DOS CHICOS AMÁNDOSE.
Cuando dos personas se aman, se forman poesías.
Cuando dos músicos, amigos, casi hermanos, se aman, se forman melodías.
Cuando esas dos personas comparten recuerdos, felicidades, tristezas: todo, incluso la vida, se forman ca...
"Errar en el camino propio es mejor que acertar en el camino de alguien más"
Fiódor Dostoyevsky
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Joaquín.
La familia es ese motor que mueve nuestras vidas, son quienes nos apoyan en los peores momentos, con los cuales compartimos un vínculo de sangre eterno y serán aquellos con los cuales nos unirá la única relación que solo la romperá la muerte.
Cuando pienso en mi familia, pienso en paz, me invade una ternura eterna pensar en mi hermanita, quien, a pesar de crecer, aún sigue siendo una personita diminuta para mí y no me refiero a la altura precisamente.
Cuando pienso en la palabra familia, me da una melancolía que me invade desde cada poro de mi cuerpo, al pensar en mi abuelita, en sus recuerdos, en su amor, en su paciencia y quien fue y será siempre en mi corazón, a pesar de no encontrarse con vida.
Cuando pienso en lo que significa para mí, la familia, me lleno de fortaleza para vencer cada obstáculo, para sortear cada una de las dificultades que me pone la vida, como lo hizo y lo ha hecho, mi madre. Esa mujer fuerte, que sostuvo a dos hijos sola toda una vida, que logró que fuera a la Universidad aun con un sueldo poco remunerado, con pocas oportunidades laborales y un consultorio que funcionaba muy pocas veces, en las escasas horas que le quedaban libres.
Pienso en mi familia, pienso que nos las elegí, pero las amo con cada partícula de mi ser como si lo hubiera hecho.
Quisiera que todos se sintieran de esta manera, que amaran las familias en las cuales crecieron, pero sé de antemano que no es así.
Facundo mira incomodo la habitación, está sentado con la postura recta y la mandíbula apretada, cuando me siento a su lado, después de colocar la ensalada al centro de la inmensa mesa de la casa Minor. Apenas y me mira cuando me siento a su lado, ni siquiera parpadea, no se detiene un solo minuto en observar a su padre, quien bromea con mi madre y ríen a carcajadas.
La gran casa Minor se encuentra llena esta tarde. Hoy celebramos la salida de Diana del hospital, luego de estar varios días allí, a causa del accidente que tuvo y por el cual tendrá que estar en extremo reposo hasta que su bebé nazca. Diana no deja de sonreír, sus ojos brillan con una intensidad inmensa, mientras intercambia su mirada entre un preocupado Sebas que no deja de insistirle que tome reposo y su abuelita, quien ha estado horneando junto a Mati toda la mañana. Los niños juegan en la sala con los gatos gordos de los Minor, las niñas están acompañadas de Mati y mi hermana Ana, quien ha logrado lo imposible en los últimos días, hacer que Mati ría a carcajadas.
Sé que Ana tiene un enamoramiento por Mati desde que era una pequeña que lo veía brillar en la pantalla, pero no pensé que aún lo tuviera. Ana se acomoda el cabello y suspira encantada, esa es su manera más sutil de coqueteo, la más extrema es perseguir chicos por los andenes de las casas, ese es casi su deporte olímpico favorito, el problema es que siempre sale perdedora. Y no bromeo, eso pasó cuando éramos chicos, no es broma, es anécdota.
