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Era un nuevo día en la mansión Agreste, Gabriel despertó antes está mañana, eso era extraño, generalmente suele dormir hasta las siete treinta, hoy eran las cinco cuarenta y cinco y se encontraba fresco como lechuga; rápidamente bajo, fue a la cocina y se preparó un café, lo tomo allí y por la ventana que había en la cocina observo como los trabajadores llegaban, los tres compartían el mismo vehículo, Terrence y Maryn bajaron de el, mientras Jampier iba a dejarlo en la cochera; el diseñador posó su grisácea mirada en el jardinero y no dejo de verlo en ningún momento, en pocos segundos los susodichos ya estaban dentro de la cocina.

Buenos días señor Agreste.

Saludaron ambos apenas pasaron por la puerta, este solo sonrió, los dos se metieron en un pequeño cuarto que había allí y tras unos pocos segundos salieron, la mujer con su delantal de cocina y el hombre con su overol, botas y sombrero de paja.

─Terrence─ musitó el Agreste en tono frío y serio ─¿Cuántos años llevas trabajando para nosotros?

─Dieciocho señor─ respondió con temor

─¿Emilie fue quien te contrato, cierto?.

─Asi es señor.

─Ya veo─ termina su café ─¿Podrías plantar sus flores favoritas, las recuerdas?

─Si, las clavellinas, ¿dónde quiere que las ponga?.

─Donde mejor te parezca.

El sonido de unos tacos interrumpieron la conversación de ambos hombres, los dos giraron sus cabezas a modo de reflejo encontrándose con la esbelta y bella figura de Nathalie, la cual entraba en la cocina, luciendo más radiante que nunca.

─Buenos dias─ saludo, se encaminó a ambos hombres y depósito un beso fugaz en la mejilla del jardinero

─Buenos días preciosa─ musitó el pelinegro

─Buenos días Nathalie─ acotó Gabriel en tono molestó ─¿No deberías estar descansando?

─Me siento muy bien, hablé con Marianne y me dijo que podía estar levantada siempre y cuando no trabaje─ se encamina a la cafetera, pone una taza aprieta el botón y se sirve un poco

─¿Segura que estás bien?─ acotó Terrence sumamente preocupado

─Si cariño, no te preocupes.

Otros tacos se sintieron viniendo desde el pasillo, en pocos segundos Bianca entro al área, está se sorprendió cuando vio a su hermana tomando café allí, siendo observada por la cocinera y los dos galanes.

─¿Un día de libertad y ya regresas al ruedo?─ ríe

─Tranquila hermana, tu sigues a cargó─ sonríe

─Gabriel, Audrey dice que vendrá esta tarde a tomar el té, quiere hablar seriamente contigo sobre una idea que se le ocurrió.

─Genial─ bufo

─Terrence, necesito tu ayuda─ mira al de overol, este asiente ─Compre una flor para adornar el balcón de mí habítacion, pero ya se marchito

─¿La rego apropiadamente?─ ella asiente ─Seguramente compro alguna flor de interior y la tiene al sol

─¿Cómo?.

─¿Eres tonta?─ intervino Nathalie ─No pierdas el tiempo con ella cariño, deja yo la ayudo, ve tu a hacer tus cosas─ Terrence sonríe

─A la orden. . .jefa─ sale sin dejar de sonreír, Gabriel lo vuelve a observar sin quitarle la mirada de encima

─Creo que cree un monstruo─ musitó Bianca

Miraculous: 30 Year'sWhere stories live. Discover now