12. Shrek (p. 1)

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- ¿te ha gustado?- susurró Alba expectante tras haber terminado la película.

Natalia la miró con los ojos aguados otra vez y se lanzó a abrazarla. La rubia la recibió con risas y correspondiendo a su abrazo.

- si quieres más tarde vemos otra, una un poco mas feliz- río de nuevo.

Natalia solo pudo pensar en la rubia sonriéndole justo como lo hacía en ese momento, mientras veían la película y no pudo decir que no. Su risa le hacía sentir algo bonito en el pecho.

el resto de la tarde lo dedicaron a la limpieza, como bien había prometido Natalia. La morena era sumamente meticulosa con cada tarea que Alba le asignaba, si le pedía que planchase las camisetas de su peques, las dejaba dobladas y por colores; aunque más que nada pasó su tarde quitando telarañas de las esquinas de los techos porque a ella le quedaba más cerca.

Hubo un pequeño parón de dos horas en el que Natalia insistió en desempolvar los libros de la estantería (Alba creyó que no acabría pues eran bastantes), mientras la rubia trabajaba desde el ordenador.

De vez en cuando Natalia desviaba un poco la mirada de los libros para ver a la rubia y lo que estaba haciendo. Le hacía gracia como sacaba la lengua mientras hacía trazos en su tableta gráfica.
Había veces en las que alba giraba la cabeza con discreción para ver que hacía la morena, y otras en las que ambas coincidían miradas, sonreían nerviosas y continuaban con lo suyo.

-si te interesa alguno puedo prestártelo.- le ofreció la rubia al ver por tercera vez que la Natalia se quedaba varios minutos leyendo los resúmenes en las contratapas de los libros.

...

Cuando cayó la noche nadie preguntó nada, simplemente Alba comenzó a cocinar y pidió a Natalia que le ayudase a cortar verduras. La rubia puso dos platos sobre la mesa, dos tenedores y dos copas. Los cuchillos eran innecesarios. Sirvió la comida en los platos y vino en las copas, y comieron juntas con una nueva y larga conversación sobre algunos de los libros que tenía la Alba, que Natalia también había leído.

Más tarde se sentaron en el sofá para ver una película elegida por Alba. Como habían planeado.

- ¿es para niños? -se sorprendió la morena al ver la animación.

- no, es cultura universal.

y Natalia no pudo reírse porque lo había dicho de forma sumamente seria que parecía una verdad absoluta.

-Shrek- leyó el título.

-Esh-rek -corrigió la rubia, riéndose.

La película apenas comenzaba y Alba no paraba de sonreír, era evidente que esa pelicula le hacía feliz. Así que le dio una oportunidad.

Alba se acercaba un poco más cada vez que necesitaba comentar algo para explicarle referencias a otras películas, chistes y datos que la rubia había recopilado en su mente por años.

Se asombraba de la cantidad de datos que retenía y como, a pesar de haberla visto incontables veces (porque era evidente que lo había hecho), seguía riéndose cada vez que pasaba algo gracioso.

...

Alba no paro de reír hasta el último segundo y cuando de giró a ver a la morena, a la que había visto muy atenta hacía unos cinco minutos, se la encontró dormida, con la cabeza apoyada en su mano, que se mantenía gracias que su codo se apoyaba en el reposabrazos del sofá. No quiso molestarla, ya se despertaría. Dejó los créditos continuar mientras se daba una ducha rápida antes de dormir, creyendo que la morena estaría despierta para cuando saliera. Al contrario de esto, Natalia había dejado caer su cabeza en el reposabrazos y se encontraba en una posición más horizontal que antes.

nómada Where stories live. Discover now