Egypt ✧KookV✧

07

Blasfemias salían de la maldita boca de aquel hombre. Cosas como: "mi Dios los castigará" "nadie es inmune a la furia de Dios" y más cosas relacionadas que perturbaban la paz de los habitantes de esas dos hermosas casas situadas en aquella montaña. 

No sabían el porqué de la visita, no sabían porqué estaba ahí y no sabían porqué no se iba de una buena vez.

Para nadie era un secreto que cada vez que las personas podían, iban a gritarles barbaridades a las dos familias juzgándolos de sobremanera y condenándolos a un castigo eterno.

Solamente estaban sentados en el comedor de Meftalí esperando que aquel señor se fuera pronto de sus viviendas. Namjoon y Hoseok estaban con sus ceños fruncidos aguantando la poca paciencia que aún les quedaba para no ir a golpear a aquel tipo que estaba interrumpiendo su glorioso almuerzo. Jimin solamente esperaba que el General Min llegara y le diera un buen castigo a ese hombre por alterar la paz, hacer escándalo y demasiadas cosas que no quería mencionar ya que era demasiado hiriente todo lo que salía de su boca.

¿Por qué todos en ese pueblo no podían entender que no todo gira a su Dios y las leyes que les han dado? Ellos no respetaban otras creencias y pensamientos, ¿por qué las personas deberían respetarlos a ellos? El único pueblo que les apoyaba y no los echaba era Egipto, pero oh, el karma existe y ahora están pagando un calvario sirviendo de esclavos al mismo pueblo que los ayudó por un tiempo.

Había visto por última vez a Taehyung con el príncipe y el consejero del príncipe. Por supuesto que fue un gran acontecimiento lo que había pasado; pero no se iba a negar a la segura atracción entre esos dos chicos. Después de eso todos comentaron lo sucedido, todos en el pueblo de Israel sabían lo que había pasado con Taehyung y el príncipe. Todos, absolutamente todos estaban sorprendidos. Ellos decidieron no contarle a sus madres, sabían que cuando Taehyung llegara iban a bombardear al pobre chico de preguntas al respecto, de halagos, opiniones e impresiones.

Namjoon fue el primero en perder la paciencia y, como si fuera un gran toro furioso, se levantó de su asiento dispuesto a golpear a aquel hombre sin importarle si es mayor.

Cuando abrió la puerta su sorpresa fue grata al ver al príncipe, al consejero del príncipe y a Taehyung caminando para llegar a su hogar. Volteó su mirada y pudo ver al General Min con el ceño fruncido detonando lo molesto que se encontraba por oír a lo lejos todas las blasfemias que salían de la boca del tipo.

Taehyung paró rápidamente al ver a un intruso gritando barbaridades. ¿Cuándo iban a parar? Ya se estaba hartando de que casi todos los días vinieran personas a gritar cuanta cosa se les pasara por la cabeza.

—Taehyung, ¿qué pasa? ¿Por qué te detienes? —preguntó Jungkook a su lado haciendo que saltara un poco en su lugar al ser sorprendido por aquella voz. Jungkook rió por lo acontecido y se estabilizó ya que los príncipes no debían reírse por cosas pequeñas.

—No es nada, solamente... Vamos a caminar un poco más, podríamos ir a los jardines, ¿qué les parece? Sí, sí, jardines está bien —estaba asustado, muy, muy, asustado. El General Min no lo pensaría dos veces y seguramente acabaría con la vida de aquel señor. Y es que para nadie es un secreto que Jimin y aquel General tienen cierta química.

Jin frunció el ceño y vio al príncipe con algo de duda por el comportamiento de aquel chico. El príncipe estaba sonriendo en grande mientras veía el rostro de aquel Hebreo, sus ojitos brillaban y no era por la luz solar, tenía arrugas en las esquinas de sus ojos siendo un verdadera sonrisa. Miraba a aquel chico con apreciación, miraba a aquel chico como si fuera una joya preciosa jamás vista pero teniendo un valor neto.

Cuando los vio caminar en dirección contraria sintió su corazón fallecer. El príncipe siempre le miraba con duda esperando a tener su asentimiento de que podía ir a aquel lugar y cuando lo vio yendo junto al Hebreo sin pedirle ayuda, sintió algo indescriptible en su interior.