13. Fortaleza

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Fortaleza: del occitano fortalessa. Dentro del contexto de las emociones, la fortaleza emocional es lo que nos ayuda a enfrentar los obstáculos y las adversidades que la vida pone en nuestro camino. Su carencia nos hace tener pensamientos derrotistas y desalentadores, a que pensemos que no podemos hacer nada y que no lo superaremos, haciendo que sintamos miedo y desesperanza, y que actuemos impulsivamente. Sin embargo, con el apoyo adecuado, se puede reforzar y entrenar para que esos pensamientos se conviertan en un catalizador de optimismo que nos haga ver las cosas desde otra perspectiva. Aunque está influenciada por nuestra educación y herencia genética, todas las personas pueden potenciarla y desarrollarla.

***

Wei WuXian no podía creer lo que acababa de oír. ¿Cómo iba la gran BaoShan SanRen, maestra inmortal y con unas habilidades con las que no podía ni soñar, entrenar a alguien como él? Sería ir en contra de todos sus principios. Ella recogía niños abandonados, se los llevaba a la montaña y los cuidaba y entrenaba, con la condición de que no salieran al mundo exterior. Y si lo hacían, era para no volver jamás. ¿Pretendía BaoShan SanRen que Wei WuXian se quedara allí para siempre? 

—Yo te entrenaré —repitió BaoShan SanRen, despejando del todo sus dudas—, y cuando termines, podrás irte.

—Pero... —dijo Wei WuXian con una débil voz.

—¡Nada de peros! —interrumpió ella con firmeza—. Es tu única opción para lograr lo que quieres, o lo tomas o lo dejas. ¿Quieres usar cultivación demoníaca sin que vuelva a consumir tu cuerpo y tu mente?, pues así es como se debe hacer. Si has cambiado de idea, no te pondré ningún impedimento para que te marches.

¿Realmente no existía otra opción? Wei WuXian se sentía acorralado, pero no podía pedir ayuda a nadie más. Probablemente ya estaba hablando con la persona más poderosa del mundo de la cultivación. O aceptaba lo que BaoShan SanRen le proponía, o se rendía y se marchaba por donde había venido con las manos vacías.

Y además, había otra cuestión importante a destacar: seguro que la maestra no iba a entrenarlo sin pedir nada a cambio, ya que él no era una persona de la secta que fuera a quedarse a vivir allí, sino alguien que estaba de paso y que provenía del mundo exterior.

—Si acepto... ¿qué me va a pedir a cambio? —preguntó Wei WuXian con escepticismo.

BaoShan SanRen sonrió y le miró. Por supuesto que le iba a pedir algo a cambio, y se alegró de que Wei WuXian se diera cuenta.

—Vaya vaya... veo que por fortuna no has perdido del todo tus facultades —dijo ella con satisfacción—. Lo lamento, pero no puedo decírtelo, al menos no todavía.

—¿Y cómo pretende que acepte entrenar con usted si ni siquiera sé si podré darle a cambio lo que quiere? —preguntó Wei WuXian intentando contener su enfado.

Sunzi, si uno no entra en la guarida del tigre, ¿cómo podrá apoderarse de sus cachorros? (1)

Wei WuXian permaneció en silencio durante un buen rato para meditarlo, mientras ella aguardaba pacientemente una respuesta. Por una parte, solo un necio se negaría a que la persona más longeva y fuerte del mundo lo entrenara. Pero por otra, y sin conocer cuál sería el pago, había límites innegociables que debía dejar claros desde el principio.

—¿No puede darme una pequeña pista?, ¿o únicamente pedirme un adelanto?

—No —respondió la maestra—, y tampoco es algo que puedas darme por partes.

Algo que no podía decirle, y que no podía dividirse. A Wei WuXian no se le ocurría nada que pudiera encajar con esa descripción, pero no era el momento ni el lugar para jugar a las adivinanzas.

Una cura para el almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora