11. Empatía

568 62 15
                                    

Empatía: del latín emphateia. Es la capacidad de identificarse con alguien, de entender y compartir sus sentimientos, emociones y experiencias, a pesar de no coincidir necesariamente con sus argumentos y opiniones. Gracias a esta habilidad una persona puede reconocer a otra como similar, y entenderla desde su punto de vista en vez del propio, experimentando indirectamente sus sentimientos y percepciones. Se la considera vital para la vida social.

***

Wei WuXian no se creía lo que veían sus ojos. Ese enorme tigre blanco, tan bello y majestuoso, ¿podía ser Baihu (1), el Tigre Blanco del Oeste?

La mitología china hablaba de cuatro bestias celestes que representaban los cuatro puntos cardinales, el clima y algunos elementos naturales. En el norte, asociado al invierno y al agua, la Tortuga Negra o Xuanwu; en el este, unido a la primavera y la madera, el Dragón Azul o Qinglong; en el sur, ligada al verano y al fuego, el Ave Bermellón o Zhuque; y en el oeste, vinculado al otoño y al metal, el Tigre Blanco del Oeste o Baihu.

Muchos años atrás, Wei WuXian se había enfrentado a un Xuanwu junto a Lan WangJi en la cueva de la Montaña del Arroyo Crepuscular. Aun así, no se trataba de un Xuanwu real, sino de uno deforme que no fue capaz de alcanzar la divinidad y se convirtió en un yao (2).

En cambio, este tigre parecía realmente un ser divino, emanaba solemnidad y pureza, y además su cola era blanca. Cuando estudió en La Profundidad de las Nubes, Wei WuXian aprendió algunas cosas sobre Baihu: simboliza el rayo y el aire, sus rugidos pueden provocar tempestades y tormentas eléctricas, y al alcanzar los quinientos años de edad su cola se vuelve blanca. Por lo tanto, se trataba de un Baihu que había vivido, como mínimo, cinco siglos, lo que lo hacía aún más especial. Si ver a uno normal ya era raro, ver a uno con más de quinientos años de edad era un acontecimiento extraordinario.

Sin embargo, Wei WuXian no terminaba de tenerlo claro. ¿Por qué un Baihu tan excepcional y raro como aquel se había manifestado ante él?, ¿era realmente digno de tal honor? Algunos de los más grandes y dichosos emperadores de la historia ni siquiera habían tenido la oportunidad de ver uno común en toda su vida. Entonces, ¿por qué?

El tigre se acercó a él muy despacio, y de repente, sin previo aviso, lo atacó dándole un zarpazo. Wei WuXian, que no había bajado la guardia del todo, lo esquivó y saltó con agilidad sobre la rama de un árbol.

—¡Oye!, ¡por qué me atacas! —exclamó, pese a que el animal no lo entendería, o eso pensaba.

La situación era muy extraña. Lo primero y más importante, porque era extremadamente raro que alguien común pudiera ver ya no solo a una bestia celeste, sino a Baihu, descendiente del dragón. Solo los grandes emperadores que legislaban con virtud, los inmortales u otros seres más allá de lo ordinario habían sido bendecidos con su presencia, y aún así no todos podían decir que lo habían visto. Wei WuXian, el poderoso Patriarca Yiling, sin duda no era alguien ordinario, pero no era reconocido por ser virtuoso precisamente.

Lo segundo, ¿por qué allí?, ¿por qué él?, ¿qué escondía ese lugar?, ¿tenía algo que ver con la figura del tigre que encontró en el Embarcadero del Loto? Un tigre blanco y una figura de jade blanco que lo representaba. Demasiada casualidad, y Wei WuXian ya no creía en las coincidencias desde hacía ya mucho. Solo tenía que encontrar el nexo entre ambos hechos.

No obstante y para su fastidio, el tigre no le dejó más tiempo para pensar. Se acercó al tronco del árbol y le dio un zarpazo tan potente que lo hizo tambalearse. Wei WuXian intentó saltar hacia la rama de otro árbol, pero justo cuando iba a hacerlo el tigre volvió a golpear el tronco y le hizo perder el equilibrio.

Una cura para el almaWhere stories live. Discover now