29. el regalo.

2.2K 147 8
                                    

Holis, cuanto tiempo.

Espero recuerden donde nos habiamos quedado, pero si no, cualquer duda que tengan voy a intentar responderla lo antes posible ne comentarios.

Ahora sí, que lo dsfruten. 💕

Natalia vio a la rubia acercase y aceleró sus pasos hacia ella. Sentía una pequeña electricidad en los pies a  cada paso, producto del frío. Era un día muy bonito, el cielo estaba despejado y no había demasiado viento, sin embargo el frío húmedo aquel día calaba los huesos. Es por eso que había tenido que esforzarse un poco con el maquillaje esa mañana, entre el dolor de cuerpo, el frío y  los nervios; dormir había sido toda una odisea.

-buenos días.

-uy, tienes peor cara que yo y eso que he tenido guardia anoche.

- ya, he dormido fatal.

- ahora preparo unos cafés.- dijo sacando las llaves de casa de su hermana, para encontrarse al abrir la puerta con su dupla favorita, haciendo dibujos “para decorar la fiesta”. como era costumbre, ya habían desayunado y, también como de costumbre, su mami aún no había despertado. La rubia envió a sus sobrinos a vestirse, mientras Natalia preparaba el desayuno para ellas, al que, por su puesto, los pequeños se unieron, robando trozos de fruta de los platos de las mayores.

- ¿Sabéis que tenemos escondido  en la habitación?- la pequeña movió las cejas de arriba abajo con una sonrisita pilla.

- Mhh… déjame pensar, es…

- Vale, si quieres te lo digo- dijo como si marina la hubiera amenazado para quitarle esas palabras. Lo cual hizo reír a Natalia.- es un regalito para mami, que hemos comprado con mamá.

- Y es una sorpresa- agregó el pequeño.

- Pero si queréis os damos una pista.

- No, estamos bien, gracias- Marina fingió desinterés llevándose un trozo de manzana a la boca. Natalia permaneció en silencio, siguiendo el juego.

- Vaale, te lo cuento, si quieres… es una taza súper guapísima con un gatete.

- ¡Guau, una taza! Si que se ha esforzado tu madre, este año.- ironizó la rubia.- hagamos algo, que Nat vaya a ver si está despierta y nosotros vamos a buscar el regalo a la habitación, cuando nos dé la señal entramos.

- ¡vale!- dijeron al unísono, todo lo relacionado con  seguir un plan les apasionaba por alguna razón.

Los pequeños corrieron escaleras arriba, seguidos por las dos adultas.

- Te doy cinco minutos máximo, me la despiertas como te apetezca… dentro de lo coherente, por favor.- le hecho una mirada que hizo enrojecer las mejillas a la morena.- y a tu señal, entramos.

Natalia siguió el plan de Marina

cruzó la puerta de la habitación de Alba y la encontró en su cama, sentada pero sin abrir los ojos, bebiendo agua del vaso que siempre dejaba en la mesilla de noche. Si se quedaba quieta, probablemente la rubia, no advertiría su presencia, dejaría el vaso de nuevo en la mesilla y dormiría otras dos horas  pero aquel día no era el indicado para ello, pues la rubia tenía una apretada agenda de cumpleaños y Natalia llevaba días esperando el momento de mostrarle a Alba su regalo de cumpleaños.

- buenos días, cumpleañera.

El sobresalto de la rubia fue tal que casi acaba por dejar caer el contenido del vaso sobre la cama, por lo que se apresuró a dejarlo sobre la mesa.

- ¿Nat?

- ¡feliz cumpleaños!- se tumbó en la cama, dejando un reguero de besos por su cara y dejándose abrazar por la rubia.- jo, esta súper calentita.

nómada Onde as histórias ganham vida. Descobre agora