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Nathalie acomodó todo en su habitación con la ayuda del pequeño, este miraba todo con mucha curiosidad, por primera vez en bastante tiempo había cosas nuevas con las cual poder curiosear; de repente la adulta acomodo una fotografía que captó su atención en menos de un segundo, en ella estaba Nathalie jugando con uno de sus dedos en el mechón rojo que tenía sobre su cabeza, y a su lado, estaba un joven rubio de ojos azules casi grises, con una sonrisa encantadora tomándola del cuello.

─¿Quien es el?─ preguntó rápidamente señalando la fotografía

Nathalie se giro y la miro, instintivamente sonrió, recordando el día de esa foto, ella y Gabriel solían jugar apuestas, ella perdió y el decidió que para pagar debía teñirse un mechón de cabello, tradición que perduró por los años aunque ella se haya distanciado de el.

─Es tu padre─ respondió tranquila ─Teniamos diez años ahí. . .

─¿De verdad es papá?─ se asombra ─Se ven muy bien, ¿por qué se alejaron?

─Ya te expliqué eso─ le sonríe cariñosamente

─¿Por qué ahora no son así de cariñosos?.

─Crecimos, y al ser adultos cambian algunas cosas, pero aprecio a tu papá de la misma forma que en aquella foto.

─¿Segura que no eres su novia?.

─No Adrien, no lo soy─ baja la foto

─No, es muy bonita, súbela─ pidió casi molestó

─Bien, lo hare─ la sube y acomoda en la posición anterior

Los golpes en la puerta interrumpieron la conversación amistosa de estos dos, la ejecutiva la abrió descubriendo a su jefe y amigo detrás de ella.

─¡Ahí estás!, ¿que haces aquí molestando a Nathalie?.

El niño lleva sus manos a su cara y empieza a llorar en silencio, la escena le parte al corazón a Nathalie, tal vez recién se conocían, pero no podía permitir que dañen a un niño tan inocente como lo es Adrien.

─¿Y quién dijo que me está molestando?─ se cruza ante la vista de Gabriel y evita que mire al niño ─Invite a Adrien a qué me ayude, no exageres

─¿De verdad?, lo lamentó entonces, suele ser muy absorbente aveces. . .

─¡Eres muy malo!─ grito el chico y paso entre las piernas de ambos, para irse corriendo a su habitación

─¿Lo tratas así muy seguido?─ cuestiono cruzándose de brazos y alzando una de sus cejas en modo acusatorio

─Tal vez muy seguido─ rasca su nuca ─Yo no suelo hacer estás cosas, Emilie se encargaba de el, yo solo jugaba de vez en cuando algún juego raro cuando tenía tiempo, nada más, no se nada de criar un hijo

─Para empezar debes entender que no es un empleado, es tu hijo─ se acerca ─Cuida tus tonos, entiendo que cuando no lo ves, con lo que le pasó a tu esposa te pongas paranoico, pero cuando lo encuentras podrías abrazarlo y preguntarle que hace en vez de enfurecerte

─¿Ahora entiendes por que te traje, verdad?.

─Un poco voy entendiendo. . .lo que no puedo entender es como el chico apuesto y cariñoso que conocí, se volvió está coraza casi inhumana sin sentimientos.

─Sigo siendo el mismo, pero más grande─ bufo

─Ya veremos eso─ sonríe ─¿Recuerdas esto?─ toma la fotografía y se la extiende

─¿Cómo voy a olvidarlo?─ sonríe ─El día que perdiste el concurso de barcos en el Sena y te obligue a teñirte─ la mira ─¿Sabes que la apuesta termino hace más o menos veintidós años?

Miraculous: 30 Year'sWhere stories live. Discover now