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Nathalie abrió sus ojos después de la noche más estupenda que tuvo en años, lo primero que vio fue el hermoso rostro de Terrence, sus cabellos caían alborotados por encima de el, dormía tan plácidamente que la mujer se sentía culpable de verlo, pensando que con ese pequeño acto podría despertarlo.

Lentamente se levantó, y se metió en el cuarto de baño, tomo una ducha, se colocó su vestido, beso la frente del hombre y se fue, hoy el no tenía que trabajar, pero ella si, afuera del departamento paró un taxi y se dirigió rápidamente a la mansión Agreste.

Apenas puso un pie allí, al primero que vio fue a Gabriel, el se quedó mirándola fijamente, lucía preciosa, como si fuera una princesa salida de un cuento de hadas, ella también lo miro, le extraño que tan temprano en la mañana estuviera sonriendo.

─Buenos días señor─ saludo rompiendo con el silencio, el termino de bajar la escalera y se acercó

─¿Estuviste fuera toda la noche?─ fue lo único que su mente fue capaz de procesar

─Si. . .acabo de entrar.

─¿Cómo fue tu cena?.

─Excelente. . .son una familia encantadora─ sonríe

─Me alegro entonces─ mira el pasillo ─El desayuno estará listo en unos minutos, te esperamos allí─ se gira y empieza a caminar

─Estare con ustedes en unos segundos─ camina a su habitación

La teñida se quita el vestido, toma su traje, se lo pone, acomoda su cabello se coloca perfume, y una vez está lista sale, camina a paso tranquilo y se acerca al comedor, antes de entrar se queda quieta, escuchando.

─Te lo suplico debemos olvidar esto─ musitó Bianca

─¿Puedes relajarte?─ replicó Gabriel

─No me puedo relajar, no estuvo bien.

─¿No?─ ríe ─¿Necesitas whisky para poder relajarte?

─¡Te hablo enserio!.

─Ya no podemos deshacerlo, vive con ello.

─No puedo Gabriel, me siento terriblemente culpable.

─¿De que?.

Nathalie ingresa y ambos de quedan callados, la ejecutiva camina a paso tranquilo y se sienta a la mesa, los dos contrarios la miran, ella con nervios, el relajado, la de lentes se sirve un poco de café y bebé un sorbo, luego deposita su mirada en su hermana.

─¿Tengo algo?─ preguntó ─¿Por qué me ves asi?

─No nada, ¿estás bien, como te fue?─ trato de desviar el tema

─Bien─ contesto únicamente y tomo una tostada ─¿A ti como te fue?─ la muerde

─¿Que cosa?, ¡no hice nada!, ¿debí hacer algo?.

─¿Estás bien?─ cuestiono al verla tan nerviosa

La mujer no pudo contestar, Adrien había llegado, al ver a su asistente se puso contento, fue hasta ella y la saludo, luego se sentó a su lado, como si fuera un hijo que extraño a su madre.

─No vuelvas a irte─ pidió sirviéndose la infusión ─Tuvimos que pedir comida anoche─ comento ─Y era muy mala

─Te deje con dos adultos responsables, ¿por qué no le pidieron a Maryn hacer de cenar?.

─No tenia apetito─ se excuso la mujer más nerviosa que antes, Gabriel no artículo palabra

─Hermana no te veo bien, tu sin apetito es algo extraño─ la mira fijo ─¿Sucede algo, Giano otra vez?

Miraculous: 30 Year'sWhere stories live. Discover now