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Habían pasado tres días desde la fallida boda y la huida de las mujeres a Praga, todo está tranquilo, los Agreste tenían la fe de que nada malo pasaría, Marinette y Nathalie serían la voz de la razón en caso de que las cosas se salgan de control.

Adrien y Gabriel iban a tener por primera vez en años una noche de chicos, verían algo en la TV y comerían cosas que le gustaban al otro, al recordar a las mujeres decidieron invitar a André y a Tom, ya que ellos se habían quedado solos, el ambiente era realmente cálido, los cuatro interactuaban sin importar la diferencia de edad ni de gustos, el menor decidió encender la televisión para ver si encontraba algún deporte para ver en grupo y ahí fue cuando todo se descubrió.

No se muevan, estas son las noticias, hubo disturbios en una de las discotecas de Praga, cuatro parisinas fueron detenidas por las autoridades, entre ellas una menor, los testigos afirman que, las mujeres concurrieron en grupo y una de ellas comenzó a aventar cosas desde la barra del lugar, los incidentes incrementaron cuando golpearon a otro grupo de mujeres, todo termino en una gerra de botellas y golpes, finalmente todas fueron demoradas en el departamento de policía, según la información liberada de parte de la policía local, una de las implicadas podría ser Audrey Bourgeois, esposa del Alcalde Parisino y destacada diseñadora de modas, ampliaremos en el próximo flash está información.

─¿Escucharon eso?─ preguntó Adrien dándose la vuelta y viendo como los tres adultos estaban asombrados de lo que acababan de oir

─¿¡Que vamos a hacer!?─ entro en pánico Tom

─Vamos a tener que ir por ellas─ bufo Gabriel sacando su celular del bolsillo de su pantalón

─Audrey suele meterse en problemas, ¿pero las demás?, simplemente no lo entiendo─ acotó André

─Ya arregle todo vamos por ellas─ menciono Gabriel apagando su celular

Los cuatro salieron de la mansión, Gabriel condujo su auto hasta el aeropuerto y allí abordaron el jet privado que los llevaría a Praga.

Después de una hora y media de viaje, los masculinos llegaron a Chequia, los alrededores eran hermosos, caminaron un poco por el centro del lugar hasta finalmente llegar al departamento de policía, a penas pusieron un pie ahí se podían escuchar los gritos de Audrey demandando que la liberen bajo la amenaza que despediria a todos.

─Buen día oficial─ hablo Gabriel ─Venimos para llevarnos a las reclusas del incidente en el bar

─La fianza es de 280.000 coronas─ replicó el oficial

─La primera dama parisina está detrás de esas rejas, ¿quiere tener problemas con Francia?─ bufo André

─La fianza ahora sera 300.000 coronas entonces─ replicó el oficial

─Bien, tenga─ Gabriel extiende su tarjeta dorada ─Pagase de una vez

El oficial toma la tarjeta, cobra la fianza, le entrega el comprobante al diseñador, hace el papeleo de salida y va a buscar a las mujeres, tras unos minutos las cuatro aparecen desde un pasillo.

─¡Audrey!─ grito André ─Habíamos quedado que no volverías a Praga de fiesta

─Cállate Antonio, tengo resaca, además era una ocasión extraordinaria─ bufo

─No puedo creerlo Sabine, Marinette, ¿cómo se metieron en esto?─ se quejo Tom

─Solo defendimos a nuestras amigas papa─ se lamento la de coletas, luego fue y abrazo a su novio

─¿No me vas a retar?─ preguntó Nathalie mirando a Gabriel

─No, solo estoy feliz de que no hayas dañado a nadie.

─Estuve a punto, debí quebrarles el brazo a esas tontas─ se quejo

─Habría sido excepcional Nathalie─ acotó Audrey riendo

─Mejor nos vamos antes de que sigan cometiendo locuras.

Los ocho salieron del departamento de policía y antes de que el lugar se llene de periodistas, subieron a un taxi y se fueron al aeropuerto para abordar el avión que los devolvería a París.

─Este será el día más largo de mí vida─ se quejo Gabriel recostandose sobre el asiento

─¿Cómo supieron que estábamos ahí, acaso nos siguieron?─ preguntó Audrey poniéndose hielo en la frente

─No señora Bourgeois, salieron en televisión─ explico Tom

─¿¡Que!?─ grito Nathalie

─No puede ser─ se sumó Sabine

─Sus nombres no salieron solo el de ella─ río André

─Mis acciones van a bajar, no otra vez─ se quejó ─Los pediriodistas de Chequia siempre hacen los mismo, solo saben ensuciar mí nombre

─Por favor Audrey, tu solo sabes emborracharte y destrozar cosas─ musitó Gabriel

Después de esa breve charla el avión despegó, cada uno se sentó con su respectiva pareja, dejando a Nathalie y Gabriel sin opción alguna que sentarse juntos, la incomodidad entre ambos había regresado, Gabriel como todo caballero decidió darle su espació y ella, ahora, después de todo lo que pasó no sabía cómo tratarlo.

─Gracias─ susurró ella, los demás estaban en su mundo, Tom y Sabine dormían, Adrien y Marinette escuchaban música, André y Audrey discutían, asique ellos dos estaban en su mundo, sin mencionar el trasfondo de la noche

─No se que me agradeces, lo único que hice fue entregar mí tarjeta─ replicó

─Pero viniste, podías haber enviado el dinero desde Francia.

─No se cómo pagar una fianza desde mí casa─ la mira ─Tu misma lo dijiste, solo se diseñar

─Perdon por eso, pero sabes que te defendía, ¿verdad?.

─Si. . .¿por qué me defendiste en vez de creerle?, digo. . .¿no pensaste que si podía ser obra mia?.

─Claro que lo pensé, pero si fueras tu, habrías visto todo con una sonrisa en vez de estar ahí con cara de sorpresa, a diferencia de ti, yo si te conozco bien─ suspira

─Bueno. . .tienes razón─ rasca su nuca y ríe nervioso ─¿Cómo te sientes?

─Después de ver a Audrey ebria bailando encima de una barra y lanzar cosas, ya no me siento tan tonta─ sonríe ─Pero aún me siento miserable. . .

─¿Por qué?.

─Me estaba por casar con un hombre que tenía una doble vida y jamás me di cuenta.

─Te dije que casarte al mes y medio era muy pronto. . .

─¿Y cuánto debo esperar. . .treinta años?─ alza una ceja

─Esperes lo que esperes nunca se termina de conocer al otro, pero yo creo que treinta años bastan para descubrir una doble vida.

─Tienes razón─ bosteza ─¿No te importa si uso tu hombro?, Audrey no nos dejó dormir, grito toda el día

─No hay problema.

Ella se acomodo sobre el hombro de el y cerro los ojos, este la contempló de reojo y en ese instante confirmaba que tenía a su lado a la mujer más hermosa que existe, el diseñador suspiro, apoyo su cabeza en el respaldo y también cerro sus ojos, sería un largo viaje de regreso a París.

Miraculous: 30 Year'sWhere stories live. Discover now