La Obsesión de una Serpiente (Historia Completa)

Capitulo 10 Interludio de Jermaine vol 1

Rasa miró a sus hijos, estaban listos para partir hacia Konoha hoy. La invasión de Ame comenzaría una semana después de la llegada de ellos y de las otras fuerzas Suna. Los miró con una mezcla de orgullo, preocupación y pesar. Los tres habían madurado después de los exámenes de Chunin y había considerado oportuno promoverlos. Temari trabajó en ella por la dependencia de su fanático de la guerra, Kankuro mejoró en el manejo de múltiples títeres. Gaara había demostrado el mayor cambio. Ya no estaba perdido en su propia locura, una imposición nacida por las elecciones de Rasa, se lamentó el Kazekage. Entrenó más duro, trabajando en su resistencia y taijutsu. Sus técnicas de arena mejoraron e incluso había comenzado a hacer las paces con los aldeanos.

No fue fácil enviarlos a una zona de guerra. Él era su líder y realmente no los había tratado como a sus hijos, pero de todos modos tenía la preocupación de un padre. Sus hijos necesitaban ser fuertes, Suna necesitaba ser fuerte. Todos necesitaban que él fuera aún más fuerte. Lo suficientemente fuerte como para ser casi despiadado con sus hijos, sacrificar a su esposa y mantener a Suna a flote sin el apoyo del Daimyo. Lo había hecho durante tanto tiempo, que el barniz frío finalmente se convirtió en lo que era. A nadie le gustaba y era discutible que nadie respetara realmente a Rasa el hombre. Soportaron a Rasa el Kazekage porque no tenían otra opción, porque nadie podía liderar a Suna como él lo había hecho.

Quería cerrar esa brecha. Quería volver a ser una familia, abrazar a sus hijos como debería hacerlo un padre. Se las arreglaron para acercarse el uno al otro y esperaba que tuvieran espacio para él. Pero es posible que nunca los vuelva a ver, no había garantía de que regresaran o de que la invasión fuera exitosa. Entonces, ¿por qué solo podía dar órdenes y decirles que enorgullecieran a Suna? ¿Por qué no podía decirles que estaba orgulloso y que los amaba mucho? ¿Que era un hombre frío porque creía que era la única forma de lograr algo, de mantener viable su aldea? La pérdida de su esposa, por su propio diseño, solo exacerbó su aceptación de una fachada. Porque la apariencia del Kazekage había sido la única forma en que había sabido actuar durante tanto tiempo y no podía cambiar en un día, por capricho.

El trío se fue, ninguno refiriéndose a él como padre sino como Kazekage-sama. Perfectamente respetuoso y preciso. Eso es lo que él había sido para ellos y es posible que se aparten del mundo pensando que él solo los veía como armas y herramientas, como reflejos sobre el poder y el potencial de Suna. Los hijos de un monstruo, un hombre insensible que haría cualquier cosa por el poder. En las partes más tranquilas de su mente admitiría sus celos por Minato Namikaze.

Preguntaba, ¿por qué era tan querido? ¿No sacrificó a su hijo? ¿No hizo todo lo que pudo para mantener fuerte a Konoha? ¿Eran realmente tan diferentes? En opinión de Rasa, no lo eran. Y, sin embargo, Minato era respetado en todas las naciones, en todos los pueblos escondidos. Iwa lo odiaba, lo temía, pero lo respetaba. Rasa era solo un portador de un kekkei genkai de segundo nivel y líder del más débil de los cinco grandes, solo la guerra civil de Kiri cambió la designación. Tantas cargas, tantas decisiones. Pero Suna se estaba recuperando, estaban recuperando su fuerza y ​​su orgullo. Solo unos años más y todo valdría la pena. Unos años más.

Orochimaru llevó a Naruto a una laguna secreta que Tsunade y ella visitaría cuando fueran más jóvenes. Ella disfrutó de la oportunidad de disfrutar de un breve respiro, uno de sus principales planes se había concretado recientemente. Naruto también lo necesitaba. Desde que había sido informado de su posición de liderazgo y del intento de asesinato por parte de ese humilde gusano, Naruto se había estado esforzando cada vez más en su entrenamiento. Sus únicos descansos reales fueron las misiones, ya que incluso si su cuerpo físico estaba descansando, todavía tenía clones que realizaban alguna tarea por él. Ella podía apreciar la diligencia, pero él se había estado acercando al agotamiento en el peor momento exacto para uno. Entonces, ella le pidió que se uniera a ella y prohibió cualquier entrenamiento por el resto del tiempo antes de la invasión.