𝑭𝒍𝒂𝒔𝒉𝒃𝒂𝒄𝒌

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Al día siguiente de la partida de Draco, ella apenas podía sentarse en la cama.

Su cuerpo aún estaba adolorido. Respiró profundo en un intento de evitar el llanto.

Hizo otra lista mental. Sentía un falso control de loque sucedía al ordenar los hechos.
Draco se fue a Francia durante una semana. Él asesinó a Dumbledore. Fue ascendido. Mató a trece personas. Y todo por su culpa.

Había provocado que él manchara sus manos de sangre.


Comenzó a temblar, su respiración se agitó.

Si no la hubieran capturado, él no habría tenido que matar a Dumbledore, era su culpa que Draco fuera consumido por la magia negra.

La culpa la consumía a la vez que intentaba respirar, tratando de no entrar nuevamente en pánico. Cerró los puños con fuerza clavando sus uñas en las palmas mientras comenzaba a contar, pero los pensamientos seguían molestando.

Sí. Fue su culpa.

No. Él debía asesinar al director de todas formas.

Fue su culpa. No. Él señor tenebroso lo había amenazado desde mucho antes. Pero fue su culpa.

Quizás no lo arrastró a hacerlo, pero si fue por ella que él se decidió. Fue por ella que Draco no dudo al lanzar la maldición.

Cerró con fuerza los ojos. Sintió las uñas cortando su piel. Largos segundos pasaron hasta que sus latidos se calmaron, al igual que su respiración.

El sonido de una aparición llamó su atención__ Remy trajo el desayuno de la señorita__ la elfina dejó una bandeja con una taza de té y algunas galletas sobre la mesa de luz__ Remy sabe que la señorita prefiere el chocolate caliente antes que el té, pero el sanador aconsejó al amo Draco darle té de jengibre con miel para la garganta de la señorita...

Elizabeth le dedicó a la taza una desagradable mirada__ no...__ intentó explicar que no podría digerir nada en ese momento. Las náuseas se intensificaban de sólo pensar en poner algo en su estómago.

La elfina se acercó a ella mientras levitaba la taza hacía Lizzie__ el maestro Draco le dio órdenes estrictas a Remy sobre la comida __ la cuchara floto a unos pocos centímetros de la cara de la joven __ Remy no tiene permitido dejar a la señorita Elizabeth hasta que la señorita coma al menos la mitad de su desayuno...

Ella bufó molesta y respirando profundo trató de ignorar las náuseas, para luego llevar la cuchara a su boca. En el instante en que tragó, las arcadas comenzaron; la joven se esforzó para reprimirlas pero rápidamente vómito en un balde que la elfina conjuro para ella.

Luego de devolver lo poco que tenía en su estómago, Elizabeth echo a la criatura sin siquiera escuchar sus palabras sobre las órdenes de Draco.
No deseaba comer o mejor dicho, no podía; así que después de que la elfina se marchara contra su voluntad, el sueño la invadió.

𝑰 𝑳𝒐𝒔𝒕 𝒀𝒐𝒖 𝑫𝒓𝒂𝒄𝒐Where stories live. Discover now