Lie To Me ; Trueno [Terminada✔]

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Mateo.

Siguió caminando y supe que no tenía que seguir preguntando, pero me moría por decirle que podía cumplirle el sueño con sólo hacer un llamado.

Pero no podía, o no quería.

Por hoy ya le había bajado varias ilusiones, no sólo la noticia de que no nos queda mucho tiempo juntos, sino que inconscientemente creo que hice que se acuerde de ese sueño frustrado.

Si ella supiera.

─¡Dale Mateo! ─ Escuché su voz que me sacó de mi trance y aceleré mis pasos.

Ella me llevó a ver los lobos marinos, como si tuviera siete años.

Yo estaba mirando con mucha atención a todos hasta que vi uno tirado en la arena, alejado de los demás, la gente pasaba al lado de este y no se movía.

─ Este esta muerto Pili ─ intenté acercarme para verlo más de cerca, pobrecito.

Cuando lo iba a tocar, Pili me agarró del brazo y me alejó un poco.

─ yo no me acercaría tanto ─ Cuando le iba a preguntar por qué, escuché quejidos por parte del animal.

Se quejó, se acomodó un poco y siguió durmiendo.

Parece Camilo.

Se rió ─ Casi sos comida de lobo marino.

─ Pero no comen personas, ¿O si? ─ La miré algo asustado, ella alzó los hombros en señal de que no sabía y me alejé más de el lindo lobito que dormía a dos metros de mi.

Lindo, de lejos.

Miramos a más lobos marinos y hasta uno bebé, no podíamos acercarnos tanto porque ahí si éramos boleta.

─ Entonces están tan acostumbrados que duermen por ahí como si nada ─ concluyo cuando volvíamos de la playa.

─ Claro, no creo que mañana en el restaurante tengamos un lobo marino gigante en la entrada pero si, están muy acostumbrados a la gente, no es recomendable que se acerquen como hiciste vos, trata de llegar vivo al final de tus vacaciones.

Nos reímos y decidimos cenar en su casa, aunque todavía había sol, íbamos a comprar lo que queríamos comer y después nos quedabamos ahí.

Estabamos por entrar a un almacén cuando,

─ ¡Mateo! ─ Con Pilar miramos hacia esa dirección y si, eran fans, dos chicas y dos chicos que iban hasta nosotros.

─ Anda yendo Pili ─ Le digo algo apurado y me mira obviamente perdidísima por la situación.

─ ¿Seguro?

─ Si toma ─ Le di mi billetera ─ Comprá lo que haga falta.

Ella ingresó al local sin siquiera mirarme y yo me di la vuelta con mi mejor sonrisa, ellos no tenían la culpa de que a mi me estén por descubrir.

Me saqué fotos con todos lo más apurado y nervioso, pero disimulado posible, porque no quería que Pilar salga y me vea prácticamente siendo lo que le oculté desde que llegué.