Una última batalla.

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París estaba eufórica, Gabriel Agreste, el soltero más codiciado, guapo y famoso que podía existir, estaba de novio, y no con cualquiera, sino con la que fue su asistente durante más de diez años.

Los dos tenían una hermosa relación, hoy cumplían dos semanas de haber expuesto su amor al mundo, Nathalie seguía siendo la asistente de Gabriel, pero ahora con el título de novia, eso quería decir que se podía tomar algunas libertades, como por ejemplo remodelar la mansión, entrar a cuartos que antes estaban prohibidos y quitar algunos cuadros de cierta rubia que era mejor sacarlos que mantenerlos.

Aprovechando que Adrien estaba de día de campo con su novia y amigos, Nathalie decidió que era momento de encargarse del enorme cuadro que había en el atelier, y no la juzguen, ella no es celosa ni nada por el estilo, solo que tener los ojos verdes de Emilie Graham por toda la casa, le daban una sensación extraña que quería eliminar.

Quiso quitar el cuadro por si misma pero se dio cuenta que estaba pegado a la pared, después recordó que es la tapa falsa de la caja fuerte y ahí entendido todo, fue por una caja de herramientas, tomo unos desarmadores y se puso a quitar las bisagras que lo mantenían fijo en su lugar, el cuadro cayó, haciendo un gran estruendo y dejando a la vista los botones que tenía ocultos debajo de el.

Gabriel llego a la velocidad del rayo, encontrando a su hermosa novia subida a una escalerilla de metal, con un overol rojo, guantes y un desarmador en su mano, este puso los brazos en jarra y se acercó hacia ella, la tomo de la cintura y por la fuerza la bajó.

─Te dejo unos minutos sola y comienzas a hacer travesuras─ la reto sutilmente

─¿Que pasa quieres conservar el cuadro?.

─No, pero esto es un desastre─ señaló el lugar ─Además mira─ señala la tapa falsa con botones y cables que habia quedado unida a la pared ─Casi olvido que ese cuadro está ahí para ocultar la entrada a la guarida

─Yo también olvidé eso─ se acerca y observa ─¿Que vamos a hacer con ese asunto?

─Sabes. . .acabo de recordar que no quite el cuerpo de Emilie─ Nathalie lo mira asombrada

─¡Me estás diciendo que tenemos un cuerpo en descomposición en el sótano!.

─Solo bromeo─ se acerca y besa su frente

─Siempre fuiste pésimo para eso─ bufo

─Te encantan mis bromas─ ríe ─Creo que deberíamos hacer lo correcto

─¿Devolver los miraculous?─ el asiente ─¿Y como haremos eso?

─De la única forma que sería divertido─ sonríe

─Adoro cuando estás creativo─ lo besa rápidamente ─Bajemos─ cierra la tapa y toca los botones que ahora estaban al descubierto

Los dos son rápidamente llevados hasta la guarida subterránea, la cual estaba bastante descuidada, allí ambos se paran sobre el ventanal y se colocan su respectiva joya, los kwamis aparecen ante ellos y los miran con algo de melancolía.

─Nooroo, alas oscuras elevence.

─Duusu, esparce mis plumas.

Ambos se transforman rápidamente y miran hacia el ventanal, este se abre dejando entrar la luz del sol.

─Siempre quise hacer ésto─ se acerca al enmascarado y lo besa, él, la toma de la cintura

─Eres la única portadora que es igual de hermosa con o sin el traje─ le da un rápido beso ─Vayamos a lo nuestro─ abre su bastón y libera un akuma el cual revolotea al rededor de ellos ─Vuela mí pequeño y encuentra alguien digno de akumatizar─ la mariposa se dirige a la abertura del ventanal

Miraculous: 30 Year'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora