12. Nostalgia

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Nostalgia: del latín nostalgia. Tristeza causada por el recuerdo de algo o alguien perdido tiempo atrás. El término proviene de las palabras griegas «nostos» y «algos», que significan «regreso» y «dolor» respectivamente. Es un sentimiento de pena o anhelo, mezclado con afecto, al pensar en algún momento o acontecimiento feliz del pasado. Se dice que esta palabra fue acuñada por médicos suizos a finales del siglo XVII, para definir la sensación de añoranza que sentían los soldados al recordar su hogar. La puede sentir cualquier persona y a cualquier edad.

***

Aunque todavía estaba bastante impactado por su conversación con BaoShan SanRen, Wei WuXian se quedó dormido un par de horas más, y al despertar, como si hubieran sabido el momento exacto en el que se iba a levantar, se encontró el mencionado tazón de sopa de raíz loto recién hecha en una mesa cerca de la cama. O tal vez había sido su apetitoso y suculento olor lo que precisamente había interrumpido su profundo sueño. 

Se levantó con cuidado, pues todavía tenía los músculos un poco agarrotados, y se sentó en la mesa para tomar la sopa. El bol era algo más grande de lo normal, y la sopa casi rebosaba por los bordes. Sin quererlo, Wei WuXian sonrió. Seguro que traerle una ración tan grande de algo que le gustaba tanto había sido idea de BaoShan SanRen. Además, ahora que tenía el tazón delante, se dio cuenta de que el olor también le producía un poco de picor en la nariz, y eso solo podía significar que la sopa también tenía algún ingrediente picante.

Wei WuXian la probó, cerró los ojos y se dejó llevar por su sabor. No, no era como la de su shijie, pero se le acercaba por muy muy poco. Si tuviera que hacer una lista, esta sopa estaría en segundo lugar. No tardó mucho en terminársela, a pesar de la cantidad, y le sentó muy bien que por fin hubiera algo de comida decente en su estómago, y no cualquier cosa recogida del bosque por él o Wen Ning.

Ya con más energía y fuerza en sus extremidades, se levantó y decidió investigar un poco la habitación. Era más pequeña que el jingshi, pero tenía todo lo necesario. En un rincón, tras un biombo, había una tina de madera llena de agua caliente y una muda entera de ropa, incluyendo unas botas. Seguramente habían llenado la tina en el mismo momento en el que le trajeron la sopa, y sin pensárselo dos veces se desnudó y se metió dentro.

El baño también le sentó muy bien. En las últimas semanas su lecho habían sido las ramas de los árboles, su comida las raíces de esos mismos árboles o cualquier animalito que cazaba, y su aseo los riachuelos de los alrededores. No era de extrañar entonces que todo aquello le pareciera un lujo, y quiso tomarse su tiempo.

La ropa que le habían traído para cambiarse era oscura y con motivos azules, pero su color era más vivo y no tan grisáceo. Se notaba que era nueva, y la calidad de la tela era estupenda, al mismo nivel que la de los uniformes de la secta Gusu Lan. No parecía que las personas que vivían allí tuvieran problemas de dinero, aunque por la antigüedad y la austeridad de las edificaciones se pudiera llegar a pensar lo contrario.

Más decidido después de dedicarse todas estas atenciones, Wei WuXian respiró hondo y salió al exterior. El lugar no era muy distinto al bosque en el que se había enfrentado a BaoShan SanRen transformada en tigre. De hecho, estaba rodeado de árboles que posiblemente pertenecían a ese mismo bosque, y un aura de pureza y solemnidad cubría todo lo que alcanzaban a ver sus ojos.  El sol había empezado su descenso hacia el ocaso, y el edificio del que había salido estaba solo, lejos de los demás, que estaban montaña abajo y se podían divisar desde su posición.

Mientras Wei WuXian estaba abstraído por todo este paisaje tan particular, la viva voz de una persona lo sobresaltó:

—¡Bienvenido de nuevo al mundo, Patriarca qianbei!

Una cura para el almaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt