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Hyunjin había llegado a clases igual de temprano que siempre. Él y Jisung se encontraban sentados en el patio de la escuela hablando, bueno, en realidad Hyunjin le estaba contando algo importante a su amigo.

—Hermano, eso ya lo sabemos todos. — dice el menor con sinceridad.

—¿Cómo que todos? — según él, había sido discreto. Bueno, tal vez no tanto, por algo Yeji le pregunto si le gustaba Kim.

—Si, no sabes disimular. — Hyunjin mira molesto al contrario y este solo suelta unas cortas carcajadas pero luego se detuvo al recordar algo. —¿Si sabes que a tu hermana también, verdad? — pregunto temeroso.

Y por supuesto que Hyunjin lo sabía, si el no era bueno disimulando su hermana menos.

—Claro que sí. — contesta molesto.

—¿Y qué harás?

—¿Qué puedo hacer? Ni si quiera se si le gustan los hombres. — dice acostándose sobre el pasto.

—Si no le gustan seria un alivio para mi. — Hyunjin mira a su amigo confundido. — Es que creo que tú y Yeji no son los únicos interesados en él. — contesta bajando la cabeza un poco triste.

—¿El idiota de Minho también? — exclama aún más molesto.

—Creo que si.

A lo lejos ambos pueden ver como Seungmin entra corriendo a la escuela como un cachorrito.

Lindo.

Piensa Hyunjin con una sonrisa en los labios.

No sabe porque, pero solo con ver al castaño se siente tan feliz y completo. Nunca le había pasado eso. Quizá esta vez si era amor. Pero solo tenía 16 años, un adolescente de 16 años que ni siquiera sabía si quería terminar una carrera universitaria ¿qué va a saber Hwang Hyunjin de amor? Probablemente lo mismo que sabe de historia y matemáticas. Nada.

El timbre sonó indicando que debían entrar a las aburridas clases de siempre.

Jisung se fue a su salón al igual que Hyunjin.

Al entrar puede ver a su hermana hablando con Seungmin muy animadamente, lo que lo hizo irritarse más. ¿Acaso  no podía tener aunque sea un maldito día sin algo malo o frustrante? Tal vez. Tal vez nunca podría sentirse bien del todo.

—Deberías ir a tu lugar. — regaña a su hermana una vez se sienta junto a Kim.

—La profesora aún no llega.

—Creí que te gustaba comportarte correctamente. Aunque no esté la profesora tu debes estar sentada. — recuerda el mayor.

—Como si tu cumplieras las reglas. — contesta molesta y después da la espalda para ir a su asiento.

Las clases inician con normalidad. Y es que no hay nada extraño en que Hyunjin no le dirija la palabra a Seungmin en todo el día. Lo que es raro es la sensación de ambos chicos en sus estómagos. Estar cerca el uno del otro los pone así de raros. Por su puesto, ninguno de los dos está consciente del efecto que tiene su presencia en el  otro.

Durante las pasadas clases antes del receso Hyunjin no paraba de ver de reojo a Seungmin. Se veía tan lindo concentrado. O bueno, así es como Hyunjin pensaba que se encontraba Seungmin. El menor no era ajeno a las miradas que su compañero le daba, las podía notar perfectamente, lo cual hacía que se sintiera nerviso y frunciera demasiado el ceño como si estuviera concentrado.

El timbre sonó y todos los alumnos salieron corriendo de sus aulas para llegar a la cafetería o al patio y hacer desaparecer el estrés de estar sentado viendo a una persona mayor hablar sobre cosas que realmente no les interesaban o que si lo hacían, pero esas personas no eran buenas explicando y los confundía.

Ataraxia › HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora