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Si bien casi todo el tiempo estaban juntos, había momentos en los que necesitaban su espacio por ejemplo cuando dormían o se duchaban; se suponía que cuando Ushijima estaba cerca, también necesitaba ese espacio pero Taichi se mantenía a un lado, callado, pero se mantenía AHÍ, justo dónde le decía que no lo quería; por su parte, se mantuvo tres lugares delante de él y de la chica de la que no había parado de hablar durante casi dos semanas. Estaba aburrido, la instrucción del profesor era clara "hacer una fila y esperar a que se les indicara entrar", su mirada se dirigió hacía la ventana que daba justo al campo de equitación, veía maravillado a aquellos animales cuando sin querer escuchó la conversación de sus compañeras formadas en frente, no era una persona entrometida pero aquello se volvió de su interés en cuanto escuchó que sus senpais se encontraban en ese edificio por alguna razón que no conocían; se cruzó de brazos y se recargó en la pared en un intento por acercase disimuladamente para escuchar mejor, cosa que le fue difícil ya que los estudiantes, tanto de segundo como de tercero, iban y venían por el pasillo haciendo demasiado ruido para su gusto.

—¡Esto es tu culpa Tendō!—No necesitaba voltear para conocer al autor de aquel escandaloso reclamo. Aún que no lo estuviera viendo, sabía a la perfección que la tercera parte de aquél peculiar trio se encontraba con ellos, por lo que empezó a buscarlo con la mirada, no le tomó mucho tiempo debido a su altura además de que se encontraba en el laboratorio contiguo—¡Somos invitados por tu culpa!—Le vio acercarse a sus senpais, le conocía bien por lo que podía entender la situación: Semi reclamando y Tendō provocándolo para incrementar su enojo de una manera relajada—¡Si no hubieras hecho explotar la computadora, nuestro laboratorio seguiría abierto y estaríamos ahí, no aquí con los detestables alumnos de segundo!

Silencio, aquello había sido suficiente para calmar todo el alboroto. Por respeto, nadie le reclamaría al mayor de tercero, pero eso no significaba que no estuvieran ofendidos y enojados.

—Semi Semi no seas escandaloso, avergüenzas a tus kōhais.

Por primera vez en aquella discusión se escuchó la voz del pelirrojo. Debido a los movimientos que comenzaba a realizar, era casi seguro que los señalaría, continuación todo pareció ir en cámara lenta; Shirabu se encogió en su lugar pero Kawanishi, intentando huir, empujó a "su futura novia" provocando que cayera al suelo. Todos los miraban. A pesar de ser parte del "gran club de volleyball dónde estaba Ushijima Wakatoshi" no eran "populares" y después de eso no lo serían en el concepto que deseaban.

—¿Qué? ¡Por supuesto que no! ¡Taichi, Shirabu! ¡Dejen de esconderse y diganle que no los avergüenzo!—empezó a caminar en su dirección, su amigo parecía querer saltar por la ventana y lo intentó, pero al parecer había olvidado a la chica en el suelo por lo que tropezó con ella y le cayó encima—¡Taichi no intentes huir! ¡Aún tienes clase, se responsable!

Ahí se encontraban, delante de ellos su senpai les daba (mas bien gritaba) un sermón sobre la responsabilidad que tenían de ser buenos alumnos por formar parte del club; podían escuchar como la muchacha le decía todos y cada uno de los insultos que conocía al bloqueador, Shirabu la ignoró por estar concentrado en las palabra del colocador hasta que lo vio pasar tan imponente como siempre, los saludo y se fue. Eso fue suficiente para alegrar su mañana.

***

Aún faltaban algunas clases para terminar la jornada pero era el momento en el que iba a  la cafetería a comprar su bebida para el almuerzo, al principió le resultaba un tanto incómodo cargarla durante una hora, pero prefería eso a no tomarla porque se agotaba.

—Va a odiarme por el resto de mi vida y cuando muera te aseguro que escupirá en mi tumba.

—No seas exagerado, solo disculpate y ya.

Yo sé de amorWhere stories live. Discover now