre lo aprobaban y se sentían felices por él.

Realmente creía que ya nada le podía salir mal y todo estaba a su favor. Eso lo hacía sentirse positivo ante cualquier cosa.

Aparte de eso. La unión entre las empresas de los Kim y Hwang ya estaba por hacerse oficial, unos cuantos papeleos más y todo estaría listo. A Hyunjin le seguían dando igual los negocios, y Yeji seguía igual de atenta a esto. Jaebeom había comenzado a cambiar y dejar que su hija y esposa se involucraran verdaderamente en la empresa, e incluso estaba considerando dejar que Hyunjin eligiera que quería hacer de su vida sin importar si era parte de la empresa o no.

Definitivamente todo parecía un sueño.

Pero los sueños siempre acaban cuando te despiertas.

Hyunjin había invitado a Seungmin a cenar a su casa aprovechando que sus padres y hermana estaban fuera de esta por negocios. Realmente estaba emocionado. Quería que todo fuese perfecto y también romántico.

Les había pedido a Dahyun y a la señora Park que prepararán unos canapés enrollados y una tarta de manzana, Seungmin había dicho que eran su comida y postre favorito. Él no era fan de los canapés pero por Seungmin comería lo que fuera, incluso berenjena.

Subió a su habitación para darse un baño y ponerse un conjunto de ropa de acuerdo a la situación.

Tal vez era demasiado para una simple cena en casa, pero no le importaba, para Seumgmin todo tenía que ser perfecto sin importar en donde fuese.

Seungmin se estaba terminando de vestir luciendo ese típico estilo elegante y casual al mismo tiempo que tanto lo caracterizaba. No sabía si era correcto lucir así para ir a casa de Hyunjin pero no quería que lo viera vestido tan simple.

Bajo las escaleras para salir de la casa y caminar hacia el auto de su padre, donde este mismo lo estaba esperando.

—¿Estarán sus padres ahí? — pregunto Wonpil una vez su hijo subió al auto.

—No, me dijo que solo seremos él, yo y unas cuantas empleadas.

—Que raro... — Wonpil vio de reojo a su hijo esperando que este le dijera algo.

Y Seungmin sabía que su padre sospechaba algo. No sabía si era correcto decirle a su padre sobre su noviazgo con Hyunjin. Era verdad que Seungmin sabía que ahora Seulgi era consciente de que su hijo era gay y que había prometido no decirle nada a su esposo, pero Seungmin no sabia si sus padres también guardarian el secreto.

—¿Por qué te quiere ver Hyunjin? No me parece una simple juntada de amigos.

—Es que no lo es. — suspiró. Esta bien, Seungmin le diría la verdad a su padre. — Hyunjin y yo somos novios.

Hubo un leve silencio.

—Me lo imaginaba. — soltó el mayor. —¿Sus padres y hermana saben?

—Sí, Yeji y la señora Seulgi lo saben, pero el señor Jaebeom no. Él es... él no está de acuerdo con estas cosas. — explicó un poco triste por lo ultimo.

—No diré nada y estoy seguro que cuando le digas a tu madre tampoco dirá nada. Esperaremos a que ambos se sientan seguros.

Wonpil le sonrió tranquilizadoramente a su hijo y le acarició el cabello. Seungmin sonrió. Agradecía tener unos padres tan comprensivos.

Cuando por fin llegaron Seungmin bajo del auto y se despidió de su padre. Toco el timbre de la enorme casa y fue recibido por su novio con esa hermosa sonrisa que hacía desaparecer sus ojitos.

—Hola, ángel. — saludo dando un suave pico a su novio para después dejarlo pasar.

—¿Ángel? — pregunto Seungmin confundió.

—Sí. — respondió Hyunjin tomándolo de la cintura para acercarlo más a él. — Cuando te vi por primera vez juré que eras un ángel. — y entonces lo volvió a besar.

Ese beso fue un poco más profundo pero no dejaba de ser suave, delicado y repleto de sentimientos. Una aclaración de garganta los hizo separarse.

—La cena está lista, Hyunjin. — hablo Dahyun con una sonrisa burlesca luego de notar los rostros sonrojados de los menores por la vergüenza.

—Ya vamos.

Caminaron tomados de la mano hasta la mesa en donde Hyunjin ayudó a Seungmin jalando la silla para permitirle que se sentara.

—Eres todo un caballero. — bromeo Seungmin acomodándose.

—Me educaron bien, que te puedo decir. — respondió sentándose frente a él mientras reían juntos.

—Woha, la comida se ve y huele deliciosa. — dijo observando todo. —¡Son canapés y tarta de manzana! — exclamó con los ojos ilimitados como si se tratase de un niño con un juguete nuevo.

—Bueno, me habías dicho que eran tu comida y postre favoritos así que pedí que los hicieran para esta cena. — contesto algo tímido.

Seungmin se conmovió un poco al oír eso. Le gustaba que Hyunjin fuera tan atento con él.

—Gracia, Jinnie. — dijo entrelazado sus manos sobre la mesa.

—No es nada, haría lo que sea por ti.

Luego de eso comenzaron a comer entre bromas y sonrisas.

Al finalizar agradecieron a Dahyun y a la señora Park por la comida, quienes avisaron que estarían es sus respectivas habitaciones por si necesitaban algo, después subieron a la habitación de Hyunjin para seguir hablando y darse unos cuantos mimos.

Estaban acostados en la cama del mayor viéndose a los ojos el uno al otro.

—Seungmin, tengo que confesar que cuando estoy contigo me siento tan tranquilo y libre de cualquier miedo. No me quiero separar de ti nunca. — dijo acariciando la mejilla del contrario.

—¿Te sientes en un estado de ataraxia? — pregunto Seungmin.

—No lo sé, no conozco las definiciones de tus palabras rebuscadas.

—Es eso, un estado de tranquilidad y total ausencia de deseos y temores. — explicó acariciando el cabello negro de Hyunjin.

—Entonces sí, es eso. — luego de decir aquello se acercó a Seungmin y lo comenzó a besar suavemente.

Definitivamente besar al menor lo hacia sentirse bien y era lo que más le gustaba hacer.

—Yo tampoco me quiero separar de ti nunca. — hablo Seungmin cuando se separaron un poco.

Se siguieron besando tan cariñosamente hasta que la puerta de la habitación fue abierta de repente haciéndolos separarse e incorporarse de la cama.

—¿Qué están haciendo? — la voz de Jaebeom sonaba molesta y una mueca de incredulidad abarcaba todo su rostro.

Mierda.

Ataraxia › HyunminWhere stories live. Discover now