Capítulo 8: Cómplices.

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Marine iba camino al Café-librería de Marlene. Como había dicho su madre, ella había pedido una entrevista de trabajo en aquel lugar, consiguiendo un gran "Sí" de parte de la West.

Al llegar, la azabache la recibió con una sonrisa y un gran abrazo. La mujer estaba feliz de recibir a la joven en aquel lugar, aunque esta le haya pedido que le tomara una entrevista antes de contratarla, ya que ella lo creyó justo. Eso fue lo que más amo Marlene de ella, su gran corazón.

-¿Cómo estás?.-Preguntó Marlene, mirando a la muchacha con una sonrisa.

-Muy bien, ¿Tú?.-Respondió Marine, jugando con las mangas del suéter.

-Ahora que te vi, muy bien.-Canturreo la mayor, tomando a la muchacha de los hombros y guiandola a unos sofás de la librería.-Bien, jovencita.-Se sentó en uno individual.-Tú pediste una entrevista, y Lene te la dará.-Habló en tercera persona con una sonrisa divertida.

-¿Es mi culpa pedir algo que debería ser normal?.-Preguntó Marine, con un sonrojo. Se sentó en el sofá a su lado.

-Claro que no, niña.-Dijo Marlene.-Me parece algo muy justo. Además, quería conocerte mejor sin tener a los sin vergüenzas de los chicos.

-No son sin vergüenzas.-Se quejó la menor, con una risita.

-No los conoces comiendo.-Murmuró Marlene.-Son unas bestias hambrientas. Incluso, pueden devorar una vaca sin problemas, y sin ningún tipo de modal.

-Podría enseñarles, mis padres me hicieron tomar clases de modales desde los seis años.-Burló la chica.

-Aunque es tentador, preferiría que no.-Negó la mujer, divertida.-Mis chicos son bestias hambrientas, pero así los quiero.

-Es lindo.-Murmuró de la nada Marine.

-¿El qué?.-Preguntó Marlene.-¿El comer como bestias?.

-No, no es eso. Es lindo el como hablas de ellos.-Opinó Marine.-Tus ojos brillan cuando hablas de los chicos, como los de una madre cuando hablan de sus hijos.

Marlene sonrió. Sabía que todo lo que la joven chica delante de ella, decía la verdad.

-Son hermosas tus palabras, y sí, ellos son como mis hijos, ¿Sabes?. Ellos son lo que siempre me mantiene alegre.-Confesó Marlene.-Y si todo el mundo viera las hermosas personas que son, verían lo mismo que yo.

La conversación entre ambas se fue dando con naturalidad, con confianza. Una conversación que Marine jamás había tenido con nadie, ni con sus confidentes de su vida, sus hermanos. Estuvieron horas, la librería estaba cerrada por remodelación, y ambas disfrutaron de su conversación.

Innocent |4| Q.AWhere stories live. Discover now