10. Tristeza

754 69 60
                                    

Tristeza: del latín tristitia. Cualidad de triste. Es un estado anímico causado por uno o varios acontecimientos desfavorables, y puede manifestarse en el cuerpo de varias formas: fatiga, desórdenes alimenticios, aumento del estrés, insomnio, cardiopatías, alteraciones en la estructura ósea y muscular, fatiga, disminución del deseo sexual, aislamiento, y un largo etcétera. Debido al gran número de enfermedades y alteraciones que puede causar psicológicamente y físicamente, está considerada como el estado psicológico más dañino para la salud. La tristeza profunda y la sensación de vacío son las principales características de la depresión, que aparece en una de las fases del duelo.

***

El Embarcadero del Loto. Unos pocos días antes de la partida de Wei WuXian.

Era una noche oscura, sin luna, pero la atmósfera era clara y tibia. Jiang Cheng y Wei WuXian llegaban apresuradamente después de terminar una cacería nocturna; tensos, con la respiración acelerada y los dientes apretados. Hacía rato que el resto de personas de la secta dormían, teniendo en cuenta las horas que eran, y ya no había ninguna luz o signos de actividad humana en el lugar. Solo silencio absoluto, y el murmullo de las aguas del muelle acompañado por el canto de algún ave nocturna.

Al llegar a su residencia, Jiang Cheng, que iba unos pasos adelantado, cerró violentamente la puerta de tal modo que casi hace que Wei WuXian se choque con ella antes de poder entrar. En vez de eso, Wei WuXian volvió a abrirla, entró, y la cerró a sus espaldas.

—Jiang Cheng, estás exagerando las cosas —dijo con la intención de tranquilizar a su hermano, e intentando no subir el tono de su propia voz.

—¿Que yo estoy exagerando las cosas? —dijo Jiang Cheng, completamente indignado y dando vueltas por la estancia como un desquiciado— ¿Pero tú te estás escuchando?, ¿es que no has aprendido nada?, ¡necio!

—Solo invoqué algunos cadáveres que había en la zona para que nos ayudaran —dijo Wei WuXian con confianza y para justificarse—, ¿qué tiene eso de malo?

—«Qué tiene eso de malo, qué tiene eso de malo» —repitió Jiang Cheng con sorna— ¿pero tú te oyes?, teníamos la situación bajo control y nuestras vidas no peligraban, ¡no tenías por qué hacer algo así!

—Las cosas podrían haber acabado mal igualmente, era un monstruo muy duro.

—Sí, ¿y? —repuso Jiang Cheng— Te recuerdo que no hace mucho pudimos matar a una Bashe, nada más y nada menos. Además, ya puedes usar tu espada, y no solo eso, ¡hasta puedes montarte en ella para volar!

Wei WuXian se sacudió el polvo de sus ropas y se sentó en el suelo cruzando las piernas, cerca de la puerta. Suibian y Chenqing estaban atadas a su cinturón, una a cada lado de su cintura.

—Mira, si yo fuera otra persona aún podría entender tu reacción —dijo ladeando la cabeza y rascándose la nuca—pero fui yo, yo inventé el cultivo demoníaco, soy yo quien conoce las consecuen-

—¡Tú no conoces una mierda al parecer!, ¡y precisamente es porque eres tú! —interrumpió Jiang Cheng con furia.

—Baja la voz, nos van a oír.

—¿Crees que eso me preocupa a estas alturas? —dijo Jiang Cheng sin dejar de moverse bruscamente por la habitación. El suelo de madera temblaba y crujía con cada una de sus fuertes pisadas.

—Jiang Cheng, ¿crees que es la primera vez que uso técnicas de cultivación demoníaca desde que he vuelto a la vida? —explicó Wei WuXian con voz calmada.

En esas circunstancias no era nada fácil mantenerse sereno. Wei WuXian estaba agotado emocionalmente y físicamente desde hacía meses, y bastaba muy poco para que la culpabilidad, la tristeza y la angustia salieran disparadas de su cuerpo en una explosión incontrolable de rabia.

Una cura para el almaOnde histórias criam vida. Descubra agora