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Kang-ryul

No me parece extraño que Jungkook considere su apartamento un lugar casi sagrado al que solo deja entrar a ciertas personas, a los chicos, a sus padres y pues ahora a mi, por lo que no he visto a nadie más los mencionados, conocí a su madre por una llamada, por alguna razón ella pidió hablar conmigo y no tuve problema, entre menos dolores de cabeza tenga este hombre, mejor.

Me levanté de la mesa para traer más jugo para mí, pues la sed es mucha y así puedo caminar un poco para evitar la incomodidad, es que no me siento bien quieta en ningún sitio.

Esta es la semana veintidos y la segunda ocasión en la que los mayores vienen a cenar, no me quejo, parece que se extrañan mucho y yo me beneficio de eso porque puedo socializar mientras como.

—Ay Jeanggu— le hablo al niño como si nada mientras me sirvo más— ojalá también hagas a tu padre prepararte comida a montones, termines siendo un niño gordito pero saludable y así no me sentiré mal por estar comiéndome toda su alacena— señalo mi propio estómago—porque no creas, de verdad me siento culpable, sin embargo, valdrá la pena porque serás suertudo, todos van a envidiarte porque eres hijo de ese señor que a sus treinta años sigue siendo una sensación musical, lo que te espera, eh.

Me río de lo tonta que soy y camino de regreso a la mesa, deteniéndome casi llegando, alertando al resto.

—¿Qué...? Dime si te duele algo-

—Se movió— Yoongi levanta el teléfono y creo que empieza a grabar— Jungkook, acércate, te juro que lo sentí, se movió.

Él no espera a que se lo repita, se pone de rodillas y yo levanto mi blusa para que pueda sentirlo bien.

—¿Qué lado?

—Aquí, izquierdo—tomo su mano, posicionandola—por ahí, da golpecitos con los dedos.

Eso es algo que lleva haciendo desde la semana dieciocho hasta esta, le habla y hace preguntas junto a pequeños golpeteos con los dedos esperando que funcione. Llamo a los tres que se han quedado ahí quietos para que se acerquen un poco, lo hacen, conservando espacio para no abrumar a Jungkook.

Dicen que los niños que patean mucho serán futbolistas, este no se mueve, ya está, será oficinista o algo así.

Tomo su mano libre y rápidamente la coloco en el otro lado, abre los ojos y casi grita.

—¡Se movió! Otra vez, anda.— me quiero reír, pero siento que lo arruinaría, así que me contengo— No entiendo por qué es tan quieto.

Al menos es un poco considerado conmigo, me agradas, Jeanggu.

—Bueno, pero acabas de sentirlo por primera vez— le recuerda Hoseok, emocionado—¡Eso es mucho!

—Ryul, siéntate aquí y esperemos.

Me río y los demás se unen a mi risa, parece que no piensa rendirse hasta que pase de nuevo y pueda sentirlo bien, ah, bueno, intenté avisarle bien. Ya no es mi culpa.

Un olor delicioso llega a mi nariz, me inclino, es la colonia de Jungkook. Al menos ya no me fastidian los aromas fuertes, no tanto.

 Al menos ya no me fastidian los aromas fuertes, no tanto

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I WANNA BE A DAD» jjkWhere stories live. Discover now