Capítulo 4: Un nuevo amigo.

4.5K 571 50
                                    

Nota: Pongan la canción cuando se los diga xd (opcional)

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Nota: Pongan la canción cuando se los diga xd (opcional).

·͙⁺˚•̩̩✩•̩̩˚⁺‧͙⁺˚•̩̩ - ✩•̩̩˚⁺‧͙⁺˚•̩̩✩•̩̩˚⁺‧͙·͙⁺˚•̩̩✩•̩̩˚⁺‧͙⁺˚•̩̩ - ✩•̩̩˚⁺‧͙⁺˚•̩̩✩•̩̩˚⁺‧͙

Había pasado una semana desde que Marine se había perdido en el bosque y había conocido a aquel chico que tanto pintaba. La joven artista se frustraba de solamente pensar en él y pintarlo. Tenía un bloqueo, y no podía pintar otra cosa que no sea su rostro.

Sus padres iban y venían, casi no estaban en la casa, y cuando estaban, solo era para cenar con ella y su hermana, o estar en el despacho de su padre. Marine era un ser inocente, ella jamás vería maldad alguna, pero estaba muy confundida de ver que su hermana veía esa maldad por doquier.

Por las noches, oía voces en la habitación de su hermana, pero supuso que era Madison hablando con Josephina, su amiga de New York. También oía un aullido que provenía del bosque, y eso la ponía nerviosa. Soñaba con el lobo, siempre era lo mismo, la protegía de algo que ella no veía.

Esa mañana, Marine se despertó a la misma hora de siempre, muy temprano, y se sentó a desayunar. Solo estaban ella y su hermana, sus padres habían vuelto a salir.

-¿Qué haremos hoy?.-Preguntó la menor, mirando a la otra pelirroja que tomaba el té de forma muy fina.

-Debemos ir al Supermercado, y de allí al hospital a dar caridad que Madre nos dejo encargada.-Respondió en un suspiro.-Podría ir sola, pero ya me dejaste entendido que tienes ideas tontas, como escapar.

-No lo volveré a hacer, ya te lo prometí.-Se quejó la pequeña.

-También prometiste comer todas las verduras, y ayer dejaste más de la mitad en el plato.-Reprochó Madison, dejando su taza en el platillo.-Marine, yo solo intento cuidarte, pero me haces el trabajo más difícil.

-¿Con Maison era más fácil?.-Preguntó Marine, mirando a su hermana de forma molesta.

Madison tomó la mano de su hermana y la miró a los ojos con una expresión muy fría en su rostro.

-No vuelvas a mencionarlo.-Dijo bruscamente. Soltó su mano y se levantó de su silla.-Quédate aquí, si es lo que quieres, pero no salgas y no le abras la puerta a nadie.

Y sin más, la mayor salió del amplio comedor con su rostro neutro. Marine suspiró confundida, odiaba esas actitudes de su hermana, aún más cuando su difunto hermano era el tema de conversación.

-Maison, desearía tenerte aquí.-Susurró la más pequeña, viendo la foto del chico que colgaba detrás de ella.-Tú sabrías que hacer.

Marine estaba en el patio trasero de su casa que daba paso libre al bosque

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Marine estaba en el patio trasero de su casa que daba paso libre al bosque. Estaba practicando con su violín blanco, hace días no lo hacía. Pero al igual que su arte de pintar, aún pensaba en el rostro del desconocido joven, que ella recordaba su nombre con algo de intriga, Quil. Ella pensó que era un nombre extraño, pero supuso que era algo de donde venía, la reserva.

Estaba tan concentrada en el violín que no noto que había alguien caminando hacia ella.

-Que bien tocas.-Dijo una voz.

La pelirroja soltó el violín y dio un grito del susto. Llevo una de sus manos al pecho y miro al muchacho frente a ella mientras respiraba agitada.

-¿Qué haces aquí?.-Le preguntó Marine.-Es un terreno privado, Quil. Por eso es lejano al pueblo.

-La reserva queda cerca de aquí, y con mis amigos solemos dar vueltas por ahí.-Respondió Quil.-Y yo pasaba por acá y te vi tocar el violín. Eres increíble.

La pelirroja se sonrojo y sonrió tímidamente. Se agachó y tomó el violín y el arco que había dejado caer segundos atrás.

-Gracias.-Susurró la chica.-Pero no debes estar aquí, no quiero tener más problemas con mi hermana.

-Tranquila, no quiero que tengas problemas.-Dijo Quil, con una sonrisa sincera.-Solo quería invitarte a dar un recorrido por la Push.-Metió sus manos a los bolsillos de su bermuda.-Es una playa de la reservación.

-Sí, sé cual es.-Murmuró Marine, nerviosa.-Es una playa con vistas hermosas. Dignas de un cuadro.

-Ven cuando quieras, y puedes buscarme para que te dé un recorrido.-Aseguró el muchacho.

-¿Por qué harías eso?. No te conozco.-Dijo Marine, dando un paso en reversa.

-Porque me pareció que sería bueno que tengas un amigo que sepa donde es un buen lugar para pintar.-Dijo un poco sonrojado, pero no se notaba por su piel rojiza.

-¿Un amigo?.-Dijo dudosa.

-Un amigo.-Afirmó el chico.-Claro, si quieres que sea tu amigo.

La pelirroja lo miró tímida y sonrió.

-Claro.-Contestó.-Nunca he tenido un amigo, más que mis hermanos. Sería bueno tener uno.

-Genial.-Dijo el chico, dejando caer el silencio nuevamente.-¿Podrías tocar algo?.-Señaló el violín.

-Estaba practicando una nueva canción que mi padre pidió.-Comentó.-Pero puedes escucharla si quieres.

El joven solo asintió y se sentó en el suelo, como un niño emocionado, esperando que ella comenzara a tocar.

(Escuchen la canción en multimedia.)

La muchacha sonrió y se puso en posición, suspiró antes de darle play a la base de piano que usaba como guía. Lo miró y comenzó su hermosa melodía, dejándose llevar por el ritmo de la música, sintiéndose en un libro de la época de reyes y reinas. Miró nuevamente a Quil, sintiéndose feliz de ver la sonrisa sincera del chico. Él la veía con asombro, admiración y un destello de cariño en sus ojos, para él, ella era una obra de arte por donde la vieras u oyeras, simplemente, para Quil, Marine Jones era perfecta.

Cuando la canción empezó su mejor parte, Quil oyó que su corazón se oía roto, como si algo volviera a su mente cuando ella tocaba, como si un recuerdo volviera a ella, pero antes de que pueda decir o hacer algo, se escuchó que la puerta principal se abrió y unos tacones resonaban.

-¡Marine, llegué!.-Se oyó la voz de Madison dentro de la casa.

La pelirroja dejó de tocar y miró a Quil, y en un susurro le pidió que se fuera. El chico no se opuso, y salió corriendo al bosque, pero se ocultó en unos arbustos, en el mismo momento que la pequeña volvía a tocar la canción y su hermana salía de la casa.

Madison la vio con nostalgia, y sin decir nada se sentó en una de las sillas de fierro que había junto a una mesita de té, mirándola.

Ambas sabían el significado que tenía esa canción para ellas. Era triste, y no entendían porque su padre ordenó que Marine la aprendiera.

Cuando la joven terminó, miró a su hermana, esta estaba con los ojos cristalinos.

-La favorita de Maison.-Susurró Madison, con una sonrisa triste en su rostro.

La menor dejó el violín sobre la mesa, y se acercó a su hermana, para fundirse en un muy necesitado abrazo. Quil las miraba sin entender, pero sintió su corazón romperse al ver a su impronta, pequeña y hermosa, con lágrimas corriendo por sus mejillas.

Él cuidaría de ella, si se lo permitía, y lo haría por toda la eternidad. Él lo haría.

Innocent |4| Q.AWhere stories live. Discover now