Capítulo 10: Una conversación pendiente.

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—Que bonito está quedando, Mary.—Felicitó Marlene, admirando el gran mural de flores que la pelirroja pintaba con una sonrisa.

—Le falta color, sombra y algunos detalles, pero dentro de lo que cabe, está lindo.—Murmuró Marine, dejando el pincel sobre la tela que usaba para no manchar el suelo.

—No seas tonta, está bellísimo.—Regañó Marlene, tendiendo la taza de café a la muchacha, que gustosa aceptó.—Oye, Mary.

—¿Sí?.

—Hoy haremos una fogata con los chicos, y quería invitarte.—Comentó Marlene.—Es en la noche. Si quieres, puedo hablar con tus padres.

—No te preocupes, yo hablo con ellos.—Sonrió y bebió de su café.—¿En tu casa?.

—En la casa del padre de un amigo.—Respondió Marlene.—Uno del consejo de la tribu.

—Oh, bien.—Asintió con la cabeza y le dio su taza de café.—Iré.

Luego de sus horas de trabajo, la joven pelirroja se montó en el auto de su hermana y se dirigieron a la casa. El Jeep iba en un silencio de muerte, ninguna de las dos hablaba. Querían hablar, llevaban días sin hacerlo, pero sus altos niveles de orgullo, no se lo permitían. El viaje era incómodo, y la más joven agradeció que la casa quedaba relativamente cerca de su nuevo trabajo.

Madison estacionó el vehículo frente a la casa, pero antes de que Marine piense en bajar, lo volvió a encender y comenzó viaje otra vez.

—¿Qué haces?.—Preguntó Marine, mirando a su hermana con el ceño fruncido.

—Quiero hablar contigo, pero no con esos dos presentes.—Respondió Madison, con la vista en la carretera.

—Yo no quiero hablar contigo.—Bufo la menor.

—Pero yo sí.—Murmuró la mayor, soltando un suspiro.

El pequeño viaje duró unos 15 minutos hasta que finalmente el Jeep paró. Marine vio a su alrededor, solo veía el bosque. Madison abrió la puerta de su lado y bajo, con la menor haciendo lo mismo que ella. Se encaminaron hasta quedar frente a frente en la parte delantera del vehículo.

—Lo siento, ¿Si?.—Soltó Madison.—No me gusta que estemos así, pero entiende que yo solo quiero cuidarte.

—Lo entiendo, créeme que si lo hago.—Dijo Marine, con la voz temblorosa.—Pero ya te dije, una cosa es querer cuidarme y protegerme, y otra cosa es querer controlar mi vida, Madison.

Innocent |4| Q.AWhere stories live. Discover now