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-¿Por qué siempre tienes que ser tan tonto? -preguntó la esposa real hacia el Faraón. Si bien nadie podía hablarle así, nadie es perfecto pero la gran esposa real es perfecta entonces ella es nadie y, como dijo anteriormente, nadie le puede hablar así.

-Lo lamento, cariño -le entregó a su pequeño bebé. No sabía porqué lo estaba haciendo si muy fácilmente criados podían hacerlo. Suspiró, intento fallido al cambiar el pañal de su hijo.

-¿Estás prestando atención? -preguntó la gran esposa real fastidiada. El Faraón asintió con una sonrisa y se quedó embobado viendo a su esposa explicar cómo se cambiaba un pañal -Es así de fácil, ¿lo ves? No es tanta estrategia.

-Sí.

-¿Sabes ya cómo hacerlo?

-No.

-Me rindo contigo -salió de la habitación con el bebé en brazos mientras le daba algunos mimos al pequeño. El príncipe de Egipto desde que se dio la noticia, ha sido querido por cada persona en el pueblo de Egipto, amaban ese sentimiento. Iba a ser un gran Faraón y gobernará Egipto justo como su padre o mucho mejor.

-Eres muy hermoso, ¿sabías? Mira tus ojitos, ah, sacaste los ojos de tu mami. ¿Sabías cuánto amo los ojitos de tu mamá? Ahora están reflejados en ti, premio doble.

-Te estoy escuchando, Faraón -habló la gran esposa real con su semblante duro, ahora con un sonrojo en sus mejillas mientras caminaba junto al Faraón. Sabía lo cursi y romántico que era el Faraón, sabía que siempre haría comentarios para que su corazón se sintiera igual a la primera vez que se vieron. Ah, sabía todo eso y no le desagradaba.

-¿Cuántas veces debo decirte que tus ojos son hermosos, amada mía?

-Las veces en la que no estés así de empalagoso. Dame a Jungkook, no quiero que se le pegue lo cursi.

-¡Sí pasará! -gritó eufórico a la espalda de la gran esposa real.

-Sigue soñando, Ramsés.

⌫Eɢʏᴘᴛ ᯾

-¿Entonces eso es un bebé? -la voz de su hija se escuchó a su espalda. Hace un par de meses había concebido a su tercer hijo con otro general de Egipto. Estaba agotada, jodidamente agotada. Esos malditos siempre se aprovechaban de las Hebreas.

-Sí, hija, es un bebé.

-¿Mami está feliz?

-No -oyó el suspiro lastimero de su hija y sonrió. ¡Claro que estaba feliz! Aunque se aprovecharan de ella, era su única forma de tener hijos porque los hombres Hebreos eran un gran palo en el culo-. Miento. Estoy demasiado feliz de tenerlos a ustedes, mi amor. Son lo más importante que tengo en mi vida.

Su hija sonrió grandemente y se fue a jugar con sus hermanos y por consiguiente, cuidar al bebé.

Se había propuesto a no criar a sus hijos de la forma en que los Hebreos criaban a los pequeños. ¿Quieren estar en una relación? Bien, no tendrán que esperar a un matrimonio fracasado. ¿Quieren no creer en el Dios de Israel? Bien, no les iba a obligar, ella tampoco creía en él. ¿Sus hijos quieren estar, por ejemplo, hombre con hombre y mujer con mujer? Está bien, no le daría demasiada importancia. Si saben que serán felices, no importa con quién sea, quería felicidad a sus hijos.

Por esos pensamientos y mil cosas más, los Hebreos le odiaban. ¡No importa! Iba a criar a sus hijos como se le diera la gana.

Empezó a hacer un poco de pan para la cena. Tenían todas sus cosas gracias a que los padres de sus hijos le daban las cosas para que pudiera mantenerlos.

Egypt  ✧KookV✧Where stories live. Discover now