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Paso 3: Sorpresa.

Las sorpresas son buenas para agregar emoción a la relación que tienen. Podrías hacer algo que jamás esperaría de ti.

El viento movía suavemente las ramas del árbol que estaba sobre él, vio como las pequeñas hojas que reposaban en suelo eran barridas por el fresco viento que lo reconfortaba después del duro entrenamiento; el espacio sobrante de la banca hizo que sintiera la necesidad de compartir aquel cómodo momento con su colocador.

Su mirada viajaba junto con las personas que caminaban por ahí, entre ellas pudo ver a un grupo de chicos hablando debajo de un poste de señalización, no tan lejos una pequeña muchacha se acercaba lentamente, cuando estuvo lo suficientemente cerca, en un grito bajo, dijo el nombre del chico recargado en el poste. Sus ojos brillaron y se puso de pie, había encontrado lo que tanto buscaba.

Al ser una academia con un gran número de estudiantes, por supuestos estaba llena de parejas. Tendō y Ushijima se habían dado a la tarea de sentarse ahí y "estudiar" a las parejas para darse alguna idea sobre el paso del día; poco tiempo después de comenzar su labor el pelirrojo lo dejó ahí por ir a buscar algo para comer; intentó apresurarse, no quería arriesgarse a que el castaño actuara solo, pero al ver la banca vacía, supo que sus intentos fueron en vano y se apresuró a buscarlo.

***

Realizó el mismo recorrido que hacía todos los días. Aunque el camino era igual, todo lo demás no lo era; el reloj marcaba cerca de las 9:00 pm, las farolas se encontraban encendidas y los pocos estudiantes que aún vagaban por ahí se dirigían a los dormitorios, con paso firme, siguió por el sendero en dirección contraria a la que los demás llevaban, su objetivo era claro, necesitaba llegar al gimnasio y con algo de suerte sus kōhais seguirían limpiado.

Sus ojos recorrieron hasta el último rincón y frunció el ceño al no ver a nadie. Sus fuertes pisadas dejaban a su paso un seco sonido mientras se dirigía a la bodega, de la cual, salía un rayo de luz a través de las puertas que se mantenían abiertas dando un indicio de que alguien se encontraba dentro. Estaba a nada de comenzar a trotar cuando se descubrió a si mismo debajo del umbral de la puerta.

Su espalda es lo único que veía al estar volteado acomodando los balones utilizados ese día, algo similar a un tirón dentro de su estómago provocó que su interior se llenara de un cosquilleo que era molesto y agradable a la vez, el hormigueo en su vientre le invitaba a contraerse mientras que el hormigueo en sus mejillas le exigía a realizar aquel gesto poco común en él, sin importar nada, mantuvo su postura y gesto serio.

Su mirada viajo por el pequeño lugar y al no ver a un tercero supo que esa era la oportunidad perfecta (y la última que tendría en ese día) por lo que decidido y con un brillo de anhelo en los ojos (del que no era consciente) dio un paso y...

—¡Shirabu!

De acuerdo con la escena antes vista, el chico se asustó ligeramente para después darse la vuelta y abrazar a la jóven; claramente no esperaba algo así pero no pudo evitar imaginarse que algo similar pasaría con ellos.

Con una rápida y asustada mirada y un fuerte y asustado "¡¿Qué?!" quedaron de frente. El silencio en la bodega era roto solamente por el rebotar de los balones anteriormente soltados. Los ojos verdes y los ojos miel se encontraban conectados como la mayoría de las veces en las que hablaban o (últimamente) cuando se encontraban cerca.

—Ushijima-san lo siento...¿necesita algo?—su voz tembló un poco y Ushijima estaba seguro que la suya también lo haría por la "intensidad del momento".

—No.

Se dio la vuelta y se fue, la respuesta de Shirabu había sido más tosca de lo que se había imaginado pero considerando que tendía a sufrir ligeros sobresaltos cada que él iniciaba la conversación, aquella respuesta era algo de esperar.

Aquella acción provocó que su corazón latiera a la misma velocidad que marcaba al final
de los intensos entrenamientos; aquel cosquilleo interno no lo dejaba tranquilo, la adrenalina en su cuerpo era liberada en su rápido caminar.

Toda aquella experiencia había sido algo nuevo para él, desde la física hasta la imaginaría; era plenamente consciente sobre la atracción que tenía por el menor y de igual manera era consciente de que aquella noche en aquel lugar algo había cambiado con respecto al castaño, lo que había comenzado como una simple curiosidad se volvió atracción que permaneció con él por meses pero ahora era como si hubiera subido un nivel más, uno nunca explorado y emocionante. Sentía la inmensa necesidad de contárselo al pelirrojo y grande fue su emoción al verlo charlar junto con su otro amigo en la entrada de su edificio.

—Semi, Tendō—se acercó a ellos.

—Wakatoshi.

—¡Wakatashi-kun! ¡te he estado buscando!—casi se le lanza encima.

—Aquí estoy.

—Podemos verlo—dijo de buena manera el albino—¿Para qué lo necesitas Tendō?

Cuidado con esos celos Semi Semi~—canturréo

—¡No me digas así! y no son celos.

—Si lo son ¿verdad Wakatoshi-kun?

—Lo desconozco—lo miró con el ceño ligeramente fruncido—¿cómo lo sabes tú?—sí le explicaba podría ayudarlo.

—Lo dijo Akemi-san.

—Ya veo...si son celos Semi—Akemi-san sabía de eso.

—¿Eh?—la vena saltada en su frente delataba su sentir.

—No te enojes Semi Semi necesito ayuda para organizar lo del sábado.

—Yo podría ayudar.

—Si supieras de esto ya te hubiera pedido ayuda cariño.

—Deja de ser un imbécil que tú tampoco eres bueno en eso—su indignación lo llevo a cruzarse de brazos y apartar la mirada.

—Vamos no te enojes—lo abrazó por su costado, envolviendo sus lagos brazos en la cintura contraria—se de muchas cosas en las que eres bueno.

—No me gusta que hagas eso—se separó de el abrazo, se dio la vuelta y comenzó a caminar en dirección a su edificio-nos vemos.

—Adiós.

—¡No me extrañes tanto!—dijo alegremente mientras agitaba sus brazos.

—¿Por qué a Semi no le gusta que lo abraces?

—Si le gusta, solo que no le gusta que lo haga en público.

—¿Por qué?—sí de algo se había percatado esa tarde era que la muestra más común de afecto eran los abrazos.

—Bueno...las personas que están en una relación llegan a darse pequeñas muestras de afecto en público y... nosotros no estamos en una relación.

Lo miró atento, su tono de voz extrañamente serio le dio a entender que algo molestaba a su amigo.

—Yo imaginé que Shirabu me abrazaba.

Estalló en carcajadas.

—¿Qué? ¿Encerio Wakatoshi-kun?—Si.

—Bueno, llegó el momento—colocó sus manos en los fuertes hombros—¿Qué es lo que quieres de nuestro kōhai?

—Quiero tener una relación con él—no dudó ni un segundo.Tendō aún tenía presente lo dicho por el alto cuando, comenzaron aquello "solo quiero decirle que me gusta". Lo sorprendió bastante saber que el objetivo inicial había cambiando pero estaba feliz por él y su menor, ya ansiaba ver como terminaría el plan.

—¡De acuerdo!—le sonrió—haremos lo mejor que podamos para que acepte la cita, ahora vamos a adentro a planear lo de mañana y lo del sábado.

—Si†no dijo nada más pero lo siguió con una apenas perceptible sonrisa.

Yo sé de amorOn viuen les histories. Descobreix ara